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'La pasión' y sus diversas ascensiones cinematográficas al Gólgota

Un Jesucristo reconvertido en rebelde sin causa, otro con cara de asesino y uno más que resultó ser antifranquista. Todo ello acompañado por un coro de alegres crucificados. En definitiva, el cine también aplicó lecturas diferentes a 'La pasión'.

Graham Chapman y sus compañeros de Monty Phyton suvirtieron lo establecido con 'La vida de Brian' (HANDMADE FILMS)

En la mente de los magnates de la industria no hay cabida para salmos y bendiciones, tan solo un altar de celuloide gobernado por un becerro de oro que elude los mandamientos grabados en piedra.

Entre la gran cantidad de material filmado basado en el imaginario bíblico destacan los dedicados a 'La pasión'. Por fortuna, siempre ha habido autores que han aportado nuevas perspectivas que nos ayudan a comprender la fenomenología de un personaje universal muy divinizado.

Dentro de este apartado figuró la versión de 'Rey de reyes' que dirigió el eterno rebelde sin causa Nicholas Ray en el año 61.

La película del autor de ‘Johnny Guitar’ contó con un guion escritor por Philip Yordan y en el que también participó el prestigioso escritor Ray Bradbury.

Semejante unión de creadores dio como resultado una obra-encargo dedicada a Cristo y ejecutada por personas a las que el cristianismo no les importaba nada.

La primera intención de este proyecto fue la de hacer una reconstrucción de la historia de Israel entre los años que van desde la entrada de las legiones romanas en Jerusalén hasta la muerte de Jesús.

Una recreación que, aparte de no ocultar su marcado acento sionista, convirtió a Jesucristo en uno más entre la multitud.

Es decir, los hechos de su vida adquieren igual –o menor– importancia que la profanación del templo por las tropas del romano Pompeyo o la descripción de los movimientos de resistencia antirromana.

Nicholas Ray se esmeró a la hora de eliminar con mucho tacto cualquier circunstancia que recordara la condición divina de su protagonista, haciendo especial hincapié en el asunto de los milagros.

Dejando a un lado estas peculiaridades ideológicas, otra de las obsesiones del guion fue la de conseguir realismo y originalidad: Jesucristo –Jeffrey Hunter- visita al Bautista –Robert Ryan– en la cárcel y Barrabás figura como líder de la guerrilla nacionalista antirromana.

Jeffrey Hunter llevó a cabo una aplicada interpretación que fue triturada por un gran sector de la critica, que rebautizó la película como 'I Was a Teenage Jesus' ('Yo fui un Jesús adolescente').

Un Jesús con cara de asesino

'El Evangelio según San Mateo', de 1964, constituyó un auténtico cambio de registro en lo que a Jesucristos fílmicos se refiere.

Por un lado topamos con su director, Pier Paolo Pasolini, quien –parafraseando al marqués de Bradomín– por su condición de ateo, marxista y homosexual no resultaba la persona idónea para llevar a cabo este proyecto, y por otro el guion se remitía directamente al texto original de Mateo en vez de seguir la tradicional costumbre de mezclar frases de varios evangelistas o añadir diálogos escritos por los propios guionistas.

El interés de Pasolini por Cristo no resulta del todo incompresible ya que era ateo, pero un ateo inteligente y culto que no sentía ninguna necesidad de hacer propaganda antirreligiosa; y por otra parte, si bien detestaba el catolicismo desde un punto de vista social e histórico, no tenía ningún reparo en considerarse «culturalmente cristiano».

Clamando al cielo

En el año 1989, una turba de fanáticos católicos se atrincheraron en las puertas de los cines esgrimiendo todo tipo de pancartas y clamando al cielo para que un rayo redentor fulminara de la faz de la tierra al cineasta Martin Scorsese y a ese Jesucristo con cara de asesino llamado Willem Dafoe.

El origen de esta sentencia divina fue la proyección de ’La última tentación de Cristo’.

Basada en la novela homónima del filósofo griego Nikos Kazantzaskis, la película trataba de desmitificar por completo al personaje.

Probablemente, muchas de las personas que protestaron contra este filme –del que únicamente se presumía saber que Jesucristo y María Magdalena compartían una tórrida escena de amor– desconocían las inquietudes religiosas de un cineasta que en varias de sus obras ha dejado entrever las dudas y profundos sentimientos que siempre le han generado su educación religiosa.

«Para mi –afirmó Scorsese– se trata de un filme religioso, un estudio serio del concepto de amor y una profundización de la idea de sacrificio a partir de una obra imaginaria».

Torturas y vejaciones

Quien hasta el momento ha llevado a cabo la más compleja y difícil plasmación en imágenes del último y definitivo capítulo vital de Jesucristo ha sido el ultracatólico Mel Gibson.

Difícilmente superable, esta obra mayor se limita a poner en imágenes todo aquello que han pregonado los Evangelios pero que nadie tuvo las agallas suficientes para dotarlas de imagen. En 'La Pasión' de Gibson no hay margen para lecturas filosóficas o teológicas, es la simple y brutal escenificación de un sacrificio que ni siquiera fue del agrado de amplios sectores católicos que no podían soportar la visión de su idolatrado Jesucristo convertido en un auténtico guiñapo humano por culpa de la constante sucesión de torturas y vejaciones a las que supuestamente fue sometido.

La declaración de principios del cineasta y actor australiano fue tajante: «Quería que la gente se estremeciera y también quise ser extremo. Quería llevar a la gente a la cima para que, desde allí, vieran la inmensidad de su sacrificio, cómo alguien puede dar amor y perdón, a pesar del dolor extremo».

Dicho y hecho, Gibson se empleó a fondo en poner en escena una obra monumental en la que el dolor físico adquiere una dimensión extrema y dentro de una literalidad que abruma.

Un alegre coro de crucificados

Monty Python subvirtió todas las normas establecidas cuando pusieron en escena su magistral 'La vida de Brian' (1979).

Fieles a su ácido sentido del humor, los integrantes de este colectivo –respaldados por el productor ejecutivo del filme, el ex-Beatle George Harrison– afirmaron que no pretendían en modo alguno ofender los sentimientos de los fieles cristianos.

Probablemente y mientras realizaban estas afirmaciones, dejaban entrever una sonrisa similar a la de aquellos centuriones que se veían en la obligación de ahogar su carcajada cada vez que Pilatos abría su boca.

En realidad, su intención fue la de arremeter contra todas las religiones mediante secuencias como la crucifixión animada por la canción 'Always Look the Bright Side of Life’.

Tres 'pasiones' a tener en consideración

1897

Tan solo dos años después de su nacimiento, el cine y por mediación de los hermanos Lumière, reflejó por primera vez este episodio fundamental de los Evangelios. 'Vida y pasión de Jesucristo' es un encadenado de trece escenas de corte naïf que logró un gran éxito tanto en Europa como en los Estados Unidos.

1902

'Nacimiento, vida, milagros, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo', dirigida por Ferdinand Zecca, pasa por ser una de las producciones más celebradas por las autoridades eclesiásticas debido a que su estilo didáctico e ingenuo fue perfecto para que los misioneros, en sus asentamientos asiáticos y africanos, sedujeran y reclutaran a sus futuros feligreses mediante la proyección sistemática y en sesión contínua de este filme

1927

La primera 'Rey de reyes' fue dirigida por el megalómano y ultraconservador Cecil B. DeMille. En su exceso, el director filmó una escena en la que María Magdalena –Jacqueline Logan– muestra su enfado a su amante Judas Iscariote –Jospeh Schildkraut– porque este prefiere la compañía de un tal Jesús de Galilea a la suya.