La ESMA y las comunidades LGBT se cuelan en la capilla ardiente del Papa
La monja Geneviève Jeanningros se ha convertido en protagonista involuntaria de la capilla ardiente del Papa Francisco, al saltarse el protocolo y situarse al lado del féretro. Sobrina de la religiosa Leonie Duquet, torturada y desaparecida en la ESMA argentina, presta apoyo a las comunidades LGBT.
La imagen de la religiosa Geneviève Jeanningros, mochila al hombro, en la capilla ardiente del papa Francisco, se ha hecho viral. Saltándose el protocolo de seguridad establecido por el Vaticano, logró acercarse hasta el féretro, un perímetro reservado para cardenales y obispos.
La historia familiar de Jeanningros está estrechamente ligada a Argentina, a la dictadura, a la ESMA, a los vuelos de la muerte. Su tía, la monja francesa Leonie Duquet, fue secuestrada junto a la también religiosa francesa Alice Dumon en diciembre de 1977 en lo que se llamó el operativo de la Iglesia de la Santa Cruz.
Junto a ellas fueron secuestradas tres madres precursoras de las Madres de la Plaza de Mayo –Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco– y varios militantes y activistas de derechos humanos –Angela Auad, Gabriel Horane, Raquel Bulit y Patricia Oviedo y Remo Carlos Berardo, Horacio Elbert y José Fondevila–.
Todos ellos fueron llevados a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), torturados y arrojados en los vuelos de la muerte. Al mando de la redada estuvo el marino Alfredo Astiz, apodado «El rubio» o el «Angel de la muerte», quien consiguió infiltrarse en el grupo haciéndose pasar por el hermano de un desaparecido.

En la ESMA, ante la repercusión internacional que tuvo la desaparición de las dos monjas francesas, los marinos las fotografiaron con una bandera de la organización Montoneros y obligaron a Domon a escribir una carta atribuyendo su desaparición a un «grupo opositor».
A finales de 1977, varios cuerpos aparecieron en las cosas de Santa Teresita y San Bernardo. En agosto de 2005, el Equipo de Antropología Forense anunció la identificación de los restos de siete personas enterradas como NN. Cinco correspondían a las tres madres, a Duquet y Aguad. Las autopsias revelaron que las fracturas que tenían eran compatibles con las causadas por «una caída desde cierta altura».
Este hallazgo permitió demostrar la existencia de los «vuelos de la muerte».
Jeanningros siempre se hizo cargo de la historia familiar y de la denuncia de las violaciones de derechos humanos cometidas durante la última dictadura cívico-militar en Argentina y del silencio de la Iglesia católica.
«No podía aceptar el silencio de la Iglesia», afirmó, según se recoge en uno de los tomos de ‘La verdad os hará libres’. También siguió de cerca el juicio por el Plan Cóndor celebrado en Italia.
En una caravana en Luna Park
Perteneciente a la Congregación de las Pequeñas Hermanas de Jesús, desde hace años desarrolla su apostolado entre los tiovivos y las ferias y vive en una caravana en el Luna Park de Ostia, a una hora de Roma.
En julio de 2024, el papa visitó este el histórico parque, reuniéndose con las comunidades del espectáculo itinerante y del circo. Según informa Vatican News, Francisco la apodó la «enfant terrible».
Cada miércoles, iba a la Audiencia General del Vaticano, a donde desde hace años lleva a grupos de nómadas, gente del circo y personas LGBT+.
En medio de la pandemia del coronavirus, junto con el párroco de la Santísima Virgen Inmaculada de la localidad de Torvaianica, Andrea Conocchia, llamó a la puerta del cardenal limosnero Konrad Krajewski para que llevase ayuda a las personas que trabajan en las ferias y a la comunidad trans: unas 40 o 50 personas, muchas sudamericanas, que ya no podían trabajar.
Un miércoles acompañó a Claudia, a Marcella y a muchas otras transexuales para que conociesen al papa. «Incluso una fue asesinada poco después. Se habían tomado una foto con el papa, se la llevé y él rezó por ella», recordó a los medios vaticanos.