‘Caro Nanni’, o el circo ambulante de una bilbaina entre góndolas
Así trata de vender la productora Haizea Viana ‘Caro Nanni’, el homenaje de Pablo Maqueda al cineasta Nanni Moretti, en el Festival de Venecia.
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«¿Pero no es un poco raro que dos españoles estén haciendo esta película?», les preguntaban las agencias de ventas a la productora bilbaina Haizea Viana, instalada en una mesa dentro de un palazo colosal mientras trata de vender ‘Caro Nanni’, una accidentada y autorreflexiva road movie a través de Italia. A su vera, están sentados los productores de Ulrich Seidl (‘Sparta’) y de Luis Ortega (‘El ángel’).
Cuando viajó a Nápoles junto con el director Pablo Maqueda y un convoy de «dos caravanas, una furgoneta, una Vespa y diez amigos, en agosto, por Italia, con todo lo que eso conlleva», un señor en la playa les había preguntado lo mismo. Un año después, aún no tenían respuesta: «Supongo que decidimos abrazar el caos», bromea. «De eso va el documental, sobre la vida y lo que significa el cine para cada uno de nosotros o lo que significa tener un sueño, un objetivo».
No es la primera vez que la obsesión cinéfila de Pablo Maqueda lo lleva a él y al equipo capitaneado por Haizea Viana, productora en Viva.Media (‘La desconocida’), guionista, agente de prensa y su pareja, a emprender epopeyas para las que nadie llega realmente preparado. La última vez, en 2020, el realizador decidió seguir el camino que Werner Herzog había tomado medio siglo antes, a pie de Munich a París, como acto de fe para evitar la muerte de su mentora Lotte Eisner. El resultado es la fantástica ‘Dear Werner’, una de las películas independientes más comentadas de aquella temporada y merecedora del premio Feroz Arrebato de No-Ficción.
Cinco años después, en ‘Caro Nanni’, Maqueda emprende un viaje desde Madrid a Roma, montado ahora sobre una Vespa y para celebrar los treinta años de ‘Caro Diario (Querido diario)’ de Nanni Moretti. Viste igual que Moretti (vaqueros y camisa), come tarta sacher (su favorita) y recrea las escenas más emblemáticas de la filmografía del italiano (‘Vaselina roja’, ‘Mia madre’, ‘El sol del futuro’...) con apariciones estelares de la talla de Margherita Buy, Eva Llorach o Isabel Coixet. Maqueda buscaba activar los resortes libérrimos de ‘Caro diario’, superar el rectángulo de una pantalla rompiendo las estructuras limitantes de la ficción. Explicaba a Audiovisual 451, «no sabes hacia dónde va la película, y eso es algo que a mí siempre me da mucha envidia. Cuando ves ‘Caro Diario’, ves a una persona pasándoselo bien».
Meses después, la productora recoge cable: «Todo empieza con esta locura que tiene Pablo de vivir dentro de las películas, porque está cansado de la realidad», explica, «y nosotros le seguimos confiando en él a ciegas, pero acabamos un poco hartos, y nos preguntamos –asimismo–, ‘¿qué estamos haciendo aquí, realmente?’». Un año más tarde, con la película casi terminada y con Haizea Viana sentada tras el mostrador, la productora se responde: «Tenemos un gap [un hueco de financiación] de 45.000 euros», que han de conseguir para la música. «Si conseguimos ese dinero, tendremos unas canciones. Si no, hay un plan B con otra música diferente». El presupuesto para el plan A, dice Viana, puede depender de la venta de los derechos internacionales en Venecia.
Las buenas noticias son esperables, y más si atendemos al exitoso recorrido de ‘Caro Nanni’ por los concursos a películas en work in progress del festival de Málaga, de Abycine y de Atlàntida. Ha sido premiada en todos ellos, y es uno de solo tres proyectos participados por el Estado español que entraron en el prestigioso Production Bridge de la 82ª edición de la Biennale. A la práctica, ello implica tres jornadas del todo maratonianas en speed dating: al día, unas catorce reuniones de treinta a cuarenta minutos en las que contar, una y otra vez, el proyecto a compradores potenciales.
De momento, se han reunido con las casas de ventas Fandango (encargada de la distribución internacional de Nanni Moretti), así como con Intramovies (‘Cuerpo celeste’) o Elle Driver (‘Robot Dreams’). Mubi les queda pendiente, pero auguro que alguna ventana se abrirá en Zinemaldia o en la próxima Berlinale, que la está considerando para Panorama. El camino por delante es largo y promete alegrías, aunque Haizea Viana reconoce que la ha llevado a una «crisis existencial». «Hacer cine es dificilísimo, y en Viva lo haremos mejor o peor, pero intentamos hacer películas que tengan importancia. No sé si la tendrán para mucha gente. Nos basta que le importen a una persona». De momento, ya tienen mi interés.