El Alpecin, el equipo más rentable del pelotón

El Alpecin-Fenix creció el año pasado sobre la base del Corendon-Circus en el que corría Van der Poel con apenas diez millones de presupuesto sin interés de llegar al World Tour porque puede disputar esta temporada todas las carreras que quiera de la máxima categoría tras ser el mejor equipo de la segunda. Algo que va a repetir este año porque es octavo en el ranking UCI solo superado por equipos que tienen un presupuesto muy superior como son Ineos, Deceuninck, Jumbo, UAE, Bora, Bahrain y Astana.

Eso le permite sacar mayor rentabilidad a su presupuesto al tener un sueldo mínimo los corredores más bajo que en el World Tour y poder elegir el calendario que le conviene. Así ha renunciado a carreras duras como la Itzulia o la Volta y se centra en pruebas de un día y en las vueltas que ofrecen posibilidad de lucimiento a sus sprinters.

Y luego Van der Poel corre donde quiere ganar. Es cuarto en el ranking UCI individual solo superado por Primoz Roglic, Tadej Pogacar y Wout van Aert y este año ha conseguido siete victorias en las nueve pruebas del World Tour que ha disputado. Ha ganado etapas en todas las vueltas –UAE, Tirreno (2), Suiza (2) y Tour– y en todas ha vestido el maillot de líder al menos un día. Además ganó la Strade Bianche, fue segundo en el Tour de Flandes, tercero en Harelbeke y quinto en San Remo, en las cuatro clásicas que quiso disputar. También corrió A Través de Flandes, la única en la que no entró en el Top 5.

Pero el Alpecin no es solo Van der Poel. Ha reclutado a una buena nómina de corredores rápidos que le han permitido llegar a 19 victorias, al sumar otras siete Merlier –incluidas etapas en Giro y Tour–, tres Philipsen, una Waisleben y el campeonato suizo Silvain Dillier. Solo Deceuninck (34), Ineos (28) y Lotto (20), superan las 19 victorias del Alpecin y el equipo de Roglic gracias a las seis logradas en los campeonatos.

Decisiones inteligentes

Pero el Alpecin no solo logra los resultados que quiere en las dos últimas temporadas. Acierta con las decisiones que toma. Ganó hasta en la presentación de equipos al presentarse sus corredores con el maillot en homenaje a Raymond Poulidor, con un video genial en las redes sociales con el que se han ganado el apoyo de la afición francesa y de los aficionados al ciclismo, que han comprado una gran cantidad de maillots a pesar de lucirlo solo ese día y en la primera etapa.

Van der Poel no alcanzó su objetivo de la primera semana de lograrlo con él la etapa y el liderato, pero sí el segundo y su equipo ya lleva dos triunfos y el de hoy será su quinto día con el maillot amarillo gracias a otra decisión poco habitual en el ciclismo porque para mantenerlo utilizó en la crono elementos con los que su equipo no tiene contrato.

Buscó para la ocasión a última hora las mejores ruedas que podía adquirir, llevó un casco diferente al del equipo, como los cubrezapatillas y un acople de manillar de Aerocoach, más aerodinámicos, para mantener el maillot amarillo tras trabajar hasta el día anterior a última hora todo el Alpecin. Por eso tras lograr su objetivo dijo que «tengo que agradecer al equipo, trabajaron hasta la noche. Fue mejor de lo que esperaba, me sentí muy fuerte. El maillot amarillo me dio alas, fue único para correr frente al público francés, que me ha apoyado en todo momento. Lo recordaré durante mucho tiempo. La única vez que toqué mi bicicleta de contrarreloj en lo que va de temporada fue en el Tour de Suiza». Entonces fue 25º en apenas once kilómetros, pero con todas las novedades y la motivación fue capaz de ser quinto por delante de grandes especialistas.

Los artífices de éxito del Alpecin-Fenix son los hermanos Christoph y Philip Roodhooft​​se, los responsables económico y deportivo, respectivamente, de un equipo que tiene asegurada su continuidad y la de Mathieu van der Poel hasta el año 2023. Han conseguido que el holandés rechace las ofertas del World Tour y prefiera tener la libertad que le dan para compaginar la ruta, el ciclocross y el mountain bike, donde tiene marcado el objetivo de conseguir la medalla de oro en los Juegos antes de volver a la ruta para buscar el Mundial de carretera.

El responsable del Deceuninck, Patrick Lefevere, quiso incorporar a Van der Poel, al Corendon y a los hermanos a su estructura en 2019. Philip Roodhooft explicaba este año en una entrevista que «queríamos hacerlo a nuestra manera. Tomamos la oferta de Patrick como un cumplido, por supuesto. Tenemos una buena relación. Creo que si hubiéramos trabajado junto con Patrick Lefevere también habría salido bien. Nunca se sabe lo que hubiera sido de hacer las cosas de otra manera, pero en ese momento queríamos seguir con nuestro equipo. Y el tiempo ha demostrado que fue la decisión correcta. Solo un año después encontramos dos grandes sponsors, Alpecin y Fenix, ​​gracias a los cuales pudimos dar más pasos».

Lefevere ha llegado a criticar recientemente al Alpecin-Fenix porque no quiere pertenecer al World Tour, lo que le permite sacar mayor rendimiento a su presupuesto. Philip Roodhooft lo tiene claro, aunque defiende que su primer objetivo no es ser el mejor equipo UCI Pro Team: «Es como en el fútbol. Si eres campeón de tu Liga, quieres defender tu título para volver a jugar la Champions League el próximo año. Pero el objetivo principal es ganar carreras. La clasificación es consecuencia de los resultados, pero no es el objetivo para nosotros. La única razón por la que queríamos ganar el Europa Tour el año pasado fue para tener la oportunidad de participar en todas las carreras en las que queríamos estar. Si entramos en un sprint múltiple, queremos ganarlo y no sumar más puntos con tres corredores entre los diez primeros. Pensamos ese objetivo de antemano y esperamos poder ayudar a nuestro velocista a ganar. ¿Qué crees que elegiría? ¿Por un lado ganar un monumento, una etapa en el Tour o estar primero en el ranking y no tener un gran triunfo? Corremos para ganar cosas importantes, no para estar en lo alto de la clasificación. Si lo hacemos bien en todas las competiciones, automáticamente obtenemos los puntos necesarios».