La crisis aeroportuaria fuerza el fin del cierre del Gobierno en EEUU
La cancelación masiva de vuelos en los principales aeropuertos del país empujó a republicanos y demócratas a un acuerdo para reabrir la Administración federal tras 40 días de parálisis que dejaron a 42 millones de ciudadanos en una situación crítica.
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Al final, han sido los aeropuertos, y no las precarias condiciones que más de 42 millones de estadounidenses llevan sufriendo desde hace 40 días, los que han empujado a republicanos y demócratas a alcanzar un primer acuerdo para poner fin al cierre de Gobierno más largo de la historia del país. Este nuevo shutdown ha sido consecuencia de la incapacidad de ambos partidos para aprobar la financiación de los servicios gubernamentales. Aunque los republicanos controlan ambas Cámaras del Congreso, hasta ahora carecían de los 60 votos necesarios en el Senado para sacar adelante una ley de gastos.
Tras 14 votaciones fallidas previas, el acuerdo alcanzado el pasado domingo prevé la readmisión de los empleados federales despedidos durante el cierre y la garantía de que no habrá más recortes masivos de plantilla hasta finales de enero. También descarta la amenaza lanzada por el presidente, Donald Trump, de que los funcionarios no recibirían el pago retroactivo de los salarios no percibidos durante estos cuarenta días, como ha sido norma en cierres anteriores. Asimismo, asegura la financiación del programa de cupones de alimentos —del que dependen 42 millones de personas— hasta finales de 2026. No obstante, los subsidios sanitarios introducidos bajo el Obamacare durante la pandemia han quedado fuera del acuerdo, haciendo el sistema de salud aún más inasequible.
Prioridades
Lejos de verse forzados por la necesidad de su población, ha sido la decisión de la autoridad aérea estadounidense (FAA, por sus siglas en inglés) de ordenar desde la madrugada del viernes la cancelación de cientos de vuelos en los 40 principales aeropuertos del país la que precipitó el desenlace. Las bajas y renuncias de controladores aéreos y trabajadores de los aeropuertos afectados por el cierre fueron el detonante de la medida del organismo y, en consecuencia, del cambio de postura registrado en el Senado.
El voto de ocho senadores demócratas resultó clave para la consecución del histórico acuerdo. Aun así, lo sucedido en la tarde del domingo no es más que el primer paso de un proceso que aún debe pasar por la Cámara de Representantes y, posteriormente, por el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Algunas de las medidas acordadas estarán vigentes hasta finales de año, otras se prolongarán hasta enero. Será entonces cuando Estados Unidos decida una vez más si mantener, o dar otro paso atrás, frente a su ya precario sistema de bienestar social.