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Ibon Navarro devuelve a Unicaja a unas semifinales de la Liga ACB por primera vez desde 2017

Ante un Lenovo Tenerife que ha acusado diversos problemas físicos, la escuadra andaluza se ha impuesto por 0-2, tras superar a los de Txus Vidorreta por 59-72 en el primer partido y 97-74 en el segundo, con una importante actuación de Darío Brizuela saliendo del banquillo.

Ibon Navarro preside el corrillo de la plantilla de Unicaja. (M. POZO | ACB PHOTO)

A última hora de la noche del jueves, el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena se ponía en pie y coreaba, en honor a Ibon Navarro, una de sus canciones de esta campaña 2022/23. «¡Ibon tiene un plan!». En total, 10.602 espectadores que se rendían al gran equipo que ha conseguido erigir el entrenador gasteiztarra, que ha devuelto al conjunto andaluz a unas semifinales de la Liga ACB por primera vez desde 2017 y espera al ganador del duelo entre Barça y Valencia Basket.

Igual que en la final de la Copa, la víctima de la escuadra malagueña ha sido Lenovo Tenerife, que en vano ha disfrutado del factor cancha, ya que la serie ha terminado en «barrida» por 0-2. Los pupilos de Ibon Navarro se imponían por 59-72 en el Santiago Martín y remataban la serie en casa, con un incontestable 97-74, a pesar de que los pupilos de Txus Vidorreta se adelantaran 13-22 al final del primer cuarto.

Unicaja dio la vuelta al partido y decantaba prácticamente la serie en el segundo cuarto, con un parcial de 37-14, alcanzando el descanso con un 50-36 en el marcador y un colchón más que suficiente de cara a la segunda mitad. Pese a no poder contar con Alberto Díaz y tener a Jonathan Barreiro recién recuperado de una lesión, Ibon Navarro y los suyos aplicaron el rodillo sobre la escuadra aurinegra, con seis jugadores sumando 10 o más puntos, siendo Tyler Kalinoski el máximo anotador con 21 puntos, pero en el que destacaron jugadores como Dylan Osetkowsky, cuya energía lanzó a los andaluces tras el mal arranque, y un Darío Brizuela autor de 13 puntos, la mayoría durante la voltereta del segundo cuarto.

«Que no se acabe nunca»

«¿Cuál es el plan de Ibon Navarro?», le preguntaban al técnico gasteiztarra nada más terminar el partido. «Espero que esta temporada no se acabe nunca», fue la réplica del alquimista alavés, radiante al ver cómo ha cambiado su suerte deportiva en el plazo de un año. Si en la campaña 2021/22 terminaba siendo destituido de un Morabanc Andorra que luego perdería la categoría, para después terminar la temporada languideciendo en Unicaja, este curso 2022/23, en el que Unicaja ha realizado nueve cambios en su plantilla –diez, tras la llegada de Yankuba Sima por la lesión de Augusto Lima–, el cuadro andaluz ya ha garantizado jugar tres semifinales, como bien dijera el propio Ibon Navarro.

«En la Copa conseguimos ganarlas y llevarnos el título; en la FIBA Champions League no pudimos pasar de las semifinales, y ahora a ver qué», replicaba el gasteiztarra, que aprovechaba la rueda de prensa para felicitar la maternidad de su hermana, antes de reflexionar que «no se trata de lo que estamos logrando sino de cómo lo estamos consiguiendo; de cómo está el pabellón un jueves a las 21.00, de cómo de metida está la gente, de cómo todos los jugadores sacrifican cosas individuales por el equipo, todos están preparados para jugar y nadie está enfadado por no jugar, nadie está mirando los minutos que juega y los puntos que mete porque el equipo juega y cuando les toca estar, se lo pasan bien... Ya sé que para todo el mundo al final lo más importante es ganar, pero desde dentro ver cómo el equipo se está haciendo, es super gratificante. Es una cosa única».

«A estas alturas, ya no vas a cambiar tu forma de jugar, mientras que lo más importante es que los jugadores quieran seguir jugando juntos. Por tanto, el año que viene difícilmente tendremos los resultados de este año, pero ojalá que el ‘cómo’ sea como el de este año. El mismo ruido que había cuando se decía que no éramos capaces de ganar a los primeros, lo habrá ahora, porque en Málaga hay mucha gente que habla y opina del baloncesto. Eso está bien, pero nosotros nos tenemos que aislar de las cosas buenas y de las malas; somos un estado de ánimo, pero ese estado de ánimo preferimos controlarlo nosotros, que dejar que dependa de lo que se nos dice de fuera», remachó el gasteiztarra.

Hasta el propio Txus Vidorreta, que se fundió en un abrazo con Ibon Navarro al final del partido, repartió elogios para el cuadro andaluz. «Pasaron el momento difícil en la Final Four –de la FIBA BCL–, pero hay que poner en valor lo que está haciendo Unicaja», admitió. «Aunque nosotros estemos en un momento difícil –con jugadores como Shermadini mermados a causa de una gastroenteritis–, somos un equipo difícil de ganar; por eso, yo los veo muy bien. Han reaccionado al disgusto de la FIBA BCL y así, si juegan en semifinales como en esta ronda, frente a Valencia Basket, con factor cancha a favor, los veo en la final. Y contra el Barça, aunque tendrían el factor cancha en contra, los vería con opciones; que ya los eliminaron de la Copa», explicó.