La carcoma ideológica derechista está triunfando

Hoy habrá miles de ¿jóvenes? entre 18 y 39 años contentos porque algún día entre todos les vamos a ayudar a avalar su hipoteca, ya que son muchos los que aspiran a comprarse un piso. La cuestión es si nuestra caja común debe utilizarse para eso. La Ley de Vivienda actual lo pone en cuestión. No dice que la gente no se compre una vivienda, sino que quien lo haga se la «autofinancie».

Hace poco PNV y PSE, con el apoyo de Elkarrekin Podemos, sacaron adelante un retoque fiscal con la justificación de que con las exenciones habría miles de personas de rentas bajas que no tendrían que declarar. Es decir, no es que quienes más tienen más vayan a contribuir a la caja común para el bien público, sino que los que menos tienen se ahorren una gestión, quizá a costa de no poder después «disfrutar» de otros derechos sociales.

Se ve que va triunfando la idea de que es mejor que el dinero esté en la cartera de cada cual y no en la Hacienda pública. Esa carcoma ideológica derechista es asumida ya como neutral por quienes se supone que deberían combatirla. Los avales y las exenciones fiscales pueden ser una buena noticia temporal para bolsillos particulares (y para la banca), pero es una formulación que a la larga va corroyendo las bases de una mayor justicia social.