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¿Hay vida en marte?

¿Marte cuenta con vida y la NASA está ocultando su existencia? Esta pregunta ha saltado a la palestra desde que a principios de este mes unas imágenes tomadas por la misión Opportunity mostraran la repentina presencia de una especie de roca en la superficie del planeta rojo. Varias voces exigen que se diga toda la verdad sobre este hallazgo.

Fotografías que han provocado la polémica.

Doce días separan estas dos imágenes tomadas por un robot de la NASA en la superficie de Marte. En la fotografía de la derecha se aprecia la misteriosa roca que ha dado origen a la polémica y que apareció de la nada. La agencia espacial achaca esa presencia a un desprendimiento provocado por su robot, mientras que otros aseguran que podría ser un hongo, lo que evidenciaría la presencia de vida en el planeta.

La conmemoración de los diez años de la misión Opportunity de la NASA se ha visto inmersa en una intensa polémica. En 2004, un robot rover activo aterrizaba en la superficie del planeta Marte con el objetivo de estudiar su superficie en detalle para determinar la posible existencia de vida. Aunque en principio la misión tenía un horizonte de noventa días, poco a poco se fue ampliando ese plazo y una década después, el robot sigue suministrando datos sobre el planeta rojo. Básicamente esa información es recabada a través de la toma de imágenes de la superficie de Marte y precisamente unas fotografías realizadas el pasado mes de enero han generado una enorme controversia.

La cuestión es que el robot tomó unas imágenes en una zona del planeta que volvió a fotografiar doce días más tarde. Al contemplar las dos tomas, se descubrió que en la segunda aparecía una «misteriosa roca» que no figuraba en la primera imagen.

El interrogante que surgió de inmediato fue: «¿De dónde ha salido esa presunta roca?». Responder a esa pregunta es lo que ha generado un enorme revuelo entre expertos y profanos. La agencia espacial de EEUU señaló que lo que aparecía en la imagen se trataba de un trozo de piedra arrastrado por las ruedas del robot o un trozo de superficie que se habría desprendido a su paso por una zona rocosa. En esa línea, añadió que el rover estaba teniendo problemas para moverse y que sus ruedas podrían haber causado algunos escombros en la roca en la que se había asentado. A pesar de que apostaba principalmente por esta explicación, también apuntó a la posibilidad de que se tratara de una roca lanzada a ese lugar después del impacto de un meterorito.

De lo que parece no tener dudas la NASA es de que ese objeto aparecido de la nada es una roca, que ha sido bautizada como ‘Pinnacle Island’ y que, de acuerdo con sus investigaciones, sería muy rica en azufre y potasio, y tendría los bordes de color blanco brillante con un centro de color rojo rubí profundo. Asimismo, indicó que parece estar en posición boca abajo, por lo que la parte visible no se habría visto afectada por la atmósfera marciana, lo que explicaría la diferencia de color respecto del entorno.

A pesar de los detalles aportados al respecto por la NASA, no han faltado voces críticas que no aceptan las explicaciones de la agencia. Una de ellas es la de Rawhn Joseph, que se ha puesto en contacto con la NASA para solicitarle que haga una investigación en detalle sobre ese objeto, ya que está convencido de que la agencia está ocultando la localización de indicios de vida extraterrestre en el planeta rojo y por ese motivo no lo quiere estudiar.

De hecho, Joseph tiene su propia teoría sobre qué es lo que fotografió el robot de Opportunity. En su opinión, en realidad se trata de «un hongo. Es un organismo compuesto que consiste en colonias de líquenes y cianobacterias, y que en la Tierra se conoce como Apothecium». Al mismo tiempo, ha acusado a la NASA de negligencia al estar buscando vida en otro planeta y al ver «un ‘Bob Esponja’ marciano ante la cámara de uno de sus rover, hace creer al público que solo es una roca».

Joseph también cargaba las tintas contra el jefe de la misión Opportunity, Steve Squyres, quien, en una rueda de prensa, reconoció que su equipo estaba desconcertado por el objeto localizado por el robot, sobre el que señaló que «sin ninguna duda es una roca», aunque destacando que su origen y composición eran un hallazgo en Marte. Joseph le criticaba porque, a pesar de ser un astrobiólogo conocido, Squyres no había sido capaz de aplicar a este caso el principio de la Navaja de Ockham, en virtud del cual, en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla es la correcta.

A las voces críticas con la NASA sobre esta cuestión, se sumó la del actor William Shatner, que se hizo famoso interpretando al capitán James Kirk en la serie ‘Star Trek’. Como si estuviera en el puente de mando de la nave Enterprise, demostró su interés por las cuestiones interplanetarias pidiendo a la agencia espacial que investigue el origen de la presunta roca. En su cuenta de Twitter y con evidente humor, indicaba que le gustaría saber «si ya se ha descartado a los lanzadores de piedra marcianos». El jefe de la misión Opportunity recogió el guante lanzado por Shatner y le contestó, también con bastante retranca, que creía «poco probable que los lanzadores de rocas marcianos sean los responsables de este caso, aunque vamos a mantener los ojos abiertos para vigilar a esa gente».

Un cohete para enviar humanos

Un cohete para enviar humanos. Mientras siguen los dimes y diretes acerca de esa presunta roca y sobre el oscurantismo de la NASA en relación a la posible existencia de vida en Marte, en otros lugares se sigue avanzando en el proyecto de colonizar el planeta rojo. Coincidiendo en el tiempo con la citada polémica, el director general de la compañía privada SpaceX, Elon Musk, ha asegurado que el sistema de lanzamiento para enviar a la gente a Marte podría estar disponible en diez años.

Para poder acometer esa tarea, habría que desarrollar «un vehículo mucho más grande para crear lo que sería una especie de sistema de transporte colonial a Marte. Estamos hablando de cohetes en una escala tan grande como nunca se ha hecho antes y que hará parecer pequeño al cohete lunar Apollo, que medía 110 metros», según señaló en una entrevista a la cadena de televisión CBS.

SpaceX es una de las tres compañías contratadas por la NASA para desarrollar naves que puedan transportar astronautas al espacio, un proyecto en el que también participan Boeing y Sierra Nevada. Según aseguró Musk, «nuestra nave Dragon, que actualmente transporta carga útil a la ISS (siglas en inglés de la Estación Espacial Internacional), estará lista para embarcar gente en unos dos años».

Estados Unidos no es el único país que tiene la mirada puesta en Marte. Europa y Rusia ya cuentan con sondas que han orbitado o aterrizado en el planeta rojo y China e India también quieren sumarse a este exclusivo club espacial. Así, el Gobierno chino ha pedido al profesor Dong Zhibao, experto de la Academia China de Ciencias, que identifique una zona en la cordillera tibetana que emule las condiciones de dureza ambiental que se presentan en Marte, con el objetivo de realizar investigaciones para desarrollar un robot que pudiera explorar el planeta rojo. Esa sonda sería enviada dentro de tres años, ya que en 2018 la Tierra y Marte se alinearán en posiciones óptimas que requerirán un menor consumo de energía para enviar el artefacto. Por ahora, India le ha tomado la delantera, ya que la primera misión a Marte de este país dejó la órbita de la Tierra el pasado 1 de diciembre, superando un obstáculo clave en su viaje hacia ese planeta.

Ya solo falta saber qué se encontrarán estas misiones en la superficie del planeta rojo y si se toparán con esos indicios de vida que la NASA habría encontrado, pero de los que, según parece, prefiere no hablar.