Fenerbahçe y Olympiacos logran lo imposible: ganar un desempate de la Euroliga a domicilio
Después de 20 victorias locales en otros tantos desempates, Fenerbahçe ha superado a Mónaco por 79-80 en la prórroga merced a dos triples de Calathes en el último minuto. En el Palau Blaugrana, Olympiacos ha llevado al Barça al barro y lo ha batido por 59-63.
Para leer este artículo
regístrate gratis o suscríbete
¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión
Se te han agotado los clicks
MÓNACO 79 (2) - FENERBAHÇE 80 (3)
Cuando tienes que jugarte un pase a la Final Four con triples de Nick Calathes, ponte a rezar. Pero hete acá que dos triplazos del base griego-americano en el último minuto de la prórroga han logrado el billete a Berlín para Fenerbahçe, que ha conseguido ganar en la pista del AS Mónaco el desempate de los cuartos de final de la Euroliga Después de 20 desempates con triunfo local, a la vigésimo primera, los de Saras Jasikevicius han invertido la tendencia.
Si bien Wilbekin, Biberovic o Guduric han mantenido a los de Jasikevicius en el partido, sobre todo en la primera mitad, a partir del último cuarto Fenerrbahçe ha con trolado mejor el ritmo de juego, y solo la irrupción de Elie Okobo –tan bueno como nocivo para su equipo–, ¡Mike James y Donatas Motiejunas ha forzado la prórroga, con empate a 70. En el tiempo extra Mónaco ha llevado la voz cantante, hasta que los inesperados triples de Calathes han volteado el marcador y una última defensa del propio Calathes y Papagiannis, forzando la pérdida a Okobo, con Wilbekin ganándose el balón de un salto entre dos, han terminado por darle al cuadro otomano el billete a la Final Four.
Nervios y rachas
El cuarto partido entre monegascos y otomanos acabó con la parte «VIP» de la hinchada turca y algunos jugadores del Mónaco enzarzados en una pelea que dejó multas económicas, de modo que la Salle Gaston Medecin ha presentado un ambiente que en situaciones normales no se suele ver ni por asomo. Y junto con el ambiente, un poco de sobreexcitación también, al punto de que los errores y las imprecisiones han plagado el arranque del duelo hasta que Fenerbahçe, de la mano de Motley y Nigel Hayes-Davis, ha inaugurado el marcador al de dos minutos de su comienzo. No podía ser otro sino Mike James quien anotase la primera canasta del AS Mónaco.
Los dos equipos han apostado principalmente por cargar el juego en la pintura en estos primeros compases, dado que los pocos intentos desde lejos han estado bien alejados del acierto. La pelea por la posición, por el rebote y por las segundas oportunidades le ha dado al choque un duelo, si cabe, más físico, en busca de ubicar la primera piedra camino del triunfo final. Elie Okobo, con una suspensión desde la línea del tiro libre, le ha dado la primera y fugaz ventaja al conjunto que dirige Sasa Obradovic: 9-8, a falta de menos de tres minutos para acabar el primer cuarto. Un primer cuarto que ha ido soltándose en anotación, con un mate a la contra de Okobo y un alley oop del propio Okobo para Donta Hall, para terminar con 15-13 para los locales, sin que todavía nadie haya conseguido atinar desde más allá del arco. Con todo, a Saras Jasikevicius seguro que le ha cabreado más saber que su equipo ha acumulado ¡ocho pérdidas! en los diez primeros minutos.
Jordan Loyd y Blossongame, este por fin rompiendo la tapa del lanzamiento triple, han establecido la primera ventaja seria de los de Obradovic con un parcial de 5-0: 20-13. De pronto, sin que el descanso entre cuartos haya servido para nada, Saras Jasikevicius ha llamado a sus jugadores para ponerlos firmes. Tarik Biberovic y Nathan Sestina, anotando los dos primeros triples para Fenerbahçe, le ha dado cumplida respuesta a las demandas de su entrenador, de forma que según ha llegado el parcial de 0-6, ha sido el técnico monegasco quien ha parado el partido, en una decidida intención de los entrenadores de que nada se desmandara por el parqué del Gaston Medecin.
La cosa ha ido de parciales y de intercambio de golpes, pero en este caso, los esacoltas del Mónaco han marcado la diferencia, en especial un precioso «dos más uno» de Elie Ojobo, uno de los pocos jugadores de esta Euroliga que aún explota la media distancia, para establecer el 28-21, aunque Wilbekin no ha tardado en replicar desde más allá de los 6,75 metros, abierta ya la veda del triple.
De hecho, Fenerbahçe ha pasado de no meter una en el primer cuarto a sobrevivir casi exclusivamente del triple ante defensas muy duras de su rival, que ha aprovechado ese empuje físico para seguir provocando pérdidas en su rival y abrir pequeñas brechas. Una contra culminada por Motiejunas ha elevado el 34-29 al luminoso, lo que ha provocado otro tiempo muero de Saras Jasikevicius, ya con el descanso llamando a la puerta. Con un juego mucho más vertical, los de Sasa Obradovic han logrado distanciarse hasta un interesante 40-32, aunque otro tiro de tres, el último de los seis que ha convertido el cuadro otomano en esta segunda mitad, en este caso de Wilbekin, ha sostenido a Fenerbahçe con un 40-35 perfectamente remontable en el luminoso cuando han enfilado el camino a los vestuarios.
Toma y daca
Si amor con amor se paga, triple con triple, también. Desde luego que así ha inaugurado Donatas Motiejunas el tercer acto, y así le ha replicado Wilbekin. Eso sí, a diferencia del segundo cuarto, en el que Fenerbahçe solo ha anotado dos canastas de dos puntos, en la reanudación ha mostrado un juego más equilibrado, y ese equilibrio le ha permitido no solo empatar a 45, sino adelantarse fugazmente 47-48, antes de que el Mónaco haya respondido con un parcial de 5-0 entre un rejuvenecido Motiejunas y Mike James.
El bueno de Mike James también ha querido aportar su grano de arena, enloqueciendo al bueno de Nick Calathes con su habilidad de ir a la línea de tiros libres y poner a los de Sasa Obradovic con un interesante 55-48 a su favor. Tarik Biberovic ha cortado la sangría con ocho puntos consecutivos para voltear el marcador y alcanzar el umbral del último asalto con un 55-56 favorable a los de Saras Jasikevicius.
Un «dos más uno» de Jordan Loyd ha establecido el empate a 58, ya con el último asalto en danza, luego de que Papagiannis haya inaugurado el marcador una jugada antes. El duelo ha vivido momentos pegajosos entonces, entre lo quisquilloso del trío arbitral consultando el reloj o revisando algunas jugadas a cada rato y el «cariño» con el que se han. empleado en defensa los dos equipos.
Un inacabable parón ha enfriado el ambiente y el partido, aunque no la eliminatoria, igualada durante un largo minuto tras la reanudación, hasta que Guduric ha anotado el 58-60 a la contra. Fenerbahçe ha parecido reponerse mejor a los parones mientras que Mónaco ha empezado a perder demasiadas energías en protestas a los árbitros. Los de Jasikevicius, aún con cinco minutos por jugarse, han conseguido adelantarse merced a cuatro tiros libres de Calathes y Biberovic, 60-64, causando una sensación de tremendo agobio entre los locales, como si la diferencia fuese aún mayor, en buena medida porque los interiores otomanos, en especial Papagiannis, ha barrido todo balón que ha alcanzado las inmediaciones de su aro. Asimismo, el dominio reboteador ha pasado a ser de Fenerbahçe, que pese a todo ha desperdiciado varias oportunidades de abrir una brecha mayor y casi decisiva ante los nervios de su rival.
Elie Okobo para bien y para mal
Un tiro libre de Motiejunas y un lanzamiento bombeadísimo de Elie Okobo han puesto el luminoso con un 63-64 a tres minutos del final, pero cuando el Gaston Medecin se ponía en pie para empujar a los suyos, Marko Guduric ha silenciado a la parroquia con un tremendo triple pleno de carácter. ¿Sería posible que, tras 20 victorias locales, un desempate de los cruces de la Euroliga tuviera un vencedor visitante? Después de no necesitar de los triples durante todo el partido, el Mónaco ha empezado a echarlos de menos y ahí ha emergido Mike James para anotar el 66-67 y revivir a sus aficionados. en la siguiente jugada, Calathes ha perdido el balón y Elie Okobo, desaparecido durante toda la segunda mitad, ha vuelto a adelantar a los de Sasa Obradovic, 68-67, con un minuto largo todavía por jugarse.
Tiempo muerto de Saras Jasikevicius. Y seguro que no estaba en el guión, pero Wilbekin ha inaugurado el último minuto con un triplazo... a tablero, canasta que ha encontrado réplica en Okobo. Wilbekin ha regalado la siguiente posesión y Elie Okobo ha ordenado el aclarado. Pero el escolta internacional francés no es un buen triplista y su intento se ha dado con el hierro, enviando la eliminatoria, siendo esta tan igualada, a la prórroga, como no podía ser menos.
El tirador Calathes
A diferencia de Okobo, Mike James sí ha convertido el triple para dar comienzo al tiempo extra. Pero Fenerbahçe ha conseguido amarrarse a la estela del Mónaco y se ha adelantado 7374 de la mano de Papagiannis y Wilbekin. Ya tanto como los nervios, el cansancio también ha empezado a hacer mella y los errores en forma de mal tiro, mal pase o falta indebida, se han pagado de más.
En los dos siguientes minutos el marcador solo se ha llevado a la boca dos tiros libres anotados por Okobo y una canasta concedida a Diallo por estimar que Papagiannis ha tocado la red y hasta el aro de la canasta: 77-74 con 76 segundos por disputarse.
Nunca hay mal momento para anotar de tres, pese a que Wilbekin ha realizado un mal tiempo extra en la gestión de los tiempos y las posesiones. Pero Calathes, pese a ser un mal lanzador de triples, ha empatado a 77 con un triplazo desde la esquina para saludar el minuto final del tiempo añadido. Tiempo muerto de Sasa Obradovic y «bombita» que ha clavado Mike James, canasta que ha hallado réplica en otro improbable triple de Calathes para el 79-80, con 19 segundos por jugarse.
Elie Okobo ha vuelto a pedir el balón, pero entre el dúo heleno Papagiannis y Calathes le han birlado el balón, aunque los árbitros han decretado salto entre dos, con Papagiannis y Donta Hall, con 2,5 segundos. El salto se lo ha llevado el gigante griego y Fenerbahçe, asaltando el Gaston Medecin, se ha metido en la Final Four de Berlín, en el que tendrá que vérselas con el Panathinaikos en semifinales.
BARCELONA 59 (2) - OLYMPIACOS 63 (3)
Horas después de que Fenerbahaçe rompiera una racha de 20 eliminatorias de la Euroliga dirimidas al desempate en las que siempre se imponía el equipo local, Olympiacos ha hecho otro tanto en su partido del Palau Blaugrana. Como si de un partido de la Euroliga de los años 90 fuera, la carestía de puntos, los nervios, los agobios físicos y mentales... han tenido mucho que decir en el desenlace de este drama. Y al final de la jornada, los pupilos de Georgios Bartzokas, que ya el año pasado se quedaron milímetros de conquistar la Euroliga, volverán a vérselas como el Real Madrid, esta vez en Berlín, en el Mercedes-Benz Arena, pero en semifinales.

Durante la primera mitad, mejor dicho el primer cuarto, ha parecido que Nico Laprovittola iba a desequilibrar la suerte de la eliminatoria. El base de Morón ha anotado los ocho primeros puntos del Barça en un parcial de 8-2 que vaticinaba un huracán culé. Un huracán que ha ido remitiendo y que ha terminado en una ausencia de viento sofocante, toda vez que Olympiacos ha conseguido meter el partido en el barro, una sustancia viscosa y pegajosa en la que se desenvuelve de maravilla.
El resultado al descanso ha seguido siendo favorable a los blaugranas, pero simplemente un pírrico 27-25, en el que cada canasta ha tenido que ser extraída como si de una mina de carbón se tratase. El apagón anotador del Barça se ha notado sobre todo en su 4 de 26 en triples –teniendo en cuenta que el último triple de Abrines ha llegado con el encuentro ya sentenciado, en realidad los números hablarían de un 3 de 25–, un desastre que ha compensado con creces el 13 de 24 heleno desde la línea de tiros libres. Ese desacierto había que compensarlo con los rebotes y ahí, el serbio Nikola Milutinov ha sido el que mejor se ha desenvuelto, conquistando 10 rebotes y siendo un puntal para un Oluympiacos que ha guardado el grueso de su acierto para el último asalto.
Tras el 40 iguales con el que ha comenzado el último round del combate, el Barça ha intentado estirar su renta hasta un 47-42, pero en esa recta final, un ex del Barça como Papanikolau ha acribillado a los catalanes desde la larga distancia y lo que no ha anotado él, lo ha conseguido Milutinov debajo del aro. Asimismo, las prisas han obligado al Barça a correr más de la cuenta y a pesar de sus resistencia con los puntos de Abrines, varios robos de balón, los últimos por parte de Papanikolau e Isaiah Canaan, han terminado de redondear la voltereta del equipo del Pireo, que podrá resarcirse en Berlín de su disgusto del año pasado en la finalísima de la Euroliga, cuando se le escurrió de entre los dedos cuando ya cantaba victoria.