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Otra batalla más en la larga guerra comercial de EEUU contra China

La decisión de EEUU de ampliar la lista de empresas sancionadas ha llevado a China a establecer controles a la exportación de tierras raras. En este contexto, Europa ha decidido tomar el control de una empresa china de semiconductores Nexperia, echando más leña al fuego y arruinando su reputación

Exposición de compuestos que contienen tierras raras en la ciudad china de Hohhot (Brücke-OSTEUROPA | WIKIPEDIA)

La guerra comercial entre EEUU y China se mantiene soterrada, pero de vez en cuando emerge como un géiser, salpica el debate político y muestra la sorda lucha que se está librando entre bambalinas. El pasado 9 de octubre, el Gobierno chino decidió establecer controles de exportación de tecnología y elementos relacionados con la minería, el refinado, la fundición de metales, la fabricación de imanes y el reciclaje de tierras raras. De un golpe estrechó el control sobre toda la cadena de producción de las llamadas tierras raras.

Este fue el anuncio que más atención recibió, pero hubo más. Además de las tierras raras, el Gobierno de China también introdujo controles a las baterías de alto rendimiento, en concreto a las de más de 300 Wh/kg, necesarias para vehículos eléctricos de largo alcance y drones avanzados. El tercero estuvo dedicado a los materiales de las baterías, tanto los ánodos de grafito como los materiales del cátodo. Por último, estableció controles a los diamantes industriales y herramientas de corte: los materiales ultraduros que se utilizan en la fabricación de precisión, por ejemplo, para cortar obleas de silicio para chips de computadoras.

En todos los casos, la exportación de máquinas para fabricar esos componentes necesitarán también de una licencia.

Ámbito de aplicación 

Los nuevos controles a la exportación de tierras raras de China incluyen una disposición que establece que cualquier entidad que utilice tierras raras para desarrollar semiconductores avanzados (definidos como de 14 nm o inferiores) requerirá una aprobación caso por caso. Esta disposición otorga de facto a China poder de veto sobre toda la cadena de suministro de los semiconductores avanzados, ya que las tierras raras se utilizan en etapas críticas. Afecta directamente a grandes compañías, como la neerlandesa ASML, que utiliza tierras raras para los imanes de sus máquinas de litografía, y a la taiwanesa TSMC, que los usa  en los semiconductores.

Esta disposición otorga de facto a China poder de veto sobre toda la cadena de suministro de los semiconductores avanzados

Estos preceptos son de aplicación extraterritorial: no solo las compañías chinas deben solicitar licencia de exportación, también las entidades extranjeras antes de reexportar productos fabricados en el extranjero, si contienen tierras raras chinas que representen el 0,1 % o más del valor del producto. Una disposición que ya aplicó EEUU para restringir el acceso a los chips de última generación a China.

Estas medidas entrarán en vigor oficialmente el 8 de noviembre, dentro de un mes, pero su efecto ha sido inmediato. 

Justificación oficial 

La explicación oficial de los controles fue que Pekín quería evitar el «doble uso» y «salvaguardar la seguridad nacional», la misma justificación oficial que dio EEUU para sus propios controles de exportación de chips a China. Una excusa muy utilizada por Washington que resulta difícilmente sostenible, a fin de cuentas, cualquier cosa puede ser susceptible de uso militar. Da la impresión de que el Gobierno chino ha tomado el argumento y lo ha añadido a su caja de herramientas. 

La reacción de EEUU, al margen de a aparecer como el agredido, se ha limitado a anunciar aranceles del 100% a los productos chinos a partir del 1 de noviembre. Las posteriores declaraciones de Donald Trump han sido muy medidas y han ido dirigidas a reducir la tensión. Han sido interpretadas como gestos conciliadores. 

En general, la decisión levantó un buen revuelo en todo el mundo y como es habitual, muchas lecturas interesadas, de modo que el Ministerio de Comercio chino precisó que los controles de exportación solo afectan al «uso de tierras raras medias y pesadas y artículos relacionados con el ámbito militar». Algo que ya decía el anuncio original. 

Las nuevas medidas se aprobaron en represalia por la violación por parte de Washington del acuerdo alcanzado en Madrid en septiembre

Más luz ofreció el comunicado de la embajada china en EEUU que señaló que las nuevas medidas se aprobaron en represalia por la violación por parte de Washington del acuerdo alcanzado en Madrid en septiembre al introducir «una serie de nuevas medidas restrictivas dirigidas a China», en particular, la llamada regla del 50%, que abre la posibilidad de sancionar a miles de empresas chinas.

Esa regla fue emitida el 29 de septiembre por la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio de EEUU. Amplía el número de empresas que pueden acabar en la llamada Lista de Entidades, una relación de empresas sancionadas. Básicamente, establece que también se incluirán en ese listado las filiales de las empresas ya presentes en la lista, cuando la participación de la matriz sancionada sea superior al 50%.

Más medidas unilaterales 

De las declaraciones de Pekín se desprende que el Gobierno chino interpretó la regla del 50% como una provocación unilateral. Una apreciación que no carece de base. Tras el acuerdo de principios de verano, China aceptó mantener el suministro de tierras raras y EEUU reducir los aranceles. En la reunión de Madrid de septiembre, los negociadores acordaron rápidamente un marco para la venta de TikTok US. El analista chino, Chucheng Feng, señala que TikTok US nunca fue un elemento central de las negociaciones comerciales. Aprobar su venta fue una concesión importante de China para dar a Trump la notoria victoria que tanto deseaba, lo que, a su juicio, indicaría la disposición de Pekín a avanzar en cuestiones secundarias a cambio de estabilidad y de cerrar los temas comerciales.

Paralelamente, la Oficina del Representante Comercial de EEUU (USTR) decidió mantener las tasas de entrada a los puertos a los buques construidos u operados por China –entró en vigor el 14 de octubre–. Otra medida unilateral que debería haberse suspendido tras la llamada entre Xi y Trump el 19 de septiembre. El hecho de que Washington haya seguido adelante refuerza la percepción de Pekín de que EEUU actúa de mala fe. 

El mensaje de Pekín no se dirige solamente a Washington, sino también a Bruselas, Seúl y Singapur

Pekín, por su parte, ha respondido estableciendo tasas a los buques estadounidenses y sancionando a varias filiales de la empresa coreana de construcción naval Hanwha Ocean que trabajan para EEUU. Esta decisión ha abierto el campo de actuación de sus medidas punitivas: no se limitará a las empresas estadounidenses, cualquier empresa, independientemente de su origen nacional, que contribuya a la estrategia militar de Washington puede ser blanco de sanciones.

El mensaje de Pekín no se dirige solamente a Washington, sino también a Bruselas, Seúl y Singapur, a quienes insta a no elegir bando, a no sacrificar los vínculos con China para complacer a una superpotencia en crisis.

Incautación de Nexperia 

Como cabía esperar, en Europa no han captado el mensaje. El Gobierno neerlandés decidió el domingo suspender al director ejecutivo de la empresa Nexperia –un ciudadano chino–, nombrar a un director no chino con derecho a voto decisivo en el consejo y expropiar las acciones de la empresa, cediendo la gestión a un fideicomisario externo. Para ello utilizó una viaja ley de 1952 llamada "Ley de Disponibilidad de Bienes", una norma de emergencia para tiempos de guerra diseñada para asuntos como requisar pan o combustible durante una invasión extranjera. 

Los documentos judiciales del caso muestran que ya en junio EEUU advirtió que pensaba introducir la «regla del 50%»

A pesar de negar inicialmente que estuviera actuando en coordinación con Washington, lo cierto es que los documentos judiciales del caso muestran que ya en junio EEUU advirtió que pensaba introducir la «regla del 50%» que afectaría a todas las filiales de las empresas ya incluidas en la Lista de Entidades. En este caso, la empresa Wingtech Technology, la matriz china de Nexperia. Entre las exigencias de Washington estaba asimismo cesar al director ejecutivo chino de la compañía. Es posible que la amenaza fuera incluir a la filial en la lista de empresas sancionadas y para evitarlo, el Ejecutivo neerlandés se ha apropiado de ella.

El Gobierno chino ha dicho que se opone a extender excesivamente el concepto de seguridad nacional y a tomar medidas discriminatorias contra empresas de un país específico. Añadió que los principios del mercado y comerciales no deben politizarse. Dijo asimismo que defenderá firmemente sus derechos e intereses legítimos. Y de las palabras a los hechos: vetó a las compañías chinas que suministren componentes a Nexperia, lo que coloca a la empresa en Europa al borde del colapso y a los cerca de 10.000 trabajadores a punto de perder sus puestos de trabajo.

Nexperia era parte de Philips y fue adquirida por Wingtech por 3.600 millones de dólares en 2018. Es una de las mayores productoras mundiales de semiconductores para las industrias automotriz y electrónica. Sus productos no son de última generación, sin embargo, resultan vitales para las cadenas de suministro globales. 

Consecuencias de largo alcance 

La maniobra del gobierno neerlandés se puede calificar de robo. Se han apropiado de una empresa china que es líder en semiconductores. No está claro si han calibrado los efectos de esta decisión, al margen de poner en peligro el futuro de la compañía y de los trabajadores.

Qué país no occidental se atreverá ahora a invertir, sabiendo que sus activos pueden ser confiscados en cualquier momento y con el pretexto más peregrino

Esta decisión enturbia, si no arruina, el clima de inversión en Europa. Qué país no occidental se atreverá ahora a invertir, sabiendo que sus activos pueden ser confiscados en cualquier momento y con el pretexto más peregrino. 

Además, provoca que el Gobierno chino pueda tomar represalias. Coloca en el punto de mira de las autoridades de Pekín las operaciones de las empresas europeas en el gigante asiático y con ello debilita las relaciones comerciales con China.

Por otra parte, socava la estrategia europea en materia de semiconductores, si es que tenía alguna. Nexperia es una de las pocas empresas de semiconductores de éxito de la UE. Desestabilizarla no es precisamente una idea muy inteligente...

Y, por último, vuelve a transmitir el mensaje de que la Unión Europea es un actor sin autonomía estratégica: siempre plegado a la última exigencia estadounidense. Sin soberanía no hay posibilidad de abordar los actuales retos económicos.