Abde y Chimy Ávila regresan a un Sadar que quiere seguir teniendo el apellido de inexpugnable
La presencia de Abde y Chimy Ávila supondrá un interés añadido a la visita del Betis a un Sadar de momento inexpugnable –sábado, 16.15, DAZN– y que quiere seguir con dicha condición ante un rival que no llega en su mejor momento.
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Dos exrojillos, Abde y Chimy Ávila, serán el foco de atención de un Sadar invencible y que, tras el parón liguero, recibe a un Betis que no pasa por su mejor momento, después de dos derrotas consecutivas ante el Legia de Varsovia y una última, que escuece más, en el derbi frente al Sevilla.
Y a la vista de las bajas que va a presentar el cuadro verdiblanco, marroquí y argentino podrían ocupar las dos alas del ataque andaluz, si bien el segundo ha pasado por algunos problemas físicos a lo lardo de la semana y su concurso como titular está en duda.
De hecho, su escasa presencia en el once inicial –solo en dos ocasiones de los siete encuentros en que ha participado– incluso ha desatado más de una especulación en los mentideros futbolísticos sobre un posible cambio de aires del rosarino.
Además, está por ver cómo le recibe la grada rojilla después de las polémicas extradeportivas que protagonizó en su última etapa como osasunista, pese a que su traspaso dejó en las arcas del club cuatro millones de euros.
Bien diferente es el caso de Abde, un futbolista que, pese a solo vestir la elástica roja durante una temporada, dejó su huella entre los aficionados por el papel protagonista que tuvo, con su juego y goles, en la mejor temporada de la historia de Osasuna.
En consecuencia, se espera que la grada le tribute un recibimiento cálido, como ya lo hizo el curso pasado, en el que solo participó durante escasos minutos al saltar al terreno de juego en el 86, bien diferente a su actual situación, en la que es prácticamente un fijo para Manuel Pellegrini.
Tras el trabajado empate en el Coliseum Alfonso Pérez, Osasuna regresa a su fortaleza, donde sus cuatro triunfos y un empate le permiten estar ubicado ahora mismo en puestos que dan derecho a jugar competición continental.
Igualar el mejor arranque liguero de la historia
No es ese el objetivo prioritario del club –la permanencia es el reto de todos los años–, pero a nadie le amarga un dulce y la buena situación clasificatoria ha facilitado que el relevo en el banquillo no haya sido traumático.
Su nuevo inquilino, Vicente Moreno, no ha dejado de insistir, como lo hizo esta semana en una entrevista a NAIZ, que la principal aportación del equipo tienen que ser las victorias locales.
Y en esa línea pretende continuar la escuadra navarra, que recupera a sus tres internacionales –Budimir, Boyomo y Bryan–, los cuales apenas han tenido participación con sus respectivas selecciones, por lo que llegan fresco a la cita.
Enfrente tendrá un rival enrabietado después de haber encadenado dos tropiezos seguidos, el primero en la Europa League frente al Legia de Varsovia y el segundo, más doloroso, en el derbi contra el Sevilla.
Si vence al Betis, el técnico de Massanassa igualará el mejor arranque liguero de la historia rojilla, honor que ostenta hasta ahora Javier Aguirre, quien sumó desde el banquillo 18 puntos en la 2005-06, ejercicio en el que se alcanzó la previa de Champions.
Si no hay ninguna sorpresa de última hora, Vicente Moreno prorrogará su once tipo, con la salvedad de si mantendrá a Pablo Ibáñez en la medular –el iruindarra lo está haciendo muy bien en un momento en el que pelea por la renovación de su contrato– o restablecerá en su lugar a Moncayola.
El Betis, por su parte, aterriza en Iruñea con sensibles bajas en su convocatoria, destacando especialmente la del argentino Giovani Lo Celso, alma máter del juego ofensivo del bloque verdiblanco.