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La hermandad se vuelca en la pista

Dos hermanos unidos por un mismo hilo conector: el balonmano. Fue inculcado por su familia y lo han extendido de Chile a Euskal Herria. Dos niños que soñaban con llegar a ser profesionales y han podido cumplirlo gracias a la predisposición de la Liga Asobal. Hoy se miden al líder, el Barça (17.00).

Rodrigo Salinas y Esteban Salinas, jugadores del Bidasoa Irun en Artaleku (Aitor KARASATORRE | FOKU)

Rodrigo Salinas (Viña del Mar, Chile, 1989) y Esteban Salinas (Viña del Mar, Chile, 1992) son dos hermanos que están unidos por un mismo objetivo: jugar a balonmano. Sus primeros pasos los dieron en el colegio Winterhill de su ciudad, además de que les venía de familia, ya que su padre y hermanos jugaban a dicho deporte. El hermano mayor de ambos no salió del país a jugar como profesional, pero ellos quisieron sacrificarse y, al final, lo consiguieron. El primero en lograrlo fue Rodrigo. «Un día que no tenía nada que hacer en el colegio me fui a ver entrenar a mi hermano. Les faltaba un portero y me puse yo. Me puse a parar, me gustó y me empecé a poner todos los días bajo la portería. Al final me acabé cansando y empecé a probar otras posiciones. Entre ellas, pivote porque era medio gordito, extremo porque era zurdo... Y así, hasta llegar a conseguir mi posición actual», manifiesta.

La selección comenzó a llamarles a una edad temprana. En el caso de Rodrigo, a los 13 años. Recuerdan con gran emoción sus inicios en el mundo del balonmano, pero sí que creen que son más reconocidos en el Estado español que en Chile. «A los 16 años me llegó la oportunidad de ir a España y así fue creciendo mi trayectoria deportiva. También puedo decir que, lamentablemente, nuestro trabajo es mucho más reconocido aquí que en Latinoamérica. Es una triste realidad que tenemos, pero también hemos encontrado, en lo personal, un segundo hogar. Vas por la calle, ya sea por Irun o por Gipuzkoa, y la gente te reconoce. Hasta me han llegado a parar en aeropuertos y ciudades grandes», añade.

«A los 16 años me llegó la oportunidad de venir al Estado español y así fue creciendo mi trayectoria deportiva»

La liga española y la chilena no tienen nada que ver. Aquí se considera un deporte profesional mientras que allí no. «En Chile con 13-14 años me encontraba en un nivel tope y cuando llegué a España tuve que volver a empezar. Era todo totalmente nuevo, otras exigencias mínimas que en Chile no se tenían en cuenta». «Además de eso, la formación de los entrenadores es totalmente distinta, aunque poco a poco está cambiando. Hoy en día hay mucho mejor nivel y mejores infraestructuras. Se han conseguido logros importantes y vamos creciendo poco a poco. Vamos a ayudar a nuestro país, a nuestra selección. Nosotros feliz de poder ofrecer nuestro granito de arena a Chile», agrega Esteban.

Hermanos y compañeros al mismo tiempo

Los hermanos Salinas llevan toda la vida juntos. Comparten equipo, selección, amistades... No se puede pedir más. Son el uno para el otro. «Llevo muchos años de carrera y da la casualidad que, quitando cuando estuve en Granollers, siempre he estado al lado de Esteban. Es el pivote con el que mejor sé jugar y mejor me puedo comunicar», añade el lateral. «Son tantos años jugando juntos que aparte de hermanos somos amigos. El juego nos sale natural en sí. El Bidasoa sabe de esa virtud y por algo estamos los dos en el mismo club. Saben la conexión que tenemos. Simplemente con mirar a Rodrigo ya sé lo que va a hacer», añade el pivote.

Rodrigo y Esteban Salinas, jugadores del Bidasoa. (Aitor KARASATORRE/FOKU)

Esta tarde, a las 17.00, se enfrentan al Barça en el Palau Blaugrana. Un partido que se prevé parejo y con un objetivo claro: empatar a  puntos al Barça. «Es un partido difícil. Si de por sí el Barcelona es complicado, en su casa aún más. Pero hay un dato que nos puede valer. El Granollers fue uno de los equipos que le ganó en el Palau. Siempre es difícil, pero vamos con ilusión y ganas. Sabemos que podemos competirles de tú a tú, pero hay que trabajarlo y estudiarlo muy bien», comenta Esteban. «La presión la tienen ellos. Nosotros estamos en segunda posición porque nos lo hemos ganado. Estamos en una situación muy afortunada. Vamos a Barcelona con la presión que nos auto ponemos de intentar ir a ganar, pero no tenemos nada que perder. Simplemente tenemos que hacer nuestro trabajo y el partido nos dirá hasta dónde podemos llegar», añade Rodrigo.  

En el primer partido de temporada empataron a 26 puntos al Barça en Artaleku y esperan volver a repetir ese resultado o, incluso, mejorarlo. «Hicimos una muy buena pretemporada en agosto que nos llevó a hacer ese gran partido. Ahora vamos por la misma línea. En la pretemporada de enero se ha trabajado muy bien, aunque no pudimos estar en el primer partido porque tuvimos compromisos con la selección. La verdad que tenemos muy buenas sensaciones», menciona Rodrigo. 

«La presión la tienen ellos. Nosotros estamos en segunda posición porque nos lo hemos ganado»

El balance de la primera vuelta del Bidasoa Irun se puede calificar como espectacular. Han finalizado con 27 puntos, a dos del Barça. «Llevo siete años en el club y creo que es la primera vez que llegamos a los 27 en la primera vuelta. Empezamos fuertes en un partido ante el Barcelona, que podríamos haberlo ganado, pero nos llevamos un valioso e histórico empate. En líneas generales, estamos súper contentos en lo colectivo, pero en lo personal no lo estoy tanto porque tuve una lesión en octubre que me ha tenido apartado de la pista los últimos dos meses, que eran los más bonitos de jugar», asegura el mayor de los dos hermanos. 

Todavía quedan cuatro meses largos para empezar a hablar de números, pero tienen en mente la filosofía de ir «partido a partido». Esteban se considera un jugador aguerrido, inteligente y compañero, mientras que Rodrigo es más competitivo, inteligente y vivo. Como todos los jugadores siempre hay alguna virtud o defecto dentro de la pista. «Analizo muy bien el juego y puedo encontrar una buena solución para el sistema de ataque. En cambio, me falta más lanzamiento exterior», comenta Rodrigo. Por otro lado, a Esteban le gusta «buscar el error de la defensa, mientras que el temperamento es mi punto negativo, pero es una cosa que estoy mejorando».