«Oniki dev adam», los «Doce Gigantes» de Turquía llegan a la final del Eurobasket al asalto
Con un juego colectivo exquisito y un Ercan Osmani autor de 28 puntos, «alimentado» entre Sengun y Larkin, la selección turca ha barrido a Grecia por 68-94 y regresa a la final del Eurobasket por primera vez desde 2001. La Alemania de Schröder y Wagner, que ha superado a Finlandia por 98-86, espera.
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GRECIA 68 - TURQUÍA 94
Ver a Alperen Sengun corear al ritmo de la música aquel mítico «Oniki dev adam» –Los Doce Gigantes– creado para el Eurobasket de Turquía de 2001, que supuso hasta la fecha la única medalla de la selección otomana en un Eurobasket, no tiene precio. No ya solo porque la paliza que por momentos el cuadro turco le ha propinado al vecino griego ha sido monumental, sino porque habla de la implicación de un muchacho aún joven que creció física y baloncestísticamente inspirado en aquel himno no oficial de Turquía. Sobre todo cuando el público subrayaba aquello de «nunca os dejaremos solos».
Hasta este domingo, en el que tienen una muy seria oportunidad de superar aquella plata de 2001. Porque a diferencia de aquel equipazo, esta Turquía juega con mucha menos anarquía y arranques de talento individual, el tiro exterior no solo depende de la inspiración individual y porque Ergin Ataman y Sengun han conectado para dar fluidez, coherencia y soluciones a su juego.
El derbi euroasiático se preveía más igualado, pero es que Turquía, que ha firmado 27 asistencias y ha rozado el 50% en triples –como en todo el Eurobasket– no ha permitido ninguna alegría a los de Spanoulis, quienes han perdido los cuatro cuartos ante un rival lanzado.
El duelo ha comenzado de maravilla para los de Ergin Ataman desde el salto inicial, pese a la ausencia de puntos de Alperen Sengun, su gran estrella. Los ¡14! puntos que ha metido Osmani en este primer cuarto han sido más que suficiente para que Turquía se haya ido 16-26 en el marcador. Ante una Grecia incapaz de correr porque la escuadra otomana ha cargado muy bien el rebote en ataque y ha sabido buscar buenas opciones de tiro merced a su movimiento de balón, los helenos se han quedados rezagados en un abrir y cerrar de ojos.
Dos triples de Dorsey y la capacidad atlética de Kostas Antetokounmpo le ha dado aire a Grecia, que además ha apretado un punto su ritmo defensivo. No obstante, Turquía no se ha achantado ante ello y ha sabido replicar en la retaguardia a base de arriesgar metiendo manos para robar y salir a toda velocidad, con Hazer volando para terminar las transiciones. De hecho, las pérdidas han sido la gran cruz helena, con resbalones, botes sobre la línea y pases malos en situaciones no forzadas –amén de la defensa de su rival–, de forma que esos puntos fáciles, más el juego entre pívots entre Osmani y Sengun ha vuelto a disparar a los de Ataman, con una. ventaja nuevamente por encima de la decena: 24-38, después de un acrobático «dos más uno» de Korkmaz.
La diferencia ha llegado hasta los 21 puntos, 28-49, con una segunda unidad de lujo, ya que Çedi Osman y Korkmaz ahora forman parte de la intendencia en el equipo de Ataman, pero eran estrellas como quien dice hasta anteayer, con la irrupción de Sengun. Grecia solo ha encontrado alivio con un triple de Sloukas, dejando el marcador del descanso en un 31-49 casi imposible para Vasilis Spanoulis y los suyos. Y todo eso con un 2 de 11 en tiros de Sengun, para cinco puntos –9 rebotes y 6 asistencias–. Mejor que el 2 de 7 de Giannis Antetokonumpo, con 8 rebotes como pequeño consuelo. Ercan Osmani ha firmado 18 puntos, por su parte.
La segunda mitad ha sido el colofón a la actuación turca. Sengun ha terminado con 15 puntos, aunque su impacto ha sido mayor junto con los 28 que ha firmado Osmani al final haciendo sangre en la pintura helena. Larkin y Çedi osman han superado también los 14 puntos y Grecia sencillamente se ha diluido como un azucarillo. Skloukas con 15 tantos, ha sido el máximo anotador griego, con 12 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias de Giannis Antetokounmpo, insuficiente frente al vendaval que los «Doce Gigantes» han desatado en el Riga Arena.
Tercera final de Alemania
ALEMANIA 98 - FINLANDIA 86
Alemania disputará su tercera final de un Eurobasket el domingo a partir de las 20.00. En 1993, en una Europa rota en mil pedazos tras el desmoronamiento de la Unión Soviética y la Guerra de los Balcanes, Alemania lograba su primer oro con el serbio Svetislav Pesic en el banquillo. Doce años después, en 2005, una canasta de Dirk Nowitzki en la cara del actual presidente de la FIBA Europa, Jorge Garbajosa, metía a la selección alemana en su segunda final continental, aunque en aquella ocasión el oro fuese para la Grecia capitaneada por Theo Papaloukas y Dimitris Diamantidis –que metió a Grecia en la final con un triple sobre la bocina ante la Francia de Toni Parker–.
Finlandia tendrá que pelear por conseguir su primera presea en un Eurobasket, pero en vista de cómo se ha agarrado al partido incluso cuando su desventaja rozaba los 20 puntos, no se rendirá y buscará ese bronce ante Grecia como si el tercer cajón del podio fuese oro de 24 quilates.
Pero la resistencia ‘suomi’, espoleado por su público en el Riga Arena, no ha podido con las figuras alemanas, que no son otras que Dennis Schröder y Franz Wagner. Cierto es que Alemania echa de menos a Mo Wagner, hermano de Franz, y que en algún momento de la vida deberá acoplar a Hartenstein en la rotación, al tiempo que Johannes Voigtmann estará en Múnich rabiando por no poder estar en la pelea por el oro continental, algo que, en caso de conseguir, serviría para que Alemania igualase con las extintas URSS y Yugoslavia, así como con la selección española a la hora de encadenar un oro continental y otro mundial, ya que no hay que olvidar que Alemania en la vigente campeona del Mundo.

Esa experiencia en las grandes citas ha hecho que Schröder, que firmase un 6 de 20 en cuarto de final ante Eslovenia, haya moderado sus ganas de tirar a un 6 de 15 para firmar 26 tantos –10 de 10 en tiros libres–, 12 asistencias y 5 rebotes, mientras que Franz Wagner, aunque solo haya sumado dos tiros libres tras el descanso, ha regalado a la vista una primera mitad antológica, donde ha anotado 20 de sus 22 puntos, amén de añadir a su cuenta 5 rebotes más.
Cuando en el tercer cuarto Finlandia se ha metido en el parcial con un parcial de 2-12, pasando del 77-60 al 79-72, Schröder ha encontrado aliados como un Tristan Da Silva excelso en el triple, los 10 puntos y 11 rebotes de Daniel Theis o un Isaac Bonga que sigue siendo un «chico para todo» ideal para los de Alan Ibrahimagic.
Finlandia ha padecido la defensa de Alemania, aunque casualmente, solo ha empezado a carburar cuando ha abandonado el abuso en el triple para penetrar más y sin miedo. Olivier Nkamhoua, con 21 puntos y 8 rebotes, ha sido el faro de los Markkanen –16 puntos, con una carta de tiro de 6 de 17–, Jantunen y el jovencísimo Miikka Muurinen, que a sus 18 años se ha ido a los 12 puntos –aunque 1 de 4 en tiros libres– en una semifinal de su primer Eurobasket senior.
El 61-47 del descanso amenazaba un marcador de escándalo, ya que Finlandia ha aceptado el reto de jugar al tiroteo propuesto por Alemania. Nada de amasar el balón y orbitar el juego sobre un Doncic, sobre todo cuando las principales estrellas finesas son interiores con capacidad para jugar de cara desde el perímetro.
Alemania se ha sentido cómodo jugando así, sobre todo un Schröder que se ha hincado a repartir asistencias y visitar la línea de tiros libres con su verticalidad y su eficiencia a la hora de pasar al tirador doblando el pase definitivo. Hasta que Finlandia no ha empezado a cargar el rebote de ataque y a frenar a los germanos, aquello tenía marchamo de paliza.
Pero no ha sido así. Nkamhoua y Jantunen han encontrado el camino a la pintura y Finlandia ha hallado pequeñas grietas por donde colarse en la defensa de su rival. La cuestión es que de la mano de Schröder y los compañeros que este ha ido encontrando en su camino, la victoria alemana jamás ha corrido peligro. Finlandia se ha tenido que contentar con caer dignamente mientras que Alemania regresar podio tras el bronce del pasado Eurobasket de 2022 buscando que su cuarta presea vuelva a ser otra vez de oro.