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El PSN perdió votos en las localidades donde no apoyó a EH Bildu en 2019

El PSN ha perdido votos en aquellas localidades en las que su decisión adelantada de no apoyar a EH Bildu comprometía un gobierno de izquierdas. Su apoyo disminuyó con respecto a hace cuatro años y sufrió voto dual, dado que personas que apoyaron a Chivite cambiaron de partido en el Ayuntamiento. 

Chivite acudió a votar en Eguesibar, Ayuntamiento donde su candidatura local pinchó. (Iñigo URIZ | FOKU)

No es la primera vez que el PSN concede alcaldías a UPN alegando que no puede dar a EH Bildu ningún ayuntamiento. Lo hizo hace cuatro años, votándose a sí mismo en todos los plenos de investidura pasara lo que pasara. Esto provocó, además de que Enrique Maya gobernara Iruñea cuatro años, que los candidatos de Navarra Suma de Eguesibar, Barañain y Lizarra fueran quienes salieran del primer pleno con la vara de mando.

Los vecinos de las localidades afectadas –y de aquellas donde el voto del PSN se preveía determinante– estaban sobre aviso en estas elecciones. Los datos corroboran que actuaron en consecuencia. En todos y cada uno de esos ayuntamientos han perdido votos. Esto ha sucedido independientemente de que hubiera cambio en el PSN (como Elma Saiz en Iruñea) o de que se repitiera cabeza de lista (como en Tafalla, con Esther Iso).

Es cierto que ha habido mayor abstención que hace cuatro años. Pero los bajones del PSN en estas localidades no pueden achacarse a eso. Se trata de un fenómeno de voto dual demostrable. La gente acudió a votar con una papeleta de María Chivite de color salmón, pero dentro de la blanca, en la del Ayuntamiento, había una papeleta de una formación diferente. En algunas localidades esto ya había sucedido, pero en otras es la primera vez que ocurre.

404 vecinos de Eguesibar llevaron el 28 de mayo el voto del PSN para el Parlamento y, en su otra mano, otro diferente.

En Eguesibar, tercera localidad de Nafarroa por población, en las municipales de 2019 votaron 1.663 personas al candidato local del PSN y, en esta ocasión, el nuevo alcaldable recibió 1.060 votos. O sea, han perdido 603 votos en cuatro años. Pero, tan relevante como eso es que, en esa misma localidad, ese 28 de marzo Chivite recibió 1.464 papeletas, lo que implica que 404 vecinos llevaron ese día el voto del PSN para el Parlamento y en su otra mano el de una formación diferente.

El caso de Elma Saiz

La candidata de Iruñea también recibió castigo debido a su decisión de impedir un Gobierno liderado por Joseba Asiron. En 2019, Maite Esporrín logró 17.417 votos. Y Saiz, 1.567 menos. Nuevamente, los resultados de Saiz en la ciudad fueron peores que los que obtuvo ese mismo día Chivite. Exactamente, 1.921 votos menos. Además, la brecha entre los apoyos que recibió Chivite en 2019 con los de la candidata a alcaldesa se ha ampliado tras cuatro años.

En lo que respecta a Barañain, estamos ante un fenómeno más interesante. En 2019, en esa localidad no existía fenómeno de voto dual: 2.387 votos recibió el candidato local del PSN, solo tres menos que Chivite. Sin embargo, el pasado 28 de mayo esto cambió: 2.282 personas acudieron a votar en favor de la candidata a presidenta, pero solo 1.957 votaron al aspirante a la Alcaldía. El PSN, por tanto, perdió 325 votantes entre la urna de la izquierda y la de la derecha. No tenían voto dual en la cuarta ciudad más poblada de Nafarroa, pero ahora sí.

En Barañain, 2.282 personas acudieron a votar en favor de Chivite, pero solo 1.957 votaron al aspirante a la Alcaldía.

Tafalla es otra plaza digna de análisis. Ahí sí que existía voto dual. Esther Iso recabó en 2019 bastantes menos apoyos que la lista del PSN al Parlamento (247 votos menos). En esta ocasión, después de que Iso se votara a sí misma y EH Bildu retuviera la vara de mando por los pelos, la misma candidata ha vuelto a perder otro centenar de votos.

Otro municipio donde el voto del PSN pudo haber sido clave y los vecinos reaccionaron previendo la situación fue Burlata. Ahí, de nuevo, no existía voto dual. La diferencia de apoyos de la lista local y la del Parlamento del PSN era de solo 6 personas (1.981 y 1.987) en 2019. Sus actos en el pleno hace cuatro años y la falta de claridad ahora le supuso a la lista local la pérdida de 436 votantes entre una urna y otra.

En Lizarra cayó de 1.261 a 710 papeletas en las municipales entre 2019 y 2023. En las autonómicas, un centenar.

En Lizarra, el asunto es más grave. En 2019, debido a la orden de votarse a sí mismos que recibieron los candidatos del PSN, la vara de mando recayó en al aspirante de Navarra Suma. La agrupación local del PSN colapsó y dos concejales decidieron romper y apoyar una moción de censura. Koldo Leoz, de EH Bildu, recuperó de este modo la Alcaldía. En las pasadas elecciones, a lo que se enfrentó el PSN fue a una escisión liderada por Jorge Crespo (el edil expulsado) y el resultado fue que el PSN cayó de las 1.261 a las 710 papeletas en las municipales entre 2019 y 2023, mientras que en las autonómicas apenas perdió un centenar, cinco veces menos.

Una excepción confirma la regla: Uharte. De las localidades en liza, su historia es la más rocambolesca. El PSN tenía una única concejal, Amparo López, que se votó a sí misma en el primer pleno de junio de 2019. Navarra Suma la apoyó y la hizo alcaldesa en solitario. López, en pleno mes de agosto dimitió, para integrarse en el Gobierno. El PSN no encontró sustituto y el pleno municipal se repitió. Al encontrarse la silla del edil del PSN vacía, no hubo forma de articular una mayoría alternativa, por lo que Alfredo Arruiz, de EH Bildu, salió alcalde por pertenecer a lista más votada.

Pues bien, de todos los ayuntamientos donde el voto del PSN jugaba un papel determinante, el de Uharte es el único donde el PSN ha crecido en votos después de cuatro años. Ha subido de 301 a 364.