PNV: ni autocrítica ni propósito de enmienda
El PNV está diseñando su futuro sin poner ninguna sola cifra a la continuada pérdida de votos sufrida en todo el último ciclo electoral y pretendiendo que no es entendido por la ciudadanía, en lugar de reflexionar sobre que quizá se le entiende perfectamente y es eso lo que cada vez gusta menos.
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El PNV culminará su Asamblea General el 29 y 30 de marzo en Donostia, aunque se anuncia una posible tercera sesión en octubre para afrontar un incierto cambio de estatutos si hiciera falta ajustar lo que se apruebe en organización.
«El partido acostumbrado a ganar», como dijo Itxaso Atutxa, quedó en tercera posición en las Europeas, que en la CAV ganó EH Bildu, y en las autonómicas empató a 27 escaños. No fue algo casual. Entre las elecciones al Congreso de 2019 y 2023 el PNV perdió 101.733 votos, de las municipales de 2019 a 2023 cayeron 81.473 y en las Juntas Generales perdieron 85.755 papeletas. Esto supuso que en Cortes bajaron del 32,01% al 24,00%, en los ayuntamientos del 35,82% al 31,69%, en juntas del 38,68% al 34,43% y en el Parlamento de Gasteiz del 38,70% al 34,82%.
Sin embargo, esta realidad, verdaderamente dura ni siquiera es analizada en ninguna de las cinco ponencias remitidas a las organizaciones municipales desde el EBB. Quizá porque la su caída electoral se ha visto amortiguada porque sigue al frente de las principales instituciones gracias a su pacto general con el PSE.
Según los redactores de las ponencias, el PNV padece la «desafección» de los partidos que se han dado tras los primeros años de la transición y los actuales cambios sociales. De la lectura de los textos de la Asamblea General se deduce que los jeltzales entienden que su problema no es de las políticas que practica, sino que la comunica mal y ha perdido conexión con la sociedad.
Y ahí llama la atención que se atrevieran a escribir que en el apartado comunicativo el PNV debe «garantizar que el ente público (y no hay otro que EiTB) refleje la pluralidad de la sociedad, sin convertirse en instrumento político, pero tampoco desvinculado de los intereses legítimos del Partido».
Cuando se anunció el inicio del proceso asambleario, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, afirmó que el orden debía ser «proyecto, organización y personas» Pero a la semana siguiente al Alderdi Eguna, y de forma coordinada, todas las organizaciones territoriales anunciaron elecciones. Itxaso Atutxa ha llegado a decir que es proceso no tenía nada que ver ni con la Asamblea General ni con el EBB, porque lo decide cada territorial. Pero lo cierto es que la decidieron todas a la vez y después de una reunión del EBB.
El caso es que se renovaron u órganos de dirección y toda la Asamblea General del partido sin que todavía se hubieran definido las líneas políticas para su mandato. Aunque también es cierto es que en las ponencias no se ve ningún cambio estratégico, no se observa propósito de enmienda.
A las elecciones territoriales se llegó con los anuncios de retirada de José Antonio Suso, Itxaso Atutxa y Joseba Egibar, y con la designación pública de quienes debían ser sus sucesores: Jone Berriozabal, Iñigo Ansola y María Eugenia Arrizabalaga. Y así fue finalmente. Aunque en Bizkaia se dio una oposición más ruidosa que eficaz, nucleada en torno a David Salinas-Armendariz, y en Araba el exalcalde de Gasteiz Gorka Urtaran estuvo a punto de dar la sorpresa, puesto que en votos quedó muy cerca de la candidata oficialista. Tal vez empezó muy tarde su carrera. En Gipuzkoa, Eneko Goia se dejó querer para luego abandonar.
En todo caso, todavía no se han hecho públicas ni las actas de estas elecciones, en las que quien gana en una organización municipal se lleva toda su representación, ni la composición de la Asamblea Nacional.
Sustituidos Atuxa, Suso y Egibar, y «jubilado» Urkullu, lo que ahora queda pendiente es el futuro del presidente del EBB. Andoni Ortuzar. Anunció que comunicará su decisión el 20 de enero. En una reciente entrevista, insistió en que tiene tomada la decisión, pero que quiere contrastarla.
Afirmó Andoni Ortuzar que «sea cual sea mi decisión final,yo soy una persona del PNV. Cualquiera que sea será una decisión mía y de la gente. Esto es al 50%. Las decisiones en el PNV nunca son de uno, son al 50%».
Hay quien ha visto en esas palabras el adelanto de que volverá a optar a la presidencia diciendo que así se lo han pedido, tal vez alegando que hecho el relevo en Lehendakaritza y en las territoriales de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa e Iparralde –solo continúa Nafarroa– no conviene hacer todos los cambios a la vez.
En todo caso, habrá que ver si en caso de que Ortuzar opte a seguir en la quinta planta de Sabin Etxea se presenta alguna candidatura alternativa.
De momento, ya hay algunos movimientos para presentar enmiendas a la ponencia de organización, buscando la limitación de mandatos, poner freno a la acumulación de cargos en pocas personas y, sobre todo, superar el sistema electoral mayoritario basado en organizaciones locales y sustituirlo por la fórmula de «un afiliado, un voto», propiciando además la posibilidad de consultas y elecciones telemáticas.
En todo caso, las previsiones del PNV están hechas con la confianza de que Pedro Sánchez pueda seguir al frente del el Gobierno español, porque si se diera una convocatoria de elecciones a Cortes, y más si se convocaran para primavera, es posible que los planes realizados por el EBB acabaran saltando por los aires.