Los equipos se presentan en Copenhague con un público apasionado y cambios por el covid

El Tour que comienza este viernes en Copenhague ha vivido su primer acto dos días antes con la presentación de los equipos en los jardines del Tivoli de la capital danesa, repleto de una multitud que ha vivido entusiasmada la llegada de la mejor carrera del mundo, el próximo año comenzará en Bilbo, en un ambiente espectacular.

Los organizadores han señalado que jamás ha asistido tanto público a una presentación de equipos. En la misma línea Chris Froome ha declarado que «he estado en once salidas del Tour y nunca he sentido la energía de hoy, es maravilloso el apoyo del pueblo danés».

Los diez ciclistas daneses participantes, sobre todo Jonas Vingegaard, uno de los favoritos tras ser segundo el año pasado que se ha emocionado con el apoyo de su gente, han sido los más aclamados por un público volcado con todos los corredores. Uno por uno todos los participantes en el Tour han sido aclamados por los aficionados en un acto en el que se han confirmado varios cambios por los positivos de covid que amenazan el normal desarrollo de la carrera después de la cantidad de abandonos registrados en la última prueba preparatoria, el Tour de Suiza.

Marc Hirschi ha sustituido a Matteo Trentin en el UAE del gran favorito, Tadej Pogacar, Bruno Armirail a Thibaut Pinot en el Groupama, Florian Sénéchal a Tim Declercq en el Quick Step, Guillaume Boivin a Omar Goldstein en Israel y Alexander Riabushenko a Batistella en Astana por positivos de coronavirus. Algunos sustitutos no han podido llegar a tiempo para la presentación.

Además Bob Jungels, del Ag2r, y Daryl Impey, del Israel, no han participado en el acto a la espera de conocer los resultados de los test y eso da una incertidumbre grande a la carrera. El Total ha cambiado a Cristian Rodríguez por Edvald Boasson Hagen porque el andaluz se ha negado a renovar antes de tomar la salida.

Persecución del dopaje tecnológico

La Unión Ciclista Internacional (UCI) vigilará con nuevas herramientas el uso del llamado dopaje tecnológico durante el Tour. Los comisarios utilizarán dos nuevos radares destinados a ver lo que contiene el interior de los cuadros de las bicicletas, con el objetivo de detectar propulsores no permitidos, ha indicado la UCI este miércoles en un comunicado.

Los detectores de rayos X usados en la pasada edición, cuando se controlaron 1.008 bicicletas, serán reforzados ahora con otros instrumentos de retrodifusión y retransmisión, que permiten obtener en pocos segundos imágenes de alta definición del interior de los cuadros de las bicicletas.

Todas las bicicletas serán controladas con rayos X antes del inicio de cada etapa. Además se usarán los nuevos elementos, más sofisticados, para examinar las bicicletas de varios corredores, entre ellos el ganador de cada etapa y los que lideren cada una de las clasificaciones.

Se controlarán al azar a tres o cuatro ciclistas más, al igual que a todos aquellos que presenten sospechas por parte de los comisarios, como aquellos que efectúen un elevado número de cambios a lo largo de la etapa. También se controlarán las bicicletas de los coches de los equipos. En caso de que fuera necesario, también se puede proceder a desmontar una bicicleta para conocer lo que hay en su interior.

La UCI recordó que el año pasado no se detectó ningún fraude tecnológico en el Tour, pero su jefe de Innovación, Michael Rogers, indicó que el dopaje tecnológico sigue tomándose «muy en serio. Nuestra gama de herramientas para luchar contra cualquier forma de engaño nos permite realizar controles rápidos y efectivos. Esto es esencial para garantizar que las competiciones de ciclismo sean justas y para proteger la integridad del deporte y sus atletas».