Alfonso Cuarón: El cuate de Churubusco

La inclusión en Perlak de ‘Roma’ era obligada, porque además de ser la gran obra maestra del cineasta mexicano Alfonso Cuarón que ha obtenido el León de Oro en la Mostra de Venecia, es su mayor testimonio autobiográfico y brinda al espectador la oportunidad de conocer el origen formativo de su despliegue autoral. Describe la vida en México D.F. a principios de los agitados años 70, cuando aún era un niño que habitaba en el barrio de clase media-alta referido en el título. Aprovecha esos recuerdos en blanco y negro para rendir un homenaje a las mujeres que le criaron, y que representaban los mundos opuestos de la señora y la criada. 

Pero una cosa son los basamentos sentimentales de Cuarón y otra su vena cinéfila, que le viene de ser un cuate que creció cerca de los estudios de cine Churubusco. Desde muy temprana edad empezó a manejar cámaras, por lo que fue un mal estudiante que chocaba con unos profesores que poco o nada le podían enseñar. Con su ópera prima ‘Sólo con tu pareja’ (1991) ya ganó junto a su hermano Carlos el Ariel al Mejor Guion. Se anticipó a la reciente revolución del cine mexicano, por lo que tuvo que cruzar la frontera y rodar en inglés ‘La princesita’ (1995), película de culto que le llevaría a hacer tiempo más tarde la mejor entrega de la saga ‘Harry Potter’.

Encumbrado en Hollywood, nunca ha perdido la perspectiva mexicana, gracias a su entente con los también emigrados Guillermo Del Toro y Alejandro González Iñárritu, sus socios en la productora Cha Cha Chá Films. Y conviene recordar que ya había salido antes triunfador en Venecia con otra producción del país azteca, la ‘Y tu mamá también’ (2001) que obtuvo los premios de Mejor Guion para los hermanos Cuarón y el de Mejor Actor ex aequo para Diego Luna y Gael García Bernal. Claro que hasta puede parecer poco comparado con los siete Óscar que se llevó ‘Gravity’ (2013), y que convirtieron a esta gran producción de cien millones de dólares en su creación más comercial, con casi ochocientos millones recaudados en todo el mundo. Unas ganancias con las que se podrían rodar cientos de películas como ‘Roma’.