La CIA y Bogotá diseñaron un plan secreto para matar a líderes de las FARC
Un programa encubierto de la CIA que comenzó en 2000 bajo el mandato del expresidente estadounidense George W. Bush, y que continuó con Obama, ayudó al Gobierno colombiano a matar a al menos dos decenas de dirigentes de las FARC-EP, entre ellos Raúl Reyes, según reveló «The Washington Post». Las operaciones fueron sufragadas con fondos secretos aparte de los 9.000 millones de dólares de ayuda, gran parte militar, que Washington da a Bogotá.
La CIA ha ayudado al Ejército colombiano a matar a dirigentes de las FARC-EP mediante un programa secreto que contó con un presupuesto multimillonario y secreto al margen de los 9.000 millones de dólares que el Gobierno estadounidense concedió para el llamado «Plan Colombia» en 1999.
Según reveló «The Washington Post», dicho programa, que se mantiene activo pese al proceso de diálogo con la guerrilla, consiste en «un seguimiento en tiempo real» de los guerrilleros y «a partir del año 2006 se convirtió en una herramienta particularmente eficaz para matar» a líderes de las FARC en la selva.
Para ello se usaron «bombas inteligentes», de fabricación estadounidense, «capaces de matar a una persona en la densidad de la selva» tras determinar su ubicación exacta, ya que están guiadas por un sistema de geolocalización GPS.
El rotativo estadounidense cita expresamente el bombardeo perpetrado en marzo de 2008 en el que con la ayuda de EEUU el Ejército colombiano lanzó bombas inteligentes a través de la frontera con Ecuador para matar al dirigente de las FARC Raúl Reyes. En este operativo bautizado con el nombre de «Operación Fénix» fallecieron una veintena de personas. Llevó a los gobiernos de Ecuador y Nicaragua a romper sus relaciones con Colombia. El fallecido Hugo Chávez, presidente de Venezuela cuando ocurrió el ataque aéreo, calificó a Colombia de «Estado terrorista» y ordenó el envío de tropas a la frontera.
La investigación, que se basa en entrevistas a más de 30 ex funcionarios y actuales funcionarios de EEUU y Colombia que hablaron bajo anonimato debido a que el programa es confidencial y se encuentra en curso, afirma que durante el mandato del presidente Juan Manuel Santos han muerto 47 líderes de las FARC frente a los 16 que fallecieron durante el gobierno de Alvaro Uribe. Al menos 23 de ellos perdieron la vida a causa de operaciones militares aéreas.
Este programa fue acordado por Uribe y George W. Bush durante una reunión en la que hablaron de la muerte del supuesto líder de Al Qaeda Abu Musab al Zarqawi en un bombardeo de un F-16 estadounidense con «bombas inteligentes», suministradas después a Colombia.
«No hay un país, incluyendo Afganistán, donde hayamos estado tan encima», reconoció el que fuera embajador estadounidense en Colombia entre 2003 y 2007, William Wood.
«The Washington Post» asegura que este programa secreto en Colombia es una de las mayores acciones de la inteligencia encubierta desarrolladas por Estados Unidos desde los atentados del 11 de setiembre de 2001.
«Aprendimos de la CIA. Antes no prestábamos mucha atención a los detalles», asegura un alto cargo de la inteligencia colombiana citado por el rotativo.
«The Washington Post» reveló, además, que la Agencia estadounidense de Seguridad Nacional (NSA) también ha brindado «sustancial ayuda de espionaje» al Gobierno colombiano. Sin entrar en detalles, Santos reconoció al rotativo que la CIA ha sido «de ayuda».
Los bombardeos contra las FARC-EP en la selva son una parte clave de la estrategia militar del Gobierno colombiano y se mantienen pese a las conversaciones de La Habana. En uno de esos ataques aéreos falleció el 4 de noviembre de 2011 Alfonso Cano, artífice de los diálogos. En una revelación hecha en setiembre de 2012 desde Kansas (EEUU), el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reconoció que ordenó matar a Cano. «Me dijeron que lo tenían rodeado y me dije: las reglas son las reglas, y tomé la decisión de eliminarlo y así se hizo», dijo.
En el marco del diálogo que comenzó oficialmente el 19 de noviembre de 2012, el delegado de la guerrilla Pablo Catatumbo ha afirmado en varias oportunidades que Santos cometió «un error al ordenar matar a Cano porque hubiera sido un elemento dinamizador».
En la entrevista concedida a GARA hace un año, la también delegada Alexandra Nariño, que presenció el bombardeo en el que murió Jorge Briceño, denunció estos operativos. «Son una forma de atacar tan cobarde que en esos momentos es cuando cobra realmente sentido el `terrorismo de Estado'. Si la guerrilla tuviera aviones y bombardeara la fuerza pública masivamente por la noche cuando duermen, ¿qué diría el mundo? Todos los organismos de derechos humanos nos caerían encima, denunciando tal crimen de guerra». Ainara LERTXUNDI