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Remar para olvidar la amargura del chocolate y saborear un metal

El irundarra busca subirse al podio tras sus dos cuartos puestos olímpicos.


El piragüista guipuzcoano Ander Elosegi se ha convertido en todo un veterano de los Juegos Olímpicos. A sus 28 años, el palista del Club S.D. Santiagotarrak afronta su tercera cita olímpica tras su experiencia en Beijing 2008 y Londres 2012. Su objetivo está muy claro: quitarse la espina y pasar de la medalla de ‘chocolate’ –sendos cuartos puestos– al podio.

Acostumbrado a su río Bidasoa, lugar de entrenamiento que compagina con las aguas de Pau, el irundarra ya conoce el canal de Río donde hoy (17.30) se estrenará en C1 –la final está prevista el martes–. Sin darle excesiva importancia al virus del Zika –tras volver de Río de Janeiro señaló estar «tranquilo» y haber entrenado con «normalidad»–, indica que «el canal es más difícil de lo que parece, pero se amolda a mis características».

El palista, entrenado por Xabi Taberna, logró el billete para Río en los Campeonatos de Europa de slalom disputados en el mes de mayo en la localidad eslovaca de Liptovsky Mikulas, donde coincidió con varios de los que serán sus rivales. El deportista admite que en esta ocasión le ha costado más clasificarse. De hecho, en ese Europeo Elosegi aspiraba a la única plaza olímpica en C1 ante dos serios oponentes, el croata Marinic y el italiano Cipressi.

El irundarra fue el único de los tres que consiguió el pase a la final, con un sexto mejor tiempo, una circunstancia que le garantizó la plaza para Río. En la final se colgó el bronce.

«Puedo estar en la pelea»

El hecho de jugarse el billete en el Europeo le creó «nerviosismo», pero ahora mismo se siente con «mucha confianza». De cara a su tercera participación olímpica, asegura que «aunque es difícil conseguir medalla, si lo hago bien y doy mi nivel, puedo estar en esa pelea».

Las pruebas de la Copa del Mundo de la Seu d’Urgell y de Pau podrían servirle de trampolín hacia su primer metal olímpico. A la tercera va la vencida, pero para ello no queda otra que remar, remar y remar.