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Sudáfrica apea al anfitrión en un choque memorable y se verá las caras con Inglaterra

Los vigentes campeones dejan en la cuneta a Francia tras 80 minutos para el recuerdo solventados por la mínima (28-29), mientras que el XV de la Rosa ha tenido que sufrir hasta el final para doblegar a Fiji (30-24).

El senperetarra Charles Ollivon trata de zafarse de la defensa sudafricana. (EMMANUEL DUNAND | AFP)

Pero qué locura. ¿Cómo se puede jugar al rugby a ese ritmo? Gracias Francia, gracias Sudáfrica, por ponernos de pie en el salón de casa, por agotarnos solo con mirar. Qué semifinal, qué regalo.

Habrá que contar que en este duelo a tumba abierta, en ese intercambio de golpes, alguno tenía que salir victorioso, y esa ha sido una selección sudafricana que ha confirmado su candidatura a revalidar el título, dejando en la cuneta a un anfitrión que desde hace unos años enfocaba toda su preparación a este torneo.  

La orgía de rugby se ha disparado desde el saque inicial. Francia, con Dupont de vuelta tras ser operado de un pómulo, acumulaba más posesión, pero Sudáfrica sacaba rentabilidad a cada balón. Hasta seis ensayos se han validado en la primera media hora: Baille (2) y Mauvaka por los locales, Arendse, De Allende y Kolbe por los springbooks. Primeras líneas por un lado, tres cuartos por el otro. Una patada de Ramos desequilibraba la balanza antes del descanso (22-19).

En la reanudación era insostenible mantener esa velocidad, pero el choque se ha puesto siendo durísimo, más aún, sin concesiones, sin opción a esconderse, arriesgando la integridad física al servicio de la camiseta. Francia abría un poco más el hueco (25-19) pero Sudáfrica se mantenía a tiro de ensayo transformado, y lo firmaba el imparable gigante Etzebeth a falta de un cuarto de hora (25-26).

Sendas patadas de Pollard y Ramos dejaban las cosas como estaban, 28-29 con 8 minutos por delante. Podía caer para cualquier lado. Lo ha intentado Francia por todos los caminos habidos y por haber, pero Sudáfrica ha exhibido una resistencia sobrehumana que le vale para meterse en la siguiente ronda. El soñado título de Francia tendrá que esperar.

La revancha de Twickenham

En el otro duelo dominical, Inglaterra no ha tropezado por segunda vez en la misma piedra y estará en semis. Poco antes del Mundial, en los partidos preparatorios de finales de agosto, Fiji hizo saltar las alarmas con una victoria histórica en Twickenham (22-30). El destino ha querido que esta tarde sonara la hora de la revancha.

Los europeos se plantaban en cuartos como un equipo sin fuegos artificiales pero sólido, mientras que los oceánicos son un enigma, capaces de dejar en la cuneta a Australia y luego caer ante Portugal. Rugby anárquico, a veces indisciplinado, pero explosivo cuando se suben a la ola buena.

Reflejo de ello, Inglaterra iba labrando esta tarde su billete merced a sumar golpes de castigo. El marcador pintaba un plácido 24-10, pero de repente, en cinco minutos, Fiji ha puesto el empate en el luminoso y el miedo en la garganta de sus rivales.

Un drop, otro golpe de castigo y algunas decisiones controvertidas del árbitro –la querencia hacia los grandes también se da en el rugby– han puesto el 30-24 definitivo, aunque los isleños han tenido una última posesión para reventar las apuestas.

Sudáfrica e Inglaterra se verán las caras el próximo sábado a partir de las 21.00. Los de verde saldrán como favoritos, pero si algo han demostrado los isleños últimamente es instinto de supervivencia.