«La gratuidad está bien pero sería mejor que la contracepción no fuera cosa de mujeres»
Sarah Piet, representante de Planning Familial, valora como un avance la decisión de extender la gratuidad de los métodos anticonceptivos anunciada por París pero considera que habría que abordar de forma integral la cuestión para que la responsabilidad no dependa «en un 90% de las mujeres».
Sarah Piet, integrante de la asociación Planning Familal de Baiona, responde a las preguntas de NAIZ horas después de conocerse el anuncio hecho esta mañana por el ministro de Sanidad francés, Olivier Véran, según el cual desde enero de 2022 las mujeres de hasta 25 años no deberán costearse la contracepción.
¿La gratuidad es una medida que va en la buena dirección?
Estamos satisfechas porque es un avance para los derechos de las mujeres que se extienda la gratuidad de los métodos contraceptivos al menos hasta los 25 años de edad. Sin embargo, queremos ver cómo se desarrolla esa propuesta en el decreto, para determinar mejor su alcance.
¿Puede ser más limitado el anuncio de lo que parece?
Se está hablando sobre todo de la contracepción hormonal lo que, siendo importante, porque es el método que más emplean las mujeres, no es suficiente porque, sin ir más lejos, el preservativo sigue siendo el único método eficaz para evitar los embarazos no deseados pero también las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).
El ministro de Sanidad ha ligado la medida a la voluntad de limitar el número de interrupciones voluntarias del embarazo entre las mujeres más jóvenes. ¿Es una aproximación correcta?
Nuestros datos no avalan esa afirmación. La mayoría de las interrupciones voluntarias del embarazo o IVG se producen en mujeres de 23-25 años en adelante que no se han quedado embarazadas por no usar la contracepción sino por fallos ligados a la prescripción del método y a su uso. Ocurre porque falla el método, no porque no se pongan medios para evitar el embarazo. Lo que obliga a reflexionar sobre el acompañamiento de que son objeto estas mujeres y también sobre cómo mejorar la información.
Son recurrentes, sin embargo, las informaciones que hablan de que se usan menos los anticonceptivos.
Creo que sí hay una bajada en el uso de la píldora que, con todo, sigue siendo el método más extendido. Hay una desconfianza creciente hacia los tratamientos hormonales. Pero es curioso porque esa visión crítica se limita a la píldora y no a los parches, cada vez más populares y que llevan también hormonas.
Ni una referencias en el anuncio a la contracepción masculina.
Bueno... ¡es que llevamos 25 años esperando los avances prometidos por los laboratorios! La contracepción depende en el 85 o 90% de los casos de las mujeres. Estaría bien que el anuncio de hoy se insertara en un programa más integral que, asentado en el hecho de que el desarrollo emocional y afectivo es un derecho básico, trabajara la corresponsabilidad entre los miembros que mantienen una relación.
En resumen, un avance a la espera de otros pasos.
Y sobre todo a la espera de una actuación integral, que trabaje la educación, que forme y haga pedagogía, y que, desde luego combata, sin ir más lejos, la precariedad menstrual, y que fomente, por encima de todo, la participación y la corresponsabilidad. Porque está bien que se aligere la carga económica a las mujeres, aunque sea hasta los 25 años, pero estaría mejor que se educara a cualquier edad con vistas a compartir el esfuerzo económico que implica protegerse de una ETS y de un embarazo no deseado.