Aquel verano de Ozon
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François Ozon vuelve de nuevo a Donostia, donde ya triunfó con ‘En la casa’ (2012), que obtuvo la Concha de Oro a la Mejor Película y el premio al Mejor Guion. Pero esta vez no lo hace por vía directa, sino a través del festival de Cannes que ha concedido su sello de calidad a ‘Été 85’ (2020). Lo que no cambia es de distribuidora, que sigue siendo Golem y anuncia el estreno de la película para el día 9 de octubre. Al joven François la lectura en su juventud de la novela del británico Aidan Chambers ‘Dance on my Grave’ le marcó, y ahora la lleva a la pantalla poniendo de cosecha propia al recordar como fueron sus veranos ochenteros, motivo por el que ha trasladado el texto a las playas de Normandía.

Aparte de los libros, lo que nuestro cineasta siempre tuvo entre sus manos desde niño fue una cámara, gracias a que su padre era aficionado al Super 8. Cuando estudió en La Fémis de París tuvo de profesor a Eric Rohmer, y se graduó con una tesis sobre Maurice Pialat, para fundar junto a otros compañeros de carrera la productora Fidelité. En sus primeros largometrajes iba a mostrarse influido por Buñuel y Fassbinder, pero no tardó en encontrar su propio estilo, mediante una sutil e inteligente combinación de relatos inquietantes y personajes de ambigua sexualidad envueltos en una atmósfera provocativa.
Siempre se ha esmerado en la dirección de actrices, y tras recuperar en todo su misterio a Charlotte Rampling se dio el gusto de reunir a ocho divas del cine francófono en una misma película: Catherine Deneuve, Emmanuelle Béart, Isabelle Huppert, Fanny Ardant, Virgine Ledoyen, Danielle Darrieux, Ludivine Sagnier y Firmine Richard.