Buscando al mejor Van Aert
Al margen del ganador de cada edición en la pelea Pogacar-Vingegaard, nadie ha sido tan determinante en la resolución de un Tour como lo fue Van Aert en las ediciones en las que ganó su compañero del Visma. En el equipo son conscientes de que es fundamental contar con la mejor versión del belga.
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En el equipo Visma-Lease a bike sabían que el desafío en el Tour de este año era más grande que nunca. Por eso han querido endurecer la carrera desde el primer día, exigir a los ciclistas del UAE, con el objetivo de aislar a Pogacar. Grischa Niermann y el resto de directores se estarán rompiendo la cabeza ideando las mejores estrategias para conseguir ese objetivo que amenaza con convertirse en obsesión. Habrán repasado una y otra vez los números de aquella etapa entre el Galibier y el Granon en la que Vingegaard consiguió soltar la rueda de Pogacar y estudiarán minuciosamente en qué acertaron aquel otro día en el que al esloveno se le escuchó decir «I’m gone. I’m dead». Porque ya saben cómo dejar atrás al mejor ciclista del mundo. Lo consiguieron, no una, ni dos veces y saben que puede volver a ocurrir.
Niermann no es un recién llegado al ciclismo y conoce la manera para hacer que Vingegaard supere a Pogacar. Muchos aficionados jalearon al líder del Visma cuando entró primero en la meta de la cima del Granon en 2022 y la prensa lo encumbró por aquella victoria, pero Niermann sabía bien por qué aquel día había pedido a Wout van Aert que se dejara caer de la escapada en el descenso del Galibier. Igual que sabía por qué, un año después, había hecho que el belga entrara en la escapada del día en la etapa de Cauterets. Al margen del ganador de cada edición, nadie ha sido tan determinante en la resolución de un Tour como lo fue Van Aert en las ediciones en las que ganó su compañero de equipo, Jonas Vingegaard.
En el Visma son conscientes de esa circunstancia y son conscientes también de que es fundamental contar con la mejor versión del corredor belga, si quieren conseguir imponerse a Tadej Pogacar. Confian en que una teórica mayor resistencia de Jonas Vingegaard le permita derrotar al eslovenio en la tercera semana del Tour y confían también en contar con un equipo más fuerte que el del UAE.
Por eso quieren endurecer la carrera día a día. Porque no quieren dar descanso a sus rivales y confían en hacerles llegar con las fuerzas justas a la última semana, para entonces atacar a un Pogacar más débil. Por eso y porque no saben correr de otra manera. Al fin y al cabo, el equipo de Niermann siempre ha buscado estrategias ofensivas y los aficionados no podemos estar más que agradecidos por ello.
UAE debilitado; Pogacar, con más nivel
Por el momento, el UAE ya ha perdido al portugués Joao Almeida y Adam Yates no parece estar en su mejor momento. Esa debilidad de sus rivales juega, sin duda, a favor de Vingegaard y del Visma. Pero también es cierto que se enfrentan a un Pogacar de más nivel que el de hace dos o tres años. Por eso necesitan al Van Aert que tuvo un papel tan determinante en el Tour de 2021, 2022 o 2023. El que era capaz de poner un ritmo alto en el pelotón durante tantos kilómetros y además, terminaba ganando una etapa de alta montaña como la del Mont Ventoux, una contrarreloj y el sprint de los Campos Elíseos. Ese es un triplete al alcance de contados ciclistas.
También el Van Aert que marchó durante más de 100 kilómetros en la escapada de una etapa que incluía las subidas al Aubisque, Spandelles y Hautacam, para terminar siendo alcanzado por Pogacar y Vingegaard y ponerse al frente, tirando de los dos. Sí, el día que Van Aert se llevó a Vingegaard a rueda después de haber dejado atrás a Pogacar en plena ascensión a Hautacam y dejó solo al danés cuando le quedaban menos de 4 kilómetros para meta. Hoy en día cuesta creerlo, pero hubo un día en el que Van Aert dejó a Pogacar ascendiendo un puerto de categoría especial y esa acción ocurrió hace tres años nada más.
Pero, para desgracia del Visma, el equipo llegó a su pico en la temporada 2023, cuando ganaron Giro, Tour y Vuelta con Roglic, Vingegaard y Kuss, y lograron 69 victorias en toda la temporada. Aquella exhibición de poderío obligó a Pogacar a buscar soluciones y desde entonces se muestra intratable. Van Aert, por su parte, ha vivido su calvario particular. En la carrera A través de Flandes del año pasado se fue al suelo, se fracturó clavícula y varias costillas y dijo adiós a la temporada de clásicas. Cuando recuperó el estado de forma, ganó tres etapas de La Vuelta y lideraba las clasificaciones de la montaña y de los puntos, pero volvió a sufrir una caída, en la que se dio un fuerte golpe en la rodilla derecha y cuyas cicatrices dan muestras de la gravedad del impacto.
La confianza del Visma en Van Aert es incuestionable. De hecho, el pasado mes de septiembre firmó un contrato vitalicio que se comunicó al público como “2019-eternity”. Sin embargo, esta temporada no termina de encontrar el golpe de pedal que le ha permitido llegar a las 50 victorias en toda su carrera. La derrota en A través de Flandes, cuando tres Vismas fueron superados por Powless, le obligó a dar explicaciones. En el Giro perdió un sprint frente a Pedersen y en la Flecha Brabanzona ya había sido superado por Remco Evenepoel. En este Tour en el que se está midiendo hasta el desgaste que supone la ceremonia del podio, recuperar la mejor versión de Van Aert podría desnivelar la balanza a favor del Visma y de Vingegaard.