La joven viuda camino de la horca
YALDA, LA NOCHE DEL PERDÓN
Irán-Estado francés. 2019. 89’. Tít. Orig.: ‘Yalda’. Dtor. y guion.: Massoud Bakhsi. Prod.: Marianne Dumoulin, Alexander Dumreicher-Ivanceanu y Jacques Bidou. Int.: Sadaf Asgari, Behnaz Jafari, Fereshteh Sadre Orafaee, Babak Karimi, Arman Darvish. Fot.: Julian Atanassov.
La ópera prima de Massoud Bakhsi, ‘Una familia respetable’ (2012), fue prohibida en Irán, lo que le ha acarreado grandes dificultades para seguir haciendo cine, y por fin ha podido realizar su segundo largo, ‘Yalda’ (2019), con ayuda europea, gracias a que su primera película se pasó con éxito en la Quincena de Realizadores de Cannes. Esta vez ha podido llegar más lejos, ya que ganó en Sundance el Gran Premio del Jurado.
‘Yalda’ (2019) es una obra que no puede pasar desapercibida a la audiencia occidental, porque informa e ilustra de primera mano la situación de la mujer dentro de la sociedad iraní. Se inspira en una casuística que se da con más frecuencia de la deseada, en torno a las jóvenes casadas con hombres mayores que, al quedar viudas, levantan sospechas de criminalidad, máxime si hay herencias familiares de por medio.
Además, la llamada deuda de sangre aparece como una carga más a añadir a la propia condena, que suele ser de ahorcamiento para la mujer acusada de matar a su marido, y se trata de la indemnización que la acusada tiene que pagar a la familia del difunto.
La joven protagonista es Maryam (Sadaf Asgari), una chica de 22 años declarada culpable de la muerte de su marido de 65 años, cuando en realidad se trató de un accidente en medio de una discusión porque el hombre prohibía a la mujer dar a luz al hijo de ambos.
La única salida que tiene Maryam para salvarse de la horca es acudir al programa televisivo ‘La alegría del perdón’, que viene a ser como la versión iraní de ‘Volverte a ver’ o ‘Hay una carta para tí’. Una vez allí se encontrará en el plató con la hija del fallecido, si es que ha querido acudir a la cita, una antigua amiga a la que cree que puede llegar a tocar el corazón por encima del dolor de la pérdida.
El melodrama familiar se mezcla de este modo con la crítica social.