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La Policía Municipal de Iruñea patrulla desde hoy con pistolas eléctricas Taser

Agente con una cámara en el pecho y la Taser enfundada. (@PamplonaIrunaPM)

La Policía Municipal de Iruñea cuenta desde este miércoles con «una nueva herramienta de trabajo», descrita como «un dispositivo eléctrico de control (DEC)» ideado para «situaciones en las que se requiera el uso de este medio en el uso progresivo de la fuerza».
 
Concretamente se trata de una pistola del modelo Taser T7, que genera una descarga eléctrica en la persona que recibe el impacto. En su comunicado, la Policía Municipal asegura que «es un dispositivo inteligente y no letal de última generación, el cual es capaz de ajustar la intensidad a las características físicas de la persona con la que interviene, siendo totalmente seguro su uso».

Será portado por una cuarentena de agentes que han recibido un curso específico de formación de 16 horas de duración, «el cual les habilita y acredita, mediante un certificado como operadores del mismo, con una validez máxima de un año». Para renovar ese certificado tendrán que recibir una formación de actualización.

Los instructores son también agentes que en este caso se desplazaron hasta Madrid en una estancia de cinco días para ser formados por la empresa Axon, propietaria de la marca Taser.

Los policías que porten este dispositivo «lo harán de acuerdo a un protocolo específico que regula su uso». Estarán patrullando y desplegados por todos los sectores de la capital. Los agentes portarán también cámaras personales de grabación Axon Body 2, que comenzarán a grabar automáticamente cuando la pistola Taser se extrae de la funda, de modo que la intervención quede registrada.

Agentes policiales apuntan que se trata de un recurso a medio camino entre la porra o el bastón y la pistola de fuego. Defienden además que se reducirá el número de lesiones producidas por el enfrentamiento físico, tanto entre los agentes como entre las personas detenidas.

Un policía municipal de Iruñea que participó el pasado marzo en una demostración ante jueces y fiscales y que se ofreció voluntario para recibir el disparo de una Taser explicó a ‘Noticias de Navarra’ que «no se siente dolor al recibir la descarga, pero sí es muy desagradable. Es un espasmo que te incapacita. Se te quitan las ganas de todo, te vuelves dócil y obediente».

Unos cinco segundos

La descarga genera en quien la recibe una incapacidad para moverse que dura unos cinco segundos, lo que es aprovechado por los agentes para reducirle e inmovilizarle.   

La Policía local de Azkoien, también en Nafarroa, ha empleado ya este tipo de material en diversas ocasiones. A finales del pasado setiembre redujo así a un hombre que se había atirncherado en una vivienda, tras una discusión con otro vecino. La Policía Foral y los cuerpos municipales de ayuntamientos como Eguesibar o Tafalla están a la espera de poder utilizarlas.

Este tipo de armas ha sido no obstante objeto de críticas de diferentes organismos internacionales, ya que pueden llegar a ser letales debido a la reacción del cuerpo de la persona que recibe la descarga, por ejemplo en aquellos que sufren problemas cardiacos.

Además, Amnistía Internacional ha advertido que «su mala utilización puede llevar a casos de trato cruel, inhumano o degradante o incluso tortura, en casos en los que su uso no ha estado justificado o ha tenido una intención de castigo». A su juicio, deberían estar sujetas al mismo criterio que se aplica a las armas de fuego, siendo solo empleadas en «aquellas situaciones en las que exista un riesgo para la vida o la integridad física del agente o de terceras personas, riesgo que no pueda contenerse por medios menos extremos y como último recurso».