‘El resplandor’, 40 años recorriendo los pasillos del hotel Overlook
Stanley Kubrick estrenó ‘El resplandor’ en Estados Unidos el 23 de mayo de 1980. Cuatro meses más tarde se proyectó en Zinemaldia y, cuarenta años después, esta obra que fue tímidamente recibida inicialmente, se ha convertido en un título referencial del género de terror.
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A finales de los 70, un cineasta buscaba entre una montaña de libros una idea inspiradora que le permitiese dar forma y sentido a su última obsesión. Cinco años después del rodaje de ‘Barry Lyndon’, Stanley Kubrick se había planteado un nuevo reto: filmar una película relacionada con el terror y, en concreto, con aquellos que regresan de entre los muertos.
Conocedor de los quebraderos de cabeza por los que estaba pasando el cineasta, un ejecutivo de la Warner le envió un ejemplar de ‘El resplandor’, una novela escrita por un autor que con anterioridad ya había sido trasladado a la gran pantalla y con gran éxito con ‘Carrie’.
A Kubrick le gustó el sustrato de la obra y telefoneó a la escritora y futura coguionista Diane Johnson, y entre ambos desglosaron al milímetro cada pasaje de la novela, calibraron lo que debía permanecer en el filme y lo que debía ser desechado.
Fiel a su obsesivo método de trabajo, el autor de ‘La naranja mecánica’ empleó doce meses en preparar los monumentales decorados del escenario que debía recrear el lugar en el que transcurre la acción, el hotel Overlook.
Sabedor de la importancia que tenía el edificio dentro de la trama y obligado a otorgarle un rol protagonista, Kubrick contrató los servicios del prestigioso director artístico Ray Walker, el cual recorrió durante meses diferentes puntos de Estados Unidos fotografiando hoteles.
El propio Walker recordó de esta manera la búsqueda de un entorno que se creó a partir de diferentes escenarios: «Todos los detalles del decorado están fielmente copiados de edificios e interiores auténticos. El exterior del hotel Overlook está basado en un hotel de Colorado, y los interiores, de muchos sitios distintos, son todos existentes. El retrete rojo y blanco, por ejemplo, donde Jack habla con el camarero Grady, es un retrete construido a imagen y semejanza de otro que encontré en un hotel de Phoenix. La fachada principal, por su parte, se inspira en un complejo turístico de las montañas de Oregón».
Unido a este engranaje visual, Jack Nicholson, Shelley Duvall y un precoz Danny Lloyd fueron los encargados de dotar de físico a los terrores que albergaba el hotel Overlook.
Un desencuentro creativo
Estrenada en Europa dentro de Zinemaldia del año 80, esta película regresó a los laboratorios tras las muy tímidas críticas que recibió y atemorizado por la respuesta que podría obtener en su carrera comercial. Remontó su obra, lo cual se tradujo en diecisiete cortes correspondientes a unos 25 minutos del metraje original.
Entre las malas críticas que recibió también se encontraba la del propio escritor, el cual describió de esta manera las impresiones que le causó el visionado de la película: «Es como un enorme y precioso cadillac sin motor adentro; puedes sentarte y disfrutar del olor de la tapicería de cuero, pero no puedes conducirlo a ninguna parte».
La coguionista Diane Johnson salió en defensa de este proyecto que compartió junto a Kubrick y respondió a Stephen King en estos términos: «Eentre nosotros, ‘El resplandor’ no forma parte de la gran literatura. Da miedo, es eficaz y funciona, sin más; no es muy bueno. Pero precisamente es interesante ver cómo un libro bastante malo puede ser también muy eficaz. Lo que es evidente es que la idea, el argumento, es muy bueno. De hecho, Stephen King posee una extraña capacidad para obtener este tipo de efecto, provocar el miedo en el lector. Piensa probablemente que es mejor escritor de lo que en realidad es: ‘El resplandor’ es un libro bastante pretencioso... pero también es cierto que se tienen menos escrúpulos al cortarlo en pedazos, una es consciente de que no se está destruyendo una gran obra de arte».
Lejos de apagarse la polémica, décadas después, en 2016, un periodista volvió a preguntar a King por el filme de Kubrik y su opinión no cambió. «Siento lo mismo porque el personaje de Jack Torrance no tiene recorrido en esa película. Absolutamente ninguno», respondió.
A King no le gustó la elección de Nicholson desde el principio y tampoco el papel que el director diseñó para él, demasiado esquizofrénico y loco. «Cuando ves por primera vez a Jack Nicholson ya sabes que está loco como una rata de mierda, solo se vuelve más loco», explicó el escritor, quien concibió a su protagonista como un hombre que lucha por mantener la cordura entre problemas de alcoholismo y sus fantasmas internos y externos. Sin embargo, Kubrick decidió retratar una transición a la locura mucho más explosiva y efectista, utilizando todos los recursos al alcance del lenguaje del cine.
‘El resplandor’ fue una de las primeras películas en utilizar la Steadicam, que incluso perfeccionó cuando filmó las recordadas escenas laberínticas del pequeño Danny recorriendo los pasillos del hotel sobre su triciclo y que derivaron ante la puerta de la habitación 237 y la escena en la que asoman las inquietantes gemelas.
La novela que nació en un hotel olvidado
‘El resplandor’ fue la tercera novela escrita por Stephen King. Con anterioridad había alcanzado cierto renombre gracias a ‘Carrie’ y ‘El misterio de Salem's Lot’, y ello provocó que el autor quisiera probar con algo novedoso en su nuevo proyecto. Su intención fue abandonar su localidad natal de Maine y buscar nuevas escenografías en las que desarrollar su trama y para tal fin, abrió un atlas de Estados Unidos y señaló al azar un lugar; fruto de esta decisión caprichosa, King y su familia se dirigieron a un lugar ubicado en Colorado llamado Boulder.
En su ruta se alojaron en un hotel lindante al Parque Nacional Rocky Mountain de Colorado y casi se vieron en la obligación de prolongar su camino debido a que el hotel estaba a punto de ser cerrado debido a que se encontraba en temporada baja. La noche del 30 de octubre de 1974, King y su familia –alojados en la habitación 237– fueron los únicos huéspedes del hotel Stanley.
Mientras escuchaba en la habitación el hilo musical y comprobaba que la suya era la única mesa que estaba preparada para la cena, el escritor cayó en la cuenta de que tenía en mente los primeros mimbres de su futura novela. «A excepción de las nuestras –recordó el escritor– todas las sillas estaban encima de las mesas. Mientras, la música hacía eco en el pasillo se asomaron las primeras ideas y cuando me fui a la cama esa noche, tuve el libro en mi mente».
Animado por los primeros esbozos que le inspiraron el eco de la música y la imagen del gran salón del comedor vacío, decidió dar un paseo por los pasillos solitarios del hotel Stanley y acabó en la barra del bar, donde compartió charla y confidencias con un camarero llamado Grady.
Según el autor, «esa noche soñé que mi hijo de tres años corría por los pasillos, mirando hacia atrás sobre su hombro, con los ojos dilatados, gritando. Estaba siendo perseguido por una manguera de incendio. Me desperté con un tremenda espasmo, sudado de los pies a la cabeza y a punto de caerme de la cama. Me levanté, encendí un cigarrillo, me senté en una silla mirando por la ventana a las Rocosas y cuando el cigarrillo se consumió, tuve el armazón del libro firmemente establecido en mi mente».
Desarrollada en cinco partes, la novela incluye entre sus páginas referencias a algunas de las novelas que Stephen King utilizó como base inspiradora: ‘The Haunting of Hill House’ de Shirley Jackson, ‘Burnt Offerings’ de Robert Marasco y ‘La máscara de la Muerte Roja’ de Edgar Allan Poe.
Además de sus pasajes terroríficos, ‘El resplandor’ también incluye elementos muy personales del propio autor, el cual logró exorcizar sus miedos plasmándolos en la mentalidad del protagonista. «El protagonista –dijo King– es un hombre que ha roto los brazos de su hijo, que tiene un historial violento: golpea a los niños y se golpea a sí mismo. Y siendo yo un joven padre con dos hijos, estaba aterrado por mi ocasional sentimiento de antagonismo hacia mis hijos. ¿No quieres parar? ¿No quieres ir a la cama? Y el tiempo me ha dado la idea de que probablemente hay un montón de jóvenes padres y madres que se sienten enojados, que tienen sentimientos agresivos hacia sus hijos. Así que cuando escribí este libro escribí un montón de cosas que trato de alejar de mí mismo, pero también es una confesión. Sí, hay momentos en que me sentía muy enojado por mis hijos e incluso sentí que quería lastimarlos».
‘Doctor Sueño’, la secuela
El pasado año, Mike Flanagan estrenó la adaptación de ‘Doctor Sueño’, la secuela literaria de ‘El resplandor’, publicada por Stephen King en 2013. Ewan McGregor fue el encargado de interpretar a Daniel Torrance que, en edad adulta, repasa los episodios que vivió siendo niño en el hotel Overlook.
Curiosamente, y a pesar del desencuentro artístico que mantuvieron King y Kubrick, la adaptación cinematográfica de Flanagan respeta al máximo el imaginario visual del hotel que fue creado por Kubrick. En relación a este punto, el cineasta declaró que «la primera gran conversación que tuvimos King y yo fue sobre hacer o no hacer una adaptación de King que tuviera lugar en el universo que Kubrick había creado. Lo primero que hice fue volver a la novela y resultó inevitable no relacionarla con las imágenes de Kubrick. Por ese motivo intenté conseguir el permiso de King para hacer un híbrido. Si la conversación de King no hubiera ido como fue, no habríamos hecho la película. Su opinión sobre la adaptación de Kubrick es conocida y complicada; complicada hasta el punto de que, si has leído ‘Doctor Sueño’, sabrás que activa e intencionadamente ignoró todo lo que Kubrick cambió de su novela, como diciendo de forma desafiante: ‘no, esto no existe en el universo de Kubrick’».
A pesar de semejante hándicap, Flanagan –quien ya había trasladado a la pantalla la novela de Stephen King ‘El juego de Gerald’ (2017)–, quiso convercer al escritor para unir ambos universos. En este punto, el director dijo que «terminamos la conversación no solo con su permiso, sino también con su entusiasmo. Cuando le envié el borrador del guión le gustó y, cuando terminó el proceso de posproducción, la película fue enviada tanto a Stephen King como a los familiares de Kubrick. Ambos visionados transcurrieron muy bien y ello nos dio esperanza de continuar».
La secuela de ‘El resplandor’ tiene como protagonista a Daniel Torrance, el niño que recorría los pasillos del hotel en su triciclo y que fue testigo directo de la locura que se adueño de su padre, interpretado por Jack Nicholson.
Danny Lloyd interpretó este personaje a la edad de cinco años y, en edad adulta, fue retomado por Ewan McGregor. Su personaje es ahora un hombre que vive recluido en una pequeña y olvidada localidad. Dotado de un extraño poder, se sirve de él para aliviar la agonía de los ancianos que están a punto de morir.
Todo cambia cuando se encuentra con una niña que tiene sus mismas habilidades y que necesita su ayuda para hacer frente a la inquietante Rose the Hat –interpretada por Rebecca Ferguson– y sus seguidores, quienes se alimentan del ‘Resplandor de inocentes’ en su búsqueda de la inmortalidad.