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Alonsotegi se sigue debatiendo entre cambio o continuidad cuatro años después

Alonsotegi se debate entre cambio o continuidad cuatro años después de que la alianza PNV-PSE frustrase que la victoria de EH Bildu en las urnas se materializara en su acceso a la Alcaldía. Los problemas se mantienen mientras la localidad sigue acaparando titulares por los casos de corrupción.

Vecinos de Alonsotegi se manifiestan pidiendo el cambio en el Gobierno municipal tras los comicios en 2019. (Monika Del Valle | FOKU)

Corrupción y Alonsotegi siguen asociados a la espera de que los tribunales juzguen los casos relacionados con la gestión municipal en la que tres alcaldes del PNV están imputados, uno de ellos fallecido. Hace cuatro años, el trabajo desarrollado desde la oposición provocó que EH Bildu fuera la primera fuerza política pero el apoyo del edil del PSE, Balbino Álvarez, mantuvo en la Alcaldía al jeltzale Joseba Urbieta a pesar de que era pública la crítica al modo en que su socio gobierna.

Una de las claves para el próximo 28 de mayo está en saber si PNV y PSE van a anunciar la continuidad de su pacto. Urbieta y Álvarez vuelven a encabezar las papeletas de sus respectivos partidos.

Fue un inicio de mandato convulso que luego se ha visto atemperado por la pandemia a pesar de los sobresaltos provocados por el concejal del PSE. Con menos actividad, el Consistorio ha logrado ahorrar y acelerar la salida de su delicada situación financiera.

De hecho, por primera vez en 12 años, el presupuesto municipal de 2023 incluye un capítulo específico de inversión. No obstante, gracias a los remanentes de tesorería positivos de ejercicios anteriores, se han llevado a cabo actuaciones relevantes como la habilitación de los bajos del frontón para acoger un gimnasio y salas polivalentes, la construcción de un aparcamiento, así como una zona deportiva y de ocio.

Las relaciones entre PNV y EH Bildu han sido tensas y se ha reflejado en la gestión, despreciando las aportaciones de la oposición en varios proyectos para acabar realizándolas como sucedió con la ampliación del recorrido del ascensor en el frontón, o las críticas desde la bancada soberanista de izquierdas al sobrecoste de la cancha cubierta multideportiva que se inunda con la lluvia.

En la Mancomunidad sin mejora

En esta legislatura, Alonsotegi se ha adherido a la Mancomunidad de Enkarterri en las áreas de Bienestar Social, Euskara e Igualdad. A día de hoy, según la oposición, ninguno de los servicios ha mejorado sus prestaciones sino todo lo contrario.

El Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) ha encarecido su precio y se han limitado las condiciones para su concesión. El Equipo de Intervención Socio-Educativa (EISE) lleva desde octubre de 2022 sin funcionar y con varios casos de jóvenes en riesgo de exclusión a la espera del servicio. Los de Igualdad y Euskara no han sido ni presentados en el Ayuntamiento.

Y mientras los problemas diarios de los residentes no se resuelven y el nivel de las prestaciones es escaso, soportan una de las mayores cargas tributarias de Bizkaia, con el IBI más alto y el IVTM de los más altos. Además, la oposición ha detectado que no se cumplen los pliegos de condiciones en contratos municipales como el de la limpieza viaria o jardinería.

En ese contexto, llega la cita con las urnas, en la que EH Bildu aspira a revalidar victoria y obtener mayoría absoluta con la que desbancar al PNV. Los soberanistas de izquierda proponen como cabeza de lista a Unai Arregi y en sexta posición, con la que lograría la mayoría absoluta, sitúa al actual portavoz y concejal con más años de experiencia en el Ayuntamiento, Asier Intxausti, buscando un plus en la activación del voto, eje fundamental de la campaña diseñada.

Han mantenido la fiscalización sobre la escasa acción de gobierno del PNV y la presión en los juzgados para defender los intereses municipales, al tiempo que su perseverancia consiguió que se denegara la licencia al crematorio de Arbuio y que la Diputación acepte la conexión del bidegorri entre los barrios de Ularki y Arbuio.

En el caso de los jeltzales, a pesar de perder hace cuatro años, Joseba Urbieta vuelve a ser su candidato con el objetivo de «lograr un Alonsotegi en el que seguir viviendo, seguir trabajando y seguir disfrutando». A pesar de la renovación de la lista, el cisma por el que transita el partido en la localidad desde hace años se refleja en la candidatura presentada, por las ausencias de ciertas familias.

No hay duda de que Balbino Álvarez volverá a ser concejal en atención a la serie histórica de resultados del PSE desde que Alonsotegi es municipio.

Interés mediático ha tenido la presentación de la candidatura del PP, encabezada en esta ocasión por el joven Oihalitz Fernández, aunque no es nuevo; hace cuatro años lo hicieron obteniendo 34 votos frente a los 745 de EH Bildu, 682 del PNV y 204 del PSE.