«Baskonia en la globalización», mirar a una realidad que nos afecta pero de la que no se habla
Con ‘Baskonia globalizazioan-Baskonia en la globalización’, Nabarralde busca impulsar un debate sobre las consecuencias de un fenómeno que afecta a múltiples aspectos de la vida cotidiana de los habitantes de Euskal Herria ante lo que considera un silencio de instituciones y universidades.
Para leer este artículo
regístrate gratis o suscríbete
¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión
Se te han agotado los clicks
La fundación Nabarralde ha publicado el libro ‘Baskonia globalizazioan–Baskonia en la globalización’, en el que recogen las reflexiones que diversos autores hicieron en el marco de unas jornadas que tuvieron lugar en Oñati en junio. Así, se recoplian las aportaciones de Santiago Alba Rico, Juan Carlos Longás, Eguzki Urteaga, Roser Espelt, Ane Alberdi, Karmelo Landa, Xabier Irujo, Joseba Sarrionandia, Iñigo Urrutia, Xabier Barandiaran e Isabel Elizalde.
Longás y Elizalde han participado en la presentación de la obra que han realizado en la sede de Txalaparta en Iruñea junto a Angel Rekalde, uno de los coordinadores del libro junto a Luis María Martínez Garate.
Rekalde ha recordado que Alba Rico ubica el nacimiento de la globalización en la guerra franco-prusiana (1870-1871), cuando se colocó un cañón en un camión. Hasta entonces, todos los ejércitos se movían al ritmo del caballo. Desde entonces, todo se ha hecho global, desde la guerra a las mercancías, pasando por la información y la cultura. El desarrollo tecnológico ha acelerado el proceso hasta hacerlo casi instantáneo, provocando cambios en las sociedades.
Junto a ello, Rekalde ha lamentado que la cuestión de la globalización y los efectos que tiene en un pueblo como Euskal Herria no se analicen en las instituciones ni en las universidades del país.
Efectos en el ámbito rural
Elizalde ha puesto su punto de mira en los efectos en el ámbito rural, con la amenaza de la despoblación. Ha subrayado que las decisiones sobre el ámbito rural se toman en las ciudades, donde se elaboran los reglamentos y las leyes, generalmente con un punto de paternalismo y sin un verdadero conocimiento del entorno. «Se piensa que con la tecnología se puede actuar sin ir al monte, pero hay que calzarse las botas y pisar el monte para poder conocerlo», ha subrayado.
Junto a ello, ha destacado que en una Euskal Herria extremadamente dividida en distintas jurisdicciones y administraciones falta conocimiento de las distintas realidades del país. «No sabemos qué pasa en Bizkaia y en Bizkaia no saben qué sucede en Nafarroa o en el interior de Iparralde».
Pérdida en el poder de decisión
Longás ha explicado que Euskal Herria es una sociedad industrializada recientemente –en un no tan lejano 1964 en Nafarroa había más trabajadores en el campo que en la industria– y que está relativamente conectada en los flujos de la globalización, un fenómeno que está en retroceso o en ralentización desde 2008 y la crisis del neoliberalismo.
En este contexto, ha alertado del peligro que supone la pérdida de los centros de decisión. Las empresas vascas forman parte de realidades multinacionales y globales, pero las decisiones no se toman aquí. «Las empresas son chinchetas en un mapa que se mueven por decisiones tomadas en otros lugares».