El accidentado viaje de la memoria

Anteriormente Martin Sulík había obtenido el Premio Especial del Jurado en el Festival de Karlovy Vary en dos ocasiones por ‘El jardín’ (1995) y ‘Gypsy’ (2011), pero aún así ‘Sin olvido’ (2018) es su película más reconocida hasta la fecha, al haber triunfado en los premios SFTA de la Academia de Cine eslovaca con siete estatuillas, incluida la de Mejor Película.

Además fue seleccionada por su país para los Óscar, por su tratamiento del tema de la memoria histórica en relación a las matanzas de Kl’ak y Ostry Grun, de las que ya quedan pocos testimonios. Sulík también ha tomado como fuente de inspiración el libro de Martin Pollack ‘El muerto en el bunker’ (2004). Con dichos elementos compone una mirada a la Europa actual, atravesando países que han olvidado su pasado más cruento, a pesar de que siguen reproduciéndose conflictos en distintas zonas.

El mayor acierto de ‘Sin olvido’ (2018) reside en su pareja protagónica, y eso que Sulík en principio contaba con el maestro del cine checo Juraj Herz, pero enfermó al comienzo del rodaje y falleció poco después. Su ausencia la cubrió otro gran cineasta checo como Jir Menzel, ganador de un Óscar por ‘Trenes rigurosamente vigilados” (1966).

A sus 82 años no tuvo inconveniente en participar en un rodaje que le exigía hablar idiomas y, sobre todo, estar dispuesto a pasarse horas en la carretera dentro de un coche. Tiene mucha química con el actor austriaco de 73 años Peter Simonischek, consagrado gracias a la película de Maren Ade ‘Toni Erdmann’.

En una especie de buddy movie rodante dan vida a dos ancianos de caracteres antagónicos, y que comparten una viaje de búsqueda de la verdad sobre el genocidio nazi. Uno, como hijo de una familia asesinada y el otro, como descendiente del oficial de las SS encargado de esos crímenes, que ahora conviven juntos.