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Inicio competido para los anfitriones, debutantes con pólvora y grandes interrogantes

Repaso a los cuatro primeros grupos de la primera fase del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, que arranca el jueves en Auckland.

Bacha centra ante su compañera en el Olympique Carpenter durante el amistoso que enfrentó el viernes a Francia y Australia. (Martin Keep | AFP)

Con el encuentro que acogerá el Eden Park de Auckland entre Nueva Zelanda y Noruega echará a andar el Mundial. Será la novena edición del torneo femenino organizado por la FIFA, que por primera vez cuenta con dos organizadores y, también por primera vez, se disputa en el hemisferio sur, elevando a 32 el número de participantes. En la cuenta atrás del torneo, NAIZ ofrece una pequeña guía de los ocho grupos en los que se disputará la primera fase y que determinará los 16 equipos que se clasifiquen para los octavos de final.

Grupo A

Nueva Zelanda, Noruega, Filipinas y Suiza conforman el Grupo A, en el que el equipo nórdico parte como principal favorito por experiencia y calidad de sus futbolistas. La presencia de la sorprendente Filipinas, debutante en el torneo, rebaja la exigencia del grupo pero el inicio está lejos de resultar asequible para la anfitriona, que tendrá que pelear con Suiza por una plaza en octavos.

A favor de Nueva Zelanda jugará, precisamente, su calidad de anfitrión, siempre y cuando no se traduzca en una excesiva presión. El resto… Presente en las cuatro últimas ediciones de Mundial y Juegos como representante oceánico, solo en Londres 2012 superó la primera ronda y nunca ha ganado un partido en la fase final de un Mundial. Jitka Klimkova, que sustituyó a Tom Sermanni tras los Juegos de Tokyo, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el cargo, afronta su primera gran cita al frente de la selección, después de que las Ferns renunciaran a la Copa de Oceanía por estar clasificadas en su condición de anfitrionas –lo que dio a Fiyi la posibilidad de disputar la repesca intercontinental–. La checa mantiene la base del equipo que construyó su predecesor –repiten 16 jugadoras de Tokyo– aunque destaca alguna ausencia, sobre todo la de Abby Erceg, que renunció a la selección el pasado enero en una decisión inesperada.

Seis puestos por delante en el ranking FIFA, Suiza regresa al Mundial tras perderse el de Francia. Necesitó el play-off europeo, en el que superó a Gales, para repetir el éxito al que le había conducido por primera vez Martina Voss Tecklenburg, que llevó a las helvéticas a disputar su primer Mundial y su primera Eurocopa, sin demasiados resultados pero con buena impresión. Quizá por eso, tras el frustrante paso de Nils Nielsen por el banquillo, la Federación suiza ha vuelto a confiar en un mito del fútbol alemán, Inka Grings, que se hizo con el cargo en noviembre del pasado año. La entrenadora ha perdido a veteranas como Kiwic, Rinast –retiradas– o Maendly, que ha dejado la selección, y tampoco podrá contar con Folmli, que se rompió el cruzado, pero al menos recupera a Lia Walti, superada su lesión. También estará Lehmann, de vuelta en la selección con Grings.  

Muy por encima de ellas debería estar Noruega, por mucho peso que haya perdido con el paso de los años la que fuera campeona del mundo en 1995 –también tiene el oro olímpico y ha ganado la Eurocopa en dos ocasiones–. De hecho, su paso por Inglaterra 22, incluso con el regreso de Ada Hegerberg tras una larga ausencia, fue aún más frustrante que sus anteriores experiencias, cayendo en fase de grupos y encajando ocho goles en su partido ante Inglaterra. Le costó el puesto a Martin Sjogren, cuyo testigo tomó de inmediato una de las mejores futbolistas en la historia del país, Hege Riise. Ganadora de Mundial, Juegos y Euro como jugadora, acumula también una larga experiencia en los banquillos incluyendo el de Gran Bretaña en Tokyo, categorías inferiores estadounidenses y la sub19 noruega, con la que logró la plata europea el año pasado. Contará con dos de las mejores jugadoras del mundo, Graham Hansen y Hegerberg y otra larga lista de jugadoras de elite –Mjelde, Saevik, Boe Risa...– aunque no con Thorisdottir, que se pierde la cita por lesión.

El Grupo A lo completa Filipinas, uno de los ocho debutantes en el torneo, que llega con ganas de repetir la sorpresa que ya dio el año pasado en la Copa Asiática, donde alcanzó las semifinales, asegurándose así su primer Mundial. Lo hizo de la mano de Alen Stajcic, el único entrenador australiano que ha ganado algún partido en un Mundial y también el que clasificó a su selección para los Juegos por primera vez. Ha repetido con Filipinas, que llega a la cita con más ilusión que nombres y solo una futbolista que milita en la Liga de su país. Las otras 22 se reparten entre Noruega, Islandia, Estados Unidos, Serbia, Suecia, Brasil y Australia, donde juegan sus mejores futbolistas.

Grupo B

Australia, Irlanda, Nigeria y Canadá integran el Grupo B, en el que las anfitrionas y el campeón olímpico parten como grandes favoritos para hacerse con los billetes a octavos.

A Tony Gustavsson, que ya ganó el Mundial en dos ocasiones como asistente de Pia Sundhague y Jill Ellis en Estados Unidos, le ha correspondido guiar a su gran objetivo a una Australia que sueña con, al menos, superar el listón de los cuartos de final –los ha alcanzado en las cuatro últimas ediciones– y alcanzar las semifinales que disputó en Tokio. Claro que un año después de los Juegos, y ya con Gustavsson en el banquillo, las Matildas firmaron una frustrante actuación en la Copa Asiática. Los amistosos que han disputado desde entonces también han dejado raciones de arena, incluyendo alguna goleada difícil de digerir, pero tampoco han faltado las de cal en un equipo que confía plenamente en sus posibilidades. Aunque su técnico quiere que la búsqueda permanente de la artillera no monopolice el juego del equipo, Sam Kerr será otra vez el faro de un equipo que, por edad o por lesión, ha perdido varias de sus históricas –Logarzo, Van Egmond, De Vanna, Kellond-Knight– pero que cuenta con representación en muchos de los mejores clubes del mundo.

Canadá será su gran rival por el primer puesto del grupo. En el que puede ser el último gran torneo de Christine Sinclair –a no ser que intente repetir éxito en los Juegos de París el próximo año–, y tras un año convulso por el trato discriminatorio de su Federación, el equipo norteamericano mantiene base y estilo bajo la dirección de una Bev Priestman que le llevó al mayor éxito de su historia hace dos años en Tokyo. La edad pasa factura y llega a Australia sin Stephanie Labbé aunque la ausencia más dolorosa es la de Janine Beckie, que sucumbió a la maldición del cruzado en abril. El contraste con Sinclair lo pondrá la prometedora delantera Olivia Smith, la futbolista más joven en debutar con su selección.

Las posibilidades de Nigeria son una incógnita, tras su frustrante actuación en la pasada Copa África, que estuvo incluso a punto de condenarle a disputar la repesca intercontinental. Además, la polémica acompaña a la selección tras la llegada al banquillo de Randy Waldrum, que ya la ha tenido con prensa, aficionados, futbolistas y su propia Federación, a la que ha acusado de querer imponerle jugadoras y de la escasa planificación para la preparación del torneo. Nwabouku, Chikwelu y Okobi-Okeoghene se han quedado fuera de la lista, para sorpresa y, en muchos casos, enfado de afectadas y aficionados pero Nigeria sigue teniendo la capacidad de sorprender a cualquier rival, sobre todo por su potencial ofensivo, con futbolistas como Oshoala, Ajibade, Okoronkwo o Payne.

También tuvo que sortear alguna corriente en contra Vera Pauw cuando no pudo clasificar a Irlanda para la pasada Euro pero lo ha compensado con creces llevando a la selección del trébol a su primer Mundial, para lo que tuvo que superar la repesca europea frente a Escocia. Aunque muchas de sus jugadoras militan en equipos de primer nivel, empezando por Katie McCabe –elegida mejor futbolista de la temporada en el Arsenal–, el único representante europeo del Grupo B parte sobre el papel como el más débil del mismo. Irlanda, por cierto, ha protagonizado una de las anécdotas más llamativas en la previa del torneo, al suspender su amistoso contra Colombia cuando solo se habían disputado 23 minutos por considerar que las sudamericanas se estaban empleando con demasiada dureza. Lo cierto es que Denise O'Sullivan tuvo que ser trasladada al hospital tras recibir una fuerte entrada.

Grupo C

Con España, Costa Rica, Zambia y Japón, el Grupo C supone un reto para los pronósticos. Porque el africano es el equipo peor situado en el ranking FIFA pero tiene una delantera que da miedo, Japón en una gran selección en un momento de transición y España llega sin varias de sus mejores jugadoras y envuelta en la polémica pero en un gran momento deportivo. Solo la etiqueta de «cenicienta» para Costa Rica parece clara.

Kundananji y Oberdorf durante un amistoso entre Zambia y Alemania. Christof Stache/AFP

Lo de España es digno de estudio. Disputa su tercer Mundial consecutivo y, aunque nunca ha superado una eliminatoria en un gran torneo y llega envuelta permanentemente en la polémica y sin varias de sus mejores futbolistas –y del mundo, en el caso de Mapi León y Patri Guijarro, por ejemplo–, aparece en muchas quinielas como una de las grandes candidatas a los puestos de honor. Y lo cierto es que atraviesa un momento dulce, al menos en cuanto a resultados, que incluyen goleadas varias o el triunfo ante Estados Unidos del pasado otoño, además de su mejor posición histórica en el ranking FIFA (6º). Otra cosa es lo que pueda hacer en competición el equipo español –que recupera a Alexia y Jenni Hermoso respecto a la última Euro pero pierde a las ya citadas Mapi y Guijarro, además de Pina, Amaiur, Laia o Sandra Paños, entre otras–, teniendo en cuenta la poca cintura que ha mostrado habitualmente su técnico en los partidos complicados.

Japón también es una incógnita. Cada vez más lejanos en el tiempo sus grandes éxitos –título y subcameonato en Alemania y Canadá, plata olímpica en Londres– y con varias frustraciones encadenadas en los últimos tiempos –en el último Mundial cayó en octavos, en «sus» Juegos no pasó de cuartos y en la Copa Asiática del pasado año perdió en semifinales–, el equipo nipón experimenta un relevo generacional que, lejos de frenar, se ha querido conducir con la llegada al banquillo hace dos años de Futoshi Ikeda. Tras obtener muy buenos resultados en categorías inferiores, incluyendo el Mundial sub20 de 2018, nadie más indicado para dirigir a futbolistas que ha ido conociendo en sus diferentes etapas de formación. De las 23 seleccionadas –entre las que no se encuentra Mana Iwabuchi, una decisión muy polémica–, siete debutan en una gran competición en categoría absoluta y otras cinco solo cuentan con la experiencia de la última Copa Asiática. La defensa es la línea en la que menos ha querido arriesgar Ikeda.

Precisamente a las defensas pondrá a prueba Zambia, que lo tiene todo para desconcertar. Vive su mejor momento, que ya le permitió ser el representante africano en los Juegos de Tokyo y que, tras su tercera plaza en la Copa África, le permite debutar en el Mundial. Y además tiene futbolistas rapidísimas y capaces de convertir en gol media ocasión. Sobre todo Barbra Banda y Racheal Kundananji. Curiosamente, la selección triunfó en la Copa África sin ellas, víctimas de una de las numerosas polémicas que acompañan al equipo. En este caso un supuesto exceso de testosterona, que llevó a especular con su sexo y que acabó demostrándose incierto, pese a lo que Bruce Mwape decidió no recuperarlas para la convocatoria. El seleccionador es protagonista de un asunto aún más feo, ya que está siendo investigado por la FIFA y por su propia Federación por presuntos abusos sexuales a jugadoras, a las que habría obligado a mantener sexo con él. Un auténtico escándalo pese al que sigue encabezando a la selección en el Mundial.

El Grupo C lo completa una Costa Rica que disputa su segundo Mundial tras debutar en Canadá 2015 –curiosamente compartió grupo con la también debutante España, a la que relegó a la cuarta plaza del grupo–. Entonces y ahora consiguió la clasificación con Amelia Valverde en el banquillo, que lleva una tercera parte de sus 36 años de vida dirigiendo a las ticas. No le ha temblado la mano para dejar fuera de la convocatoria a Shirley Cruz que, tras conocer su decisión, ha colgado las botas. La cara de la selección es ahora para la centrocampista de Thorns Raquel Rodríguez.

Grupo D

Dos campeones vigentes continentales, un debutante y un nórdico de vuelta. O lo que es lo mismo, Inglaterra, China, Haití y Dinamarca, que integran el Grupo D, en el que los dos primeros parten como candidatos al billete de octavos, con permiso de las danesas.

Y si las ausencias se lo permiten, en el caso de Inglaterra. Porque siete de las futbolistas con las que Sarina Wiegmann repitió triunfo en la Eurocopa hace algo menos de un año, no han viajado. Por decisión de la técnica, en el caso de Parris y Stokes. Pero a las dos que se le han retirado, White y Scott, se le han unido las lesiones de Kirby, Mead y Williamson. Casi nada. Tampoco está Houghton, que ya se perdió la Euro por lesión y que ahora, tras casi dos años durísimos por su situación deportiva y sobre todo personal, se ha llevado un palo fuerte con la decisión de Wiegmann. Pero cualquiera discute con la entrenadora holandesa, que en los seis últimos años ha ganado la Euro con Países Bajos, la plata mundial también con su selección y el título europeo con Inglaterra. Precisamente futbolistas que ya despuntaron entonces, como Toone o Russo, deberán dar ahora otro paso adelante si quieren mantener a su selección entre las mejores.

Bastante más se ha renovado China en los últimos tiempos y en gran medida es por decisión de Shui Quingxia, primera mujer que dirige la selección asiática. Lo suyo fue llegar y triunfar porque accedió al cargo en octubre de 2021 y en su primera gran cita se llevó el título. Fue la Copa Asiática del pasado año, que China llevaba más de tres lustros sin poder ganar. Wang Shuang y Wang Shanshan siguen siendo los dos grandes referentes del equipo pero el resto tiene muy poco que ver con el que llevó Jia Xiuqan a China y Tokyo y sí con el que logró el cetro continental el año pasado. Solo nueve de las jugadoras que disputaron los últimos Mundial y Juegos repiten ahora.

En teoría, las chinas pelearán por el billete a octavos con una Dinamarca que regresa al Mundial tras 16 años de ausencia. Tampoco le fue bien en la última Eurocopa cuando, tras la plata de la anterior, cayó en la fase de grupo. Pese a ello, la Federación sigue confiando en Lars Sondergaard para dirigir un equipo que sigue teniendo su faro en Pernille Harder. Otra cosa es que contar con una de las mejores jugadoras del mundo alcance para realizar un buen papel. Más aún cuando ha estado lesionada buena parte de la temporada y teniendo en cuenta que no han entrado en la convocatoria –además de Nadia Nadim, descartada después de que no haya vuelto a su mejor nivel tras romperse el cruzado el año pasado– las lesionadas Stina Larsen y, a última hora, Sofie Junge Pedersen.

Del séptimo país más rico del mundo (70.770 $ PIB) al más pobre de América (1.560). Una Haití que debuta en el Mundial tras golear a Senegal e imponerse a Chile el pasado febrero en la repesca continental y que ha visto unida a sus limitadas condiciones de trabajo la actuación deleznable del ya expresidente de su Federación, sancionado de por vida por la FIFA hace tres años tras confirmarse sus abusos sexuales a jugadoras. A todo ello se ha sobrepuesto un grupo de futbolistas dirigido por Nicolas Delepine y encabezado por Melchie Dumornay, la joven goleadora haitiana –cumplirá veinte años en agosto–, que llegó al fútbol europeo vía Francia y que la temporada próxima jugará en el Olympique.