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Las residencias de mayores con más de 70 plazas tenían un riesgo de contagio 11 veces mayor

Un estudio del Ararteko concluye que los «elementos estructurales» de los centros residenciales de la CAV tienen «una notable capacidad de protección» en caso de epidemia. En comparación con los centros de menos de 25 plazas, el riesgo de infección es 11,3 veces más alto en los de más de 70 plazas.

La campaña de vacunación contra el covid-19 se inició en diciembre de 2020 en las residencias de mayores. (Gorka RUBIO/FOKU)

‘El impacto de la pandemia del covid-19 en los centros residenciales para personas mayores en Euskadi’ es el título del estudio difundido este martes por el Ararteko. Como señala en la presentación Manuel Lezertua Rodríguez, estos centros «constituyen entornos especialmente vulnerables frente a situaciones como las que generan pandemias con la del covid-19».

Siguiendo su introducción, el hecho de tratarse de establecimientos donde conviven un número –en ocasiones elevado– de personas frágiles que requieren apoyo de terceras personas para las actividades más básicas de la vida diaria los convierte en lugares especialmente proclives a la expansión del virus.

Y de esto se puede deducir, como indica el Ararteko, que «no es de extrañar» el impacto tan importante que ha tenido la pandemia del covid en las residencias de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, al igual que ha sucedido en el resto de Euskal Herria y en la mayoría de los países europeos.

A nivel europeo, entre un 40% y un 50% de la mortalidad causada por el coronavirus se ha producido en los centros residenciales, que también han registrado tasas de infección y de letalidad particularmente altas.

En la CAV, hasta el 10 de enero de 2021, el covid provocó el fallecimiento de 5 de cada 100 personas residentes, mientras que casi un tercio de todos los fallecimientos a causa del virus (30 de cada 100) se asocian a estos centros.

Factores «estructurales» que diferencian unos centros de otros

Como se recoge en las conclusiones del estudio del Ararteko, «uno de los resultados de mayor trascendencia que se obtiene de la investigación realizada es que, para la población mayor que vive en residencias, el riesgo de contagio por covid-19 ha dependido, en gran medida, de las características del centro residencial y, en menor medida, de la zona en la que se ubica, mientras que la influencia de las características personales ha sido menor de la que cabría esperar».

Es decir, que el centro residencial, la zona de salud y la comarca de ubicación del centro –más concretamente, la Organización Sanitaria Integrada (OSI) a la que pertenece– podrían llegar a explicar, en conjunto, un 55,1% de las diferencias en el riesgo de contagio.

Y, de estas tres variables, «la correspondiente al centro residencial sería la más relevante, capturando un 49,9% de la variabilidad individual en el riesgo de infección». 

En el caso de la mortalidad, por el contrario, la relevancia del contexto –en contraposición a las características personales– sería mucho menor, capturando únicamente el 4,7% de las diferencias en el riesgo de mortalidad.

Los «elementos estructurales» que han demostrado tener esa «notable capacidad de protección» ante el riesgo de contagio son «el tamaño de los centros, el número de plantas, el número de plazas por comedor y la organización de los centros en unidades convivenciales».

Y este informe viene a constatar que el riesgo de contagio sería más elevado en los centros con mayor número de plazas: «En comparación con los centros de 25 plazas o menos, el riesgo de infección sería 6,3 veces más alto en los centros de 26 a 70 plazas y 11,3 veces más en los que tienen más de 70 plazas».

Datos que, como se señala, coinciden básicamente con los aportados por otros estudios realizados en distintos puntos del mundo que han analizado la asociación entre el tamaño de los centros y el riesgo de infección.

En un tercio de las residencias no hubo ningún contagio hasta enero

El trágico impacto de la primera ola de la pandemia en las residencias de Euskal Herria está tan asumido que no deja de sorprender el hecho de que, ateniéndonos a la CAV, entre marzo de 2020 y enero de 2021 –periodo en el que se centra el estudio del Ararteko– 99 de los 299 centros analizados permanecieron libres de covid-19 (36 en Araba, 42 en Bizkaia y 21 en Gipuzkoa). Y en otros 58 centros no se registraron fallecimientos por covid a pesar de haber tenido algún contagio.

En función del tamaño de los centros, la proporción de los que resultaron afectados en esos primeros nueve meses es más elevada entre los de tamaño medio y grande, respecto a los de menor tamaño (25 plazas o menos): un 18,4% de los centros con 25 plazas o menos tuvo un contagio, mientras que la proporción es del 44,1% entre los de 26 a 70 plazas; y del 59,2% entre los de más de 70 plazas.

No obstante, no hay que perder de vista que, en total, entre el 1 de marzo de 2020 y el 10 de enero de 2021 fallecieron por covid en las residencias de mayores al menos 938 personas, lo que supone el 5,44% de las 17.284 usuarias estimadas para la primera fecha. En ese periodo fallecieron por otras causas 3.393 residentes.

«Principales datos de la relalidad estudiada»

Como se destaca en el informe, este es el primer estudio realizado en la CAV en el que se aplican unas metodologías estadísticas específicas a los datos individuales correspondientes a la práctica totalidad de las 20.000 personas usuarias de los centros residenciales entre marzo de 2020 y enero de 2021.

Y estos son algunos de los datos que se ponen de relieve de forma esquemática:

- La proporción exacta de personas ususarias que se se han contagiado no se conoce con exactitud. Los datos que ofrecen las diputaciones forales en los Informes Semanales de Indicadores Covid remitidos a la Fiscalía Superior de la CAV «no son comparables para los tres territorios», y solo permiten conocer la prevalencia acumulada de contagio para las residencias de Gipuzkoa, que se sitúa en el 26,1% hasta el 10 de enero de 2021. Las estimaciones para Araba y Bizkaia del 25,7% y 25,2% respectivamente.

- Desde las primeras semanas de marzo de 2020 hasta el 10 de enero de 2021, el 66,7% de los centros residenciales para personas mayores de la CAV –esto es, 199 centros de un total de 299– tuvo algún caso de covid-19 y durante ese periodo fallecieron 938 personas usuarias con diagnóstico covid-19.

- Dos de cada tres centros residenciales registraron al menos un caso de covid-19, con un porcentaje total de personas residentes infectadas cercana al 25%. A sensu contario, uno de cada tres centros residenciales fue capaz de evitar la propagación del virus entre sus usarios y usuarias durante los primeros nueve meses de la pandemia.

- Las personas que viven en residencias para mayores representan el 5% de todas las personas contagiadas.

- El covid provocó el fallecimiento de 5 de cada 100 personas residentes, mientras que casi un tercio de todos los fallecimientos a causa del virus (30 de cada 100) se asocian a centros residenciales.

- El control de la pandemia ha exigido una respuesta global a todos los niveles para articular la cooperación de los sistemas de salud y de los servicios sociales con los centros residenciales, quienes han tenido la responsabilidad última de aplicar las medidas y establecer los medios necesarios para frenar la transmisión del virus y salvaguardar la seguridad de las personas residentes y trabajadoras.

- La cooperación de las personas trabajadoras de los centros y de las propias personas usuarias y de su entorno más próximo ha sido también imprescindible para la adecuada implantación de las medidas de prevención adoptadas.