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Un canto que nace del profundo sur

La cantante Andra Day encarna a la estrella del jazz Billie Holiday .(NAIZ)

Tit. orig.: ‘The United States vs. Billie Holiday’. Dtor.: Lee Daniels. Guion: Suzan-Lori Parks. Prod.: Joe Roth y Lee Daniels. Int.: Andra Day, Trevante Rhodes, Natasha Lyonne, Garrett Hedlund, Rob Morgan, Tone Bell, Tyler James Wiiliams, Erik LaPay Harvey, Melvin Gregg. Fot.: Andrew Dunn. Mús.: Kris Bowers. Mont.: Jay Rabinowitz.

La diferencia entre la caracterización de Diana Ross como Billie Holiday en el biopic de Sidney J. Furie ‘Lady Sings the Blues’ (1972) y la de Andra Day en ‘The United States vs. Billie Holiday’ (2021) es que aquella hacía una interpretación vocal a su estilo, mientras que la cantante Andra Day hace una imitación perfecta. Nos quedaría como tercera en liza Audra McDonald, que encarna a la vieja gloria del jazz en la televisiva ‘Lady Day at Emerson’s Bar and Grill’ (2016), basada en la obra teatral homónima de 1986. De momento Andra Day se ha llevado un Globo de Oro a la Mejor Actriz, categoría en la que también está nominada para el Óscar.

En cuanto a las diferencias entre estas dramatizaciones, queda claro que la que ahora se estrena de Lee Daniels es la más política, al engancharse a las producciones afroamericanas que se vienen sumando al movimiento Black Lives Matter. El oscarizado director de ‘Precious’ (2009) cuenta entre sus trabajos más recientes dos series musicales para televisión, que son ‘Empire’ (2015) y ‘Star’ (2017), en las que cuestiona la industria musical y la utilización de la fama. Pero son temas que en su nueva película aparecen como telón de fondo, porque lo que está en primer termino es la figura de Lady Day como una auténtica disidente y pionera de la lucha por los derechos de la población de raza negra.

Se muestra cómo fue un claro objetivo en la persecución del FBI y J. Edgar Hoover al mundo artístico más comprometido, desde que en 1939 se atrevió a desafiar al poder blanco cantando ‘Strange Fruit’, cuya letra es la más dura y explícita que se haya escrito jamás sobre los linchamientos en el profundo sur. En lugar de utilizar una censura directa como único método disuasorio, la atacaron y condenaron por sus adicciones. Fue tal el boicot y prohibiciones que hubo de soportar que murió en 1959, a los 44, totalmente arruinada.