Copa Mundial de Clubes: un cóctel de incierto sabor, que puede ratificar o servir de salvavidas

Con un nuevo formato diseñado pensando más en criterios económicos que deportivos, y encajado con calzador en el calendario veraniego, la Copa Mundial de Clubes se ha convertido en una especie de flotador salvavidas para algunos equipos de alto nivel que no han firmado precisamente una temporada para enmarcar, léase Real Madrid y Manchester City, solo por poner dos ejemplos.

Justo lo contrario de lo que les sucede a otros participantes, como PSG y Chelsea, que podrían añadir a sus recientes entorchados continentales otro título que tiene el valor añadido del estreno de su moderna configuración. Y para otro bloque supone un inmejorable escaparate en el que darse a conocer y, quién sabe, si incluso dar alguna sorpresa.

Vendido como un torneo más abierto a las diferentes confederaciones futbolísticas del mundo, lo que indudablemente rebaja el nivel, al menos en lo que se refiere a la fase de grupos, este torneo que se inicia esta próxima madrugada –el Inter Miami de Leo Messi hará de maestro de ceremonias– se disputará en un Estados Unidos en plena ebullición política y con una de sus sedes –RoseBowl Stadium– ubicada en Los Ángeles, una ciudad que se encuentra incendiada en sus calles y que está por ver hasta qué punto esta situación afecta al desarrollo del campeonato.

Las ausencias de tres de los actuales campeones de cinco de las ligas más importantes –Liverpool, Barcelona y Nápoles– es una de las principales rémoras de este formato, muy similar a una Copa del Mundo, en el que tomarán parte 32 equipos distribuidos en ocho grupos, clasificándose los dos primeros para las posteriores eliminatorias.

Viejas glorias

A priori, el potencial de los clubes europeos debería imponerse al del resto, a la espera de comprobar qué nivel aportan brasileños y argentinos, quienes tienen el cometido de ser los que planten más batalla a los principales favoritos. Con el objetivo de dar alguna sonora campanada, el resto podrán sacar a relucir su mayor motivación ante estrellas futbolísticas que se han quedado sin vacaciones veraniegas.

Nada menos que 26 campeones del mundo desplegarán su arte sobre los verdes de once estadios, que van de Miami y Nueva Jersey hasta la costa Oeste, con Los Ángeles y Seattle. Las otras sedes son Philadelphia, Charlotte, Orlando, Nashville, Cincinnati y Atlanta. Y el aliciente entre comillas de volver a disfrutar de viejas glorias en el ocaso de su trayectoria profesional.

Entre los datos curiosos de un torneo que con sus diversas variantes se instauró de manera oficial en 2000, se puede destacar que el Real Madrid es el club con más entorchados –cinco–, mientras que Pep Guardiola es el técnico que más veces lo ha conquistado –cuatro–, dos con el Barcelona, una con el City y otra con el Bayern.

Precisamente la entidad bávara es la única que no ha encajado ningún gol en las dos ocasiones que ha participado y el que fuera su jugador Toni Kroos es el futbolista que tiene en su palmarés particular más títulos, seis.

La diferencia horaria de Estados Unidos con Euskal Herria va a provocar que un buen número de encuentros se disputen de madrugada. En todo caso, aquellos partidos más importantes de la fase de grupos se han programado en horarios acordes a las franjas televisivas con mayor nivel de audiencia.