La primera etapa pirenaica le da a Pogacar la oportunidad de resarcirse del Macizo Central
Después del golpe psicológico que sufrió en el Macizo Central, Tadej Pogacar (UAE) se ha desquitado en la primera etapa pirenaica, ganando en Pla D'Adet y dejando a casi dos minutos a su máximo oponente, Jonas Vingegaard (Visma), ahora segundo en la general.
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El hecho de que Jonas Vingegaard contrarrestase con cierta facilidad su ataque en el Macizo Central había desatado ciertas dudas sobre las opciones de Tadej Pogacar en este Tour, pero el esloveno las ha acallado de un plumazo en la primera etapa pirenaica.
El esloveno no solo se ha hecho con la victoria en Pla D'Adet, sino que le ha endosado una importante diferencia al danés, que ahora es segundo en la general tras superar a Remco Evenepoel (Soudal), pero que se queda a casi dos minutos del líder de UAE, una diferencia ya importante.
El ciclista balcánico ha saltado faltando algo más de cuatro kilómetros y medio para la llegada, después de que su escuadra haya llevado la voz cantante en las tres subidas del día: Tourmalet, Hourquette d´Ancizan y Pla D´Adet.
Y lo ha hecho enlazando con su compañero de equipo Adam Yates que ha arrancado menos de tres kilómetros antes para realizar la función de puente y lanzador, aunque el ritmo del británico pronto se ha visto que era insuficiente para el golpe de pedal de Pogacar, que ha decidido hacer los últimos cuatro kilómetros en solitario.
Ha sido, de nuevo, un mano a mano entre él y Vingegaard, solo que, a diferencia de lo que ocurrió en el Macizo Central, esta vez ha sido Pogacar quien ha salido reforzado al distanciarle ya en 1.57 y a Evenepoel, en 2.22.
Una etapa más, Mikel Landa (Soudal) se ha mantenido en el grupo cabecero hasta el ataque final y consolida su sexta plaza, estando a algo más de un minuto de Carlos Rodríguez (Ineos) y Joao Almeida (UAE), los dos corredores que le preceden.
«Mi objetivo es ayudar a Remco (Evenepoel) para que se consolide en el podio. Si, a partir de ahí, surge la posibilidad de pelear por alguna etapa, pues ya veremos qué se puede hacer», ha comentado en meta el de Murgia.
Ahora está por ver cómo va a afectar el esfuerzo realizado y cuál es el poder de recuperación de los ciclistas de cara a la considerada etapa reina de este domingo, con cuatro puertos de Primera –Peyresourde, Menté, Portet d´Aspet y Col d´Agnes–, rematando con la subida final, fuera de categoría, de Plateau de Beille.
Lazkano, otra vez protagonista
Uno de los grandes protagonistas de la jornada ha sido Oier Lazkano (Movistar), quien ha estado en todo momento en la cabeza de la escapada del día y ha cruzado en primera posición el Tourmalet –cuarto vasco que lo hace–, aunque ha sido absorbido por el ritmo del gran grupo a falta de poco más de siete kilómetros para la meta.
Aunque a la conclusión de la etapa ha señalado que su meta no era entrar en la fuga, lo cierto es que ha estado muy atento a las primeras intentonas y se ha metido en la escapada buena, que ha ido variando de componentes a medida que la jornada ha ganado en dureza.
Y ha agradecido el apoyo recibido en la carretera por parte de la afición vasca. «Ha sido algo impresionante, todavía me pitan los oídos, agradezco mucho a la gente de casa que se haya acercado hasta aquí», ha dicho emocionado.
Así, ha mantenido un bonito duelo particular con David Gaudu (Groupama), otro de los corredores más activos del día, si bien el que ha ejercido como punta de lanza de la aventura ha sido Ben Haley (EF), que ha sido engullido por el empuje de Pogacar a poco más de cuatro kilómetros para la llegada.
La ambición del esloveno por ganar la etapa y abrir mayor hueco sobre Vingegaard ya ha puesto de manifiesto que la escapada no iba a tener mucho futuro, aunque ha llegado a disponer de hasta cuatro minutos de diferencia sobre el gran grupo, pero la aceleración que le han imprimido Nils Politt, Marc Soler y, finalmente, Joao Almedia, en las dos últimas ascensiones ha hecho que la empresa fuese baldía.