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El ejemplo de MSF frente a los errores de Occidente

Mikel Tellaeche puso en valor el trabajo realizado por el personal de Médicos Sin Fronteras en la lucha contra el ébola. Una batalla sin cuartel que en tan solo siete meses se ha cobrado más de 4.000 vidas en los países de África occidental.


«Los que realmente saben de ébola son los profesionales de Médicos Sin Fronteras, que son absolutamente ignorados». Así lo cree el director gerente del Hospital Aita Menni, Mikel Tellaeche, que en 2012 dirigió el Saint Joseph's Catholic Hospital de Monrovia, capital de Liberia y una de las ciudades más castigadas por este filovirus de fiebres hemorrágicas. Considera que las potencias más desarrolladas deberían tener en cuenta el trabajo realizado durante estos años por el personal de MSF, que llevan siete meses luchando contra esta enfermedad en África occidental.

Por ello Tellaeche, que ayer participó en una mesa redonda convocada en Arrasate para analizar el impacto del ébola en Liberia, criticó que el Ministerio español de Sanidad y el Servicio Vasco de Salud hayan omitido las recomendaciones de MSF en su protocolo de actuación. «MSF, que lleva años trabajando sobre el ébola, supervisa a más de 5.000 pacientes y ha tenido dos contagios entre su personal. En España ha atendido a dos pacientes y han tenido un contagio», explicó Tellaeche.

También criticó la actuación del Gobierno liberiano, que en verano «cercó» durante una semana a 75.000 personas en el asentamiento de West Point, y denunció la corrupción imperante en el país. «La crisis del ébola evidencia la debilidad del sistema sanitario, porque no se ha controlado el uso y el destino de los recursos», lamentó tras advertir que los paises afectados necesitan ayuda técnica y profesional. «Falta personal sanitario que acuda al país y les quite el miedo a los sanitarios locales», añadió.

En este sentido, el superior del Hospital Siquiátrico San Juan de Dios, José María Chavarri, señaló que en el Hospital Saint Joseph, dependiente de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, han perdido la vida cinco trabajadores. A estos se deben sumar ocho víctimas más en el hospital de Lunsar, en Sierra Leona. «El hecho de que mueran trabajadores tiene un repercusión importante, ya que produce mucho dolor y provoca la huida de profesionales, dejando al hospital en mínimos», explicó el religioso, que citó los casos de Cantal Pascaline, George Combey, Patrick Nshamdzem, Miguel Pajares y Manuel García Viejo. Los dos últimos fallecieron en el Carlos III.

«Ojalá la muerte de estas personas mueva nuestras conciencias, porque en África la gente sigue sufriendo y muriendo por el ébola», manifestó Chavarri ante los presentes en el centro Kulturate, que también escucharon la experiencia Nagore Agirre, cooperante del Hospital Universitario de Araba (HUA).