Se me acaban los adjetivos
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Espectacular, grandiosa, sensacional y para quitarse el sombrero. Esta final entre Joseba Ezkurdia y Jokin Altuna es de esas en las que a uno se le acaban los adjetivos. Ambos han protagonizado un auténtico partidazo y ahí están los datos para corroborarlo: casi 400 pelotazos, 75 minutos de juego, dos saques y apenas cuatro y cinco fallos por cada lado.
Aunque solo ha sido Ezkurdia el que se la ha acabado calando, ambos se han merecido la txapela por el enorme desgaste que han desplegado sobre la cancha y el gran espectáculo que han ofrecido al graderío. Un partido de esos en los que se dice que los dos se han calentado de lo lindo sin dar ningún tanto por perdido y dejándose la piel en cada pelotazo.
Un encuentro en el que han exhibido su talento, pero en el que el físico ha tenido especial protagonismo, con un Ezkurdia que ha dado la sensación de llegar más entero en la segunda parte, dado que a Altuna le ha tocado correr más de lado a lado durante muchas de las fases de un choque que apenas ha tenido respiro para dos contendientes que han ido a muerte a por la txapela.
Una final con mayúsculas, en la que a ninguno de los dos se les puede reprochar nada, con la única pena de que el último tanto no haya sido de jugada. Tanto Ezkurdia como Altuna han sufrido en el frontón, que es lo más importante y algo que agradece la cátedra en un enfrentamiento tan singular como es este del Cuatro y Medio. Eléctrico, formidable, magnífico... Lo dicho, se me acaban los adjetivos.