Carácter e ilusión
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Hemos estado en nuestro sitio tanto Soto como yo y todos los compañeros. Sabemos que el nivel en una Vuelta es altísimo, ha sido un buen comienzo y una buena toma de contacto. Hay gente de altísimo nivel, pero no estamos tan lejos y es una motivación para los veinte días que quedan.
Estar en la Vuelta ha sido una sorpresa muy grata. He visto recompensado el trabajo realizado todo el año y ha quedado muy claro que este equipo valora a los corredores de casa y su progresión. El mejor ejemplo es darme la oportunidad de estar en la carrera más importante para nosotros. Si me lo dicen hace un mes no me lo creo porque pensaba más en el Tour del Porvenir. Como no pudo ser, hubo este cambio de planes. Me dijeron que podía haber esta oportunidad y me la ha dado al equipo que me ha visto crecer.
Impone el montaje que tiene la Vuelta y la gente que mueve. El primer repecho lo he subido sin hacer esfuerzo por los muchos aficionados vascos que estaban. Es algo que te emociona, subir entre ikurriñas y camisetas naranjas con la gente gritando tu nombre. Hay que estar ahí para vivirlo. No solo es especial para nosotros, también para el público volver a las carreras de alto nivel. Veías feliz a la gente que se acercaba al autobus mientras calentábamos. Intuías las sonrisas debajo de las mascarillas. Ha sido emocionante todo el día. Vuelve la marea naranja, vuelve la ilusión de un pueblo.