‘Zita itsuak’, la forma de compartir a ciegas lecturas en euskara
La semana previa a las vacaciones de Semana Santa, como actividad previa al Día del Libro, la escuela Patxi Larrainzar de Iruñea desarrolló la iniciativa ‘Zita Itsuak’ para que sus alumnos intercambiaran lecturas en euskara con un toque de misterio.
La idea surgió en 2018 aunque, más bien, se trató de una adaptación escolar de una práctica que desarrollan las bibliotecas de Nafarroa. «Me enteré gracias a una amiga de que en las bibliotecas se colocaban libros envueltos en papel de modo que no se puede distinguir de qué libro se trata, pero que llevan un papelito con uno de los párrafos escritos para animar a que lo cojas», comenta Maite Arregi, profesora de Patxi Larrainzar, centro del modelo D del barrio iruindarra de Arrotxapea al que acuden alumnos para los ciclos de Infantil y Primaria.
Arregi decidió adaptar esta práctica al centro escolar como fórmula de incentivar la lectura. Al ser una escuela de inmersión en euskara, se la denomina ‘Zita Itsua’. Y tras la primera experiencia, la Zita Itsua se repite todos los años, porque funciona.
«No sé si se hace en más centros escolares, pero sí que es común en bibliotecas y que está extendida», asegura Arregi.
La adaptación surgió de forma bastante natural. Se indicó al alumnado, por clases, que escogieran un libro que les gustara mucho, lo envolvieran (el colegio les facilitó papel de estraza, pero en el formato bibliotecario es común envolverlos en periódico), copiaran un párrafo en otro papel a modo de etiqueta y lo trajeran a clase.
De esta forma, a lo largo de una semana, una mesa de cada clase se va llenando de libros misteriosos conforme se acerca el Día del Libro y los alumnos tenían que aguantar –lo más que pueden– la tentación de desvelar qué libro era el suyo y, sobre todo, su título real.
En este punto, la profesora aporta tres consejos.
Es mejor que los libros lleguen a lo largo de una semana, dado que se genera más emoción. De esta forma, no hay que leer todos los párrafos de golpe y, también, se corre un riesgo menor de que a alguien se le olvide.
El segundo consejo es hacer un sorteo para decidir quién será el primero en escoger libro de la mesa para que no dé pie a conflictos.
Y, como tercera recomendación, si un alumno se anima a llevar varios libros, tanto mejor. Además de cubrir al eventual despistado, de este modo el último en acudir a la mesa tendrá varias opciones entre las que elegir.
Esta es la tercera vez, indica Arregi, que organizan estas citas a ciegas literarias en la escuela, aunque se realizan en cursos alternos. En 2025 les ha tocado a 1º, 3º y 5º de Educación Primaria.
«A lo largo de la semana, los alumnos van haciendo sus hipótesis sobre quién trajo cada libro o de cuál puede tratarse», comenta Arregi.
«A lo largo de la semana se ve cómo la tensión va aumentando. Ellos van haciendo sus hipótesis sobre quién trajo cada uno o de qué libros puede tratarse», explica la profesora.
La elección del párrafo supone, en sí mismo, un ejercicio para trabajar con los libros de otra manera. «Se les hace raro cuando se lo propones, no saben cuál escoger para hacerlo bien», prosigue Arregi.
Por otro lado, aclara que no necesariamente tiene que ser un párrafo, sino que la pista puede ser un dibujo «o una carta de recomendación»
El formato, destaca la educadora, tiene varias ventajas, además de esa dosis de misterio: «Fomenta el que se recomienden libros unos a otros, que después de leerlo comenten qué les gustó más o qué menos, así como el cuidado de los libros, porque, una vez leído, el libro volverá después a manos de quien lo trajo de su casa».
Y, como es lógico, «no es lo mismo que te diga un profesor que este libro lo tienes que leer que quien te anime a hacerlo sea una amiga o un amigo».
En opinión de la profesora, estimular la lectura es algo muy necesario. Ella aprecia que el hábito se está perdiendo en favor «del estímulo rápido, del vídeo y la imagen». Y esto, a pesar de que cada vez se editan más y mejores libros infantiles.
Algunas de las recomendaciones son: ‘Barruko hotsak eta beste txiki batzuk’, ‘Amona galdu zenekoa’ y ‘Matilda’.
A modo de cierre, le proponemos a Arregi que nos desenvuelva unos libros recomendables para fomentar la lectura en Primaria.
Para primer ciclo (LH1-2): ‘Barruko hotsak eta beste txiki batzuk’ (Leire Bilbao y Maite Mutuberria), ‘Munduko etxerik handiena’ (Leo Lionni), ‘Koloretako munstroa’ (Anna Llenas).
En segundo ciclo (LH3-4): ‘Amona basoan galdu zenekoa’ (Arantxa Iturbe), ‘Ebelina Mandarina’ (Castillo Suarez), ‘Pirata eskola bilduma’ (Steve Slevenson) y ‘Miren emakumetzen’ (Mónica Peitx y Cristina Losantos).
Y en el tercero (LH 5-6): ‘Greg. Gixajo baten egunkaria’ (Jeft Kinner) y ‘Matilda’ (Roald Dahl).