Tres de cada diez mujeres han sufrido violencia en pareja
Casi cinco millones de mujeres entre 16 y 74 años (tres de cada diez) han sido víctimas de algún tipo de violencia (psicológica, física o sexual) por parte de sus parejas o exparejas en el Estado español, según la primera encuesta sobre esta cuestión realizada dentro del Sistema Estadístico Europeo.
La Encuesta Europea de Violencia de Género 2022 (EEVG), que se enmarca por vez primera dentro del Sistema Estadístico Europeo (SEE), y cuya coordinación lleva a cabo la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat), revela que un total de 4.806.054 mujeres (el 28,7%) del Estado español habrían sufrido algún tipo de violencia en pareja, una cifra que aumenta en el caso de las mujeres de entre 18 y 29 años, franja de edad en la que el porcentaje de víctimas asciende al 38,4%.
El informe estima una mayor prevalencia de la violencia psicológica (27,8%) frente a la violencia física –incluyendo amenazas– (12,7%) o la violencia sexual (6,7%). En este sentido, indica que el daño o riesgo para la integridad psíquica y emocional de la víctima sigue siendo la forma de violencia contra las mujeres más prevalente.
Asimismo, expone que la dinámica de la violencia que se ejerce contra las mujeres en pareja o expareja no se produce de manera repentina, sino que es el «resultado de un proceso de maltrato psicológico y psíquico más prolongado, que va aumentando en intensidad y frecuencia». También constata que siempre que existe violencia física, se ejerce junto a la violencia psicológica.
Asimismo, expone que existe una menor prevalencia de la violencia sexual en la pareja o expareja (6,7%) en relación a otras formas de violencia como la física o psíquica y que esto puede deberse a que, tal y como apunta la literatura científica producida en los últimos años, las víctimas siguen sin identificar o temen desvelar las violencias sexuales que las parejas o exparejas han ejercido contra ellas. «Las causas son diversas y no se pueden extraer conclusiones unicausales. Hay aspectos estructurales, así como individuales que pueden arrojar algunas conjeturas consensuadas en la literatura científica y en numerosos estudios», añade.
Por edades, el informe recoge que habrían sufrido algún tipo de violencia en pareja el 38,4% (909.941) de las mujeres entre 18 y 29 años y el 19,0% (468.062) entre 65 y 74 años. En este punto, indica que la autopercepción de la violencia en edades por encima de los 65 podría estar relacionada con un desconocimiento de las expresiones de violencia de género en su cotidianidad, con la cronificación de la violencia enfrentada –algunas, por ejemplo, se convierten en las propias cuidadoras de los agresores–, con un aislamiento social y falta de apoyo familiar o con una desconexión en relación a recursos de acompañamiento aún deficientemente adaptados a sus necesidades.
El 20,2%, fuera de la pareja
Por otro lado, muestra que el 20,2% (3.614.235) de las mujeres entre 16 y 74 años ha sido víctima alguna vez desde los 15 años de algún tipo de violencia fuera de la pareja (física o sexual).
También destaca que los resultados señalan que la violencia que sufren las mujeres fuera de la pareja se ejerce de manera abrumadora por hombres. Entre las mujeres que afirman haber sufrido violencia sexual fuera de la pareja, el porcentaje con agresor hombre asciende al 94,2%.
Igualmente, recalca que cuanto más cercana es la relación entre ambos, más grave es el tipo de violencia sexual. Concretamente, entre las mujeres que revelan haber sufrido una violación fuera de la pareja, el 77,5% afirma que el agresor era un hombre conocido.
Solo una minoría busca apoyo
Finalmente, los datos de la Encuesta Europea señalan que la mayoría de las mujeres que han sufrido violencia en la pareja no buscan apoyo en las principales instituciones encargadas de acompañar en el proceso de reparación. En este sentido, se califica de «alarmante» que solo un 16,3% de las mujeres acuden a servicios especializados y que únicamente el 24,4% haya contactado con la policía.
En el caso de la violencia fuera de la pareja, explica que los resultados son «aún más preocupantes», ya que solo el 8,9% de las mujeres ha acudido a la policía, y únicamente el 3,8% ha contactado con un servicio de apoyo a víctimas. Además, solo un 10,7% ha solicitado apoyo en el sistema sanitario o a servicios sociales.
«Estos datos demuestran que las instituciones públicas y los sistemas de recuperación integral para las víctimas de todas las formas de violencia contra las mujeres deben de redoblar de manera inmediata todos sus esfuerzos para que todas las mujeres puedan acceder a su derecho a la reparación integral tal y como consagran la LO 10/2022 y en la LO 1/2004», concluye.
El porcentaje de víctimas asciende al 40% en el caso de las mujeres con discapacidad
Mientras la Encuesta Europea de Violencia de Género sitúa en el 28,7% la cifra de mujeres que ha sufrido algún tipo de violencia en pareja, un estudio de Inserta Empleo, entidad que trabaja por la inserción laboral de las personas con discapacidad, eleva ese porcentaje al 40% en el caso de las mujeres con discapacidad.
Con la información de algo más de 1.600 víctimas con discapacidad que la entidad de Fundación ONCE ha acompañado en la búsqueda de empleo desde 2020, el informe señala que un 40% de las mujeres con discapacidad sufre violencia de género, un maltrato que llega incluso a provocar algún tipo de discapacidad a casi tres de cada diez víctimas que no lo tenían.
Así, revela que un 57,6% de las mujeres señalan que la discapacidad es previa a la violencia de género sufrida, frente al 27,6 % que afirma es consecuencia de la violencia vivida. En este sentido, el maltrato ha empeorado la salud del 13,4% de las mujeres y su grado de discapacidad.
El miedo a represalias, a perder a sus hijos o no ser consciente de que se está viviendo una situación de violencia de género, entre otros motivos, hace que el 35,4% de las mujeres no hayan denunciado y el 4,3% hayan retirado la denuncia. «La discapacidad es utilizada como argumento para mantenerlas fuera del mercado laboral, impidiendo su independencia económica y también es utilizada como arma para la vejación y el insulto convenciéndolas de que nadie más que él las puede querer», explica la coordinadora del estudio, Cristina Silván Sotillo.
Además, la secretaria general de Inserta Empleo asegura que «hay un repunte de mujeres con discapacidad que acude a nuestros servicios, puede ser el boca a boca, pero también que las víctimas no se ven acompañadas y atendidas por los servicios que deberían hacerlo».
La franja de edad en la que se producen más situaciones de maltrato machista es de entre 45 y 55 años. Siete de cada diez mujeres está desempleada y el nivel de estudios predominantes es la educación obligatoria.
El 98,2% de la violencia que sufren se produce el entorno de la pareja o familia: 91,6% es psicológica emocional, 71,9% de control, 72,1% física, 43,2% económica, 32,1% sexual y 9,4% vicaria.
Las mujeres que son madres con carga familiar son las más vulnerables ante la violencia vicaria, que es más frecuente entre mujeres con discapacidad física; sin embargo, tener hijos facilita denunciar al maltratador, destaca el coordinador de Estrategia de Datos de Fundación ONCE e Inserta Empleo, Luis Enrique Quifez.
Más de siete de cada diez víctimas con discapacidad han logrado salir del ciclo de la violencia, se encuentra fuera de peligro y el agresor no tiene acceso a la víctima por ningún canal; si bien el 2,9% aún convive con el maltratador.