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Lizarra vuelve a 1965 de la mano de un rodaje con Carmen Machi y Karra Elejalde

Carmen Machi y Karra Elejalde ruedan estos días en Lizarra ‘La voz del sol’, la adaptación de una novela de Alan Jolis que narra un viaje al Estado español en 1965 y realiza una radiografía de la situación política y social. Machi y Elejalde vuelven a rodar juntos, pero no es una comedia.

Karra Elejalde y Carmen Machi en Lizarra, simulando estar en los sanfermines de 1965 (Idoia ZABALETA | FOKU)

La calle Rúa de Lizarra aparece estos días con un aspecto inusual. Arena en el asfaltado y vallas del encierro. Banderas españolas franquistas en los balcones. Y gente vestida a la moda de la década de los 60. Se trata del rodaje de la película ‘La voz del sol’, de la directora estadounidense Carol Polakoff, en el que participan como protagonistas Carmen Machi y Karra Elejalde.

La Lizarra de hoy se ha convertido en la Iruñea de 1965, ciudad en la que transcurre la acción de la película. En plenos sanfermines. La película es una adaptación del libro del mismo título (‘Speak Sunlight’, en inglés) de Alan Jolis, que recoge sus propias experiencias. Hoy graban escenas del encierro. Ayer, incluso, tuvieron toros de verdad en el rodaje.

Se cuenta la historia de un chaval adolescente estadounidense (Matteo Artuñedo) que vive en París, hijo de diplomáticas. En su casa están de criados Maruja (Carmen Machi), una mujer de origen gallego, y Manolo (Karra Elejalde), un antiguo maqui de Iruñea que hace las tareas de mayordomo. Realizan un viaje al Estado español que supondrá un rito iniciático para el adolescente.

«Realmente no sé por qué ella quiere volver a España. Yo no tengo ninguna gana. Suelo ir una vez al año a ver a a la ama y con eso me basta. Pero Maruja quiere volver no sé muy bien por qué. Y aquí estamos», explica Elejalde en un encuentro con los medios durante un receso en el rodaje.

Realmente, los motivos de Maruja para regresar son algo que no se puede desvelar para no hacer spoiler. En cualquier caso, ambos, con el adolescente, viajan a Iruñea y a la Galicia natal de Maruja, que en la película se rodará en los próximo días en Galipentzu.

Mostrar la realidad del Estado español de 1965

El viaje sirve para mostrar la realidad política y social del Estado español, «con fidelidad, rigor y compromiso histórico», según apunta Machi. De este modo, se puede ver el contraste entre dos personas que habitan en el París que apunta ya a Mayo del 68 con quienes sufren una dictadura franquista, que controla la vida cotidiana. «Son unos criados, no son personas con un estatus especial, pero la diferencia es muy grande», explica Machi. Más para las mujeres, sometidas a un control total frente a «la libertad de París». Pintarse era una de esas acciones mal vistas en esa época. «Le digo a la madre de Manolo que me estoy poniendo guapa y me responde que aquí las mujeres no hacen eso», explica Machi sobre una escena de la película que ejemplifica el contraste.

En otra escena, Manolo y Alan, el chaval, ven que están borrando una pintada en la que pone ‘Askatasuna’. El adolescente le pregunta al antiguo maqui sobre la pintada y le responde que es un idioma prohibido. «¿Cómo pueden prohibir un idioma?», es la repregunta del adolescente, al que la represión se le hace extraña y novedosa.

En el caso del personaje de Karra Elejalde, además, se trata de un antiguo maqui. Todos sus compañeros de grupo han muerto tras ser capturados y torturados. Él ha sobrevivido y vive en París, de manera relativamente acomodada, lo que le supone una contradicción interna y remordimientos ante la negra suerte que sufrieron sus compañeros.

La acción transcurre en los sanfermines, presentados como una fiesta en la que se difuminan las diferencias sociales y políticas. «Con el pañuelo no hay ni ricos ni pobres, ni de Montejurra ni de Otxandiano», destaca Elejalde.

El actor vivió los sanfermines de joven. «Nos escapábamos de la mili para ir a San Fermín», recuerda. Pero actualmente, «no me tira ni San Fermín ni Celedón». Obviando la respuesta fácil, con una postura irreverente e iconoclasta, señala que no le gustan las fiestas tan masificadas, con orines y vómitos.

Un drama que une a Machi y Elejalde

Machi y Elejalde coincidieron en ‘Ocho apellidos vascos’ y sus secuelas, que fueron un gran éxito de taquilla. Desde entonces no han trabajado juntos, aunque ambos están en el cartel de ‘Rumbos’, una película coral en la que sus personajes no aparecen juntos, por lo que no compartieron rodaje. En cualquier caso, ambos destacan que mantienen el contacto.

Ambos subrayan que la película que les ha traído a Nafarroa no tiene nada que ver con ‘Ocho apellidos vascos’. No es una comedia, sino un drama. La historia que cuenta termina de una manera trágica que no se puede desvelar. Machi y Elejalde coinciden al señalar que la comedia es más difícil de trabajar que el drama: «Para el drama tienes recursos, para la comedia es más complicada. Sucede también en el teatro. Sueltas un chiste un día y la gente se tira por el suelo. Sueltas el mismo chiste, de la misma manera, al día siguiente y la gente ni se inmuta. No se sabe muy bien por qué».

Machi señala que no le gusta que una gran producción cinematográfica se limite actualmente a una comedia de rápido consumo, que busca suscripciones a plataformas o audiencias para lograr grandes ingresos en perjuicio de la calidad. Elejalde, por su parte, destaca que las plataformas, «en su pelea por ver quien la tiene más larga», están produciendo mucho y dando mucho trabajo en la industria cinematográfica. Sin embargo, reconoce que una película como ‘Los santos inocentes’, una de las mejores producciones de la historia según su visión, apenas recaudaría tres millones de euros actualmente, una minucia si se compara con otras producciones de rápido consumo. De este modo, es difícil que se apueste por la calidad.

El rodaje se está desarrollando con unas altas temperaturas, a las que los actores están haciendo frente con profesionalidad. Un vestuario de 1960 no ayuda. Machi lleva una rebeca, que contrasta con los más de 35 grados de temperatura.

Están contentos rodando en Lizarra, aunque lamentan que sea imposible cenar en un restaurante entre semana. Junto a ello, la capacidad hotelera de Lizarra no es capaz de albergar a todo el equipo de rodaje, parte del cual se tiene que desplazar a Tafalla para dormir, lo que a Elejalde no le gusta.

La directora, Carol Polakoff, explica que la adaptación de la obra de Jolis es un proyecto en el que lleva trabajando muchos años, desde que conoció el libro, que le tocó el corazón. «Hace 22 años, me enamoré del libro y desde el primer momento pensé que había que hacer una película. El autor muere pocos años después y le prometí que haría la película algún día. No sabía cómo ni cuándo, pero tenía que hacerla», explica.

Ahora, el proyecto se está haciendo realidad. Polakoff destaca que a través de este relato el espectador vivirá el último adiós de los protagonistas de la historia, enmarcada en pleno franquismo pero que ahonda en la intimidad de los personajes poniendo sus sentimientos y relaciones en el centro de la historia, un relato que sus creadores describen como «una reconciliación con el pasado, el presente y el futuro» y «una oda a la vida».

«Es una película muy dramática y emocional pero con humor y espero que gran cantidad de referencias culturales», ha señalado Polakoff . Para ello han querido contar con actores de las zonas en las que están rodando ya que «son auténticos y conocen su cultura», como es el caso del lizarratarra Ahikar Azkona, «a local hero», según la directora.