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Todos los recursos dispuestos en el Baskonia para ganar a Panathinaikos y salir de la pesadilla

Después de recuperar a Rodions Kurucs, Paolo Galbiati tiene a toda la plantilla del Baskonia a su disposición, justo para afrontar un duelo de máximo nivel ante un PAO que tampoco es que llegue a Zurbano en su mejor momento, al punto que anota y encaja 91 puntos por partido.

Saski Baskonia ha sometido a Panathinaikos en Gasteiz en todos sus partidos jugados desde 2017. (Raúl BOGAJO | FOKU)

Como en tantas y tantas de sus pesadillas, empezó a huir despavorido. Las botas de sus perseguidores sonaban y resonaban sobre las hojas secas. Las omnipotentes zancadas se acercaban a un ritmo enloquecido y enloquecedor.

Hasta no hace mucho, siempre que entraba en una pesadilla, su salvación había consistido en despertar, pero a esta altura los perseguidores habían aprendido esa estratagema y ya no se dejaban sorprender.

Sin embargo esta vez volvió a sorprenderlos. Precisamente en el instante en que los sabuesos creyeron que iba a despertar, él, sencillamente, soñó que se dormía.

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«La noche del domingo fue la peor que pasé estos dos últimos años. Tuve hasta pesadillas, pero bueno, es parte de mi trabajo». Son palabras de Paolo Galbiati a la hora de referirse al descalabro vivido el domingo en Zaragoza, un duelo que, por el momento, es el punto más bajo de una deriva peligrosa por más que la temporada 2025/26 de Saski Baskonia no ha hecho sino empezar. Dos partidos de Euroliga y otro de Liga ACB no son muestra suficiente para echarse las manos a la cabeza y salir gritando fuego, pero las sensaciones posteriores al duelo de Zaragoza invitaban a pocas alegrías y menos entusiasmo aún a la hora de recibir este jueves a las 20.30 al Panathinaikos de Ergin Ataman.

La defensa de Saski Baskonia en este estreno de temporada es de película de terror y es casi normal que el preparador lombardo padezca pesadillas. Por fortuna, la muestra aún es muy pequeña y hay margen de sobra para corregir el rumbo. «No podemos cometer diez errores consecutivos, tenemos que ser más listos y sólidos», ha remarcado el preparador, que ha visto «dos caras» en el juego de su equipo.

«El equipo tiene dos caras ahora, en los buenos momentos somos bellos y en los malos somos horrorosos. Tenemos que jugar con personalidad y una agresividad loca, porque si limitamos nuestros momentos malos, podemos competir con cualquiera», ha subrayado Galbiati.

Asimismo, parece que han quedado atrás los peores momentos de los rigores de la pretemporada, en el que los torneos de selecciones, las molestias y las lesiones dejaron al bueno de Galbiati entrenando con seis profesionales y otros tantos juveniles –«buenos chicos, con talento, pero que aún no están preparados para el máximo nivel», según palabras del técnico baskonista–, unas insuficiencias preparatorias que han dejado su huella en un arranque calamitoso que, una vez tocado fondo, toca voltear.

Y es que si los gasteiztarras recuperaron a Diakité a marchas forzadas en el duelo ante el Asvel Villeurbanne, de cara a este jueves regresan Tadas Sedekerskis, ausente en Zaragoza por precaución, luego de llevarse un fuerte golpe en Lyon, y Rodions Kurucs, lesionado en la fascia plantar mientras preparaba el Eurobasket con Letonia, y que este martes, formó parte del grupo en una sesión preparatoria que el propio Galbiati ha definido como «la más dura de la temporada», en la que llevó a sus jugadores «al límite físico».

Sin ganar desde 2017

Es decir, que el técnico baskonista por fin tiene a su disposición a toda su plantilla, lo cual supone un primer paso para estrenar el casillero, por más que Panathinaikos no sea precisamente una perita en dulce.

Kendrick Nunn, Juancho Hernangómez, Kostas Sloukas o Yurtseven son los principales anotadores del PAO en este arranque de temporada, sin olvidar a un TJ Shorts que aún está en fase de aclimatación tras su gran debut en la Euroliga en las filas de Paris Basketball el año pasado, la recuperación de sus problemas físicos de los Grigonis y Matthias Lessort –cuya gravísima fractura de peroné tuvo lugar el año pasado precisamente ante Saski Baskonia, una acción que produjo varios desmayos y hasta un amago de infarto en un OAKA en silencio– y el regreso del ex de Saski Baskonia Nikos Rogkavopoulos, que en estos primeros partidos de Euroliga promedia 20 minutos y 7,5 puntos de un PAO se va a los 91 puntos por partido, así anotados como recibidos.

Ante semejante listado de jugadores de máximo nivel, por más que el conjunto heleno también sabe lo que es perder y que en su última visita a Zurbano mordió el polvo por 91-77. De hecho, la última vez que Panathinaikos salió victorioso de Zurbano fue el 23 de marzo de 2017, con Xavi Pascual en el banquillo heleno y Sito Alonso en el gasteiztarra, un 63-72 comandado por Chris Singleton y Mike James.

No solo es que el Buesa Arena se le dé mal al conjunto heleno, es que en cierta medida está aquejado de parecidos males que el propio Baskonia, fruto de tener que tomar tierra en la labor cotidiana tras un verano movidito.

«Les han faltado jugadores e incluso el entrenador, que estaba en el Eurobasket. Nunn, Grant, Shorts, Sloukas… es un equipo increíble, pero para nosotros es una gran oportunidad. Jugaremos con nuestro estilo, en defensa tenemos que crecer, más físico, más táctico. Me gustaría ver jugar como los primeros 15 minutos contra Asvel o los 25 minutos contra el Olympiacos», ha remarcado el técnico baskonista.