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No hay Icetaton para tanto Borrell

El PSC llega al último día de campaña jugando a polis buenos y malos. Borrell ejerce de ariete contra el independentismo y busca el voto unionista. Por su parte, Iceta trata de dar una imagen de presidenciable y de seducir al catalanismo moderado. Ayer presentó el ‘Icetaton’, para «ayudar a recuperar el estado de ánimo de los catalanes».


El PSC no ahorra en críticas al independentismo, pero trata de combinar estas con un mensaje de mano tendida. Su candidato, Miquel Iceta, quiso mostrar esa voluntad ayer presentando el ‘Icetaton’, un caramelo con el que el candidato del PSC a la Generalitat catalana espera superar «el estreñimiento colectivo» y lograr «cambiar ese estado de ánimo de tristeza imperante». En la caja que contiene dos caramelos se lee que el complejo edulcorado «ayuda a recuperar la economía y el estado de ánimo de los catalanes». «Hay muchas candidaturas para el follón y solo una para la solución, Icetaton», dijo el candidato ante varios eurodiputados y medio centenar de simpatizantes que acudieron al acto de su sede en Barcelona que iba encaminado a hablar sobre políticas europeas.

El candidato a president del PSC utilizó un tono condescendiente hacia el president catalán en el exilio, Carles Puigdemont, y criticó «la comilona que se ha montado» en referencia a la apertura de embajadas impulsada desde el Govern y ahora desmantelada por el Gobierno español a través del 155. El candidato dijo comprometerse a «desplegar de verdad» la Ley de Acción Exterior y Relación con la UE si es elegido president. Un despliegue que el candidato del PSC lo supedita a la iniciativa del Ejecutivo de Rajoy; «Queremos cooperar con España, no entendemos la presencia exterior como competencia, sino como eficacia».

Sobre la campaña electoral dijo que se lo está «pasando pipa», aunque admitió que «son unas elecciones de todo menos normales» y apeló a la necesidad de que esta cita sirva para la «reconciliación». Iceta, que acude a estas elecciones junto a los ex de Unió (Units per avançar), trata en esta campaña de atraer el voto del catalanismo que no apuesta por la independencia.

Antes de él había hablado Josep Borrell, a quien el candidato del PSC agradeció su participación en la campaña porque más que mítines ofrece «conferencias» y son «pedagogía pura». Un Borrell que se ha convertido en mamporrero oficial contra el independentismo y cuyo discurso virulento aspira a mantener o ensanchar ese voto unionista que podría buscar su referencia en Ciutadans.

El pasado fin de semana se hizo notar afirmando que es necesario «desinfectar» Catalunya de la «herida» del independentismo. Una afirmación que le sirvió la respuesta de Gabriel Rufián (ERC) recordándole los GAL: «El mejor desinfectante es la cal viva».

Borrell insistió ayer en sus críticas en tono burlón hacia el independentismo. Acusó a este de tener «un nivel de comprensión intelectual extraordinariamente bajo» sobre Europa e ironizó, entre alguna risa de los asistentes, sobre el papel jugado en el ámbito internacional por Raül Romeva y Carles Puigdemont.

Borrell viene ejerciendo, además, de portavoz en las movilizaciones organizadas por Societat Civil Catalana. Así, encabezó la multitudinaria manifestación que el ente unionista organizó en octubre. Una marcha que recorrió Barcelona al son de «viva España» ondeando decenas de miles de banderas rojigualdas y en la que también hubo presencia de grupos de la ultraderecha. Sin embargo, el expresidente de la Eurocámara insistió en acusar al independentismo de «resucitar los identitarismos» y trató de vincular a este con los movimientos de la ultraderecha europea. «Cuando Puigdemont llega a Bruselas quienes lo acogen con las manos abiertas solo son los partidos de extrema, extrema, extrema derecha», dijo.

Borrell se jactó de que la proclamación de la república catalana no ha sido reconocida por nadie y se refirió a la actuación policial española del 1 de octubre solo en términos de imagen, «el independentismo ganó puntos, porque la imagen de una mujer herida por la actuación policial es imposible de combatir con los argumentos constitucionalistas». Demasiado Borrell para aliviar con un Icetaton.