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El Ararteko vuelve a reclamar a Bilbo que corrija su ordenanza de Zona de Bajas Emisiones

El Ararteko se dirige al Consistorio bilbaino para que corrija la ordenanza reguladora de la Zona de Bajas Emisiones. Recomienda que incluya el contenido de las alegaciones admitidas, entre otras, la que se refiere al seguimiento de la reducción de contaminación sonora en los informes anuales.

Señales que advierten de la Zona de Bajas Emisiones en Bilbo. (Oskar Matxin Edesa | FOKU)

El Ararteko ha vuelto a reclamar al Ayuntamiento de Bilbo que corrija la ordenanza reguladora de la Zona de Bajas Emisiones para incluir las alegaciones de una asociación vecinal que fueron admitidas en la aprobación de esa norma en el pleno municipal.

La resolución de la Defensoría del Pueblo del 3 de diciembre ha atendido a la queja de la Asociación Vecinal Uribitarte Anaitasuna por «la falta de respuesta del Ayuntamiento de Bilbao a su solicitud de corrección de errores del texto definitivo de la ordenanza reguladora de la Zona de Bajas Emisiones de Bilbao (ZBE) publicado en el Boletín Oficial de Bizkaia (BOB)».

La asociación exponía que había participado en el proceso de tramitación de la ordenanza de la ZBE de Bilbo y había presentado varias alegaciones al respecto.

En julio de 2024, el Consistorio notificó al colectivo ciudadano la estimación parcial de algunas de las alegaciones presentadas. En concreto, se admitieron las relacionadas con el seguimiento de la contaminación sonora en los informes anuales y el reconocimiento del usufructo de una plaza de garaje como derecho habilitante para autorizaciones y moratorias.

Sin embargo, no se incorporaron al texto final de la ordenanza municipal aprobada y la asociación solicitó al Ayuntamiento la corrección de dichos errores, pero en octubre de 2024, este respondió que «no resultaba necesaria la corrección textual puesto que el espíritu de la norma contemplaba los aspectos alegados».

Promesa de Abete

Esa asociación vecinal acudió al Ararteko y hace un año esa institución solicitó al Ayuntamiento la información disponible sobre el procedimiento seguido en este caso y la concejala delegada de Movilidad y Sostenibilidad, Nora Abete, respondió asegurando que iba a revisar las alegaciones para, si fuera procedente, corregir el texto.

Sin embargo, la asociación acudió meses más tarde de nuevo al Ararteko porque no había habido esa rectificación.

Tras un nuevo requerimiento al consistorio por parte de la Defensoría del Pueblo, la concejalía insiste que no resulta oportuna la corrección.

En sus consideraciones, el Ararteko reconoce la potestad de los ayuntamientos a elaborar sus ordenanzas, si bien constata «el derecho a participar» de la ciudadanía y el deber a «escuchar de manera atenta y considerada las propuestas» para que, «en el caso de que los órganos de gobierno consideren su oportunidad, las admitan y sean debidamente incluidas en el texto dispositivo de la norma».

Según añade, «cuando se constate una equivocación o error entre lo realmente aprobado y lo finalmente publicado en el correspondiente boletín oficial, la administración encargada deberá instar el procedimiento previsto para la correspondiente corrección de errores» y pide al Ayuntamiento que «promueva una corrección del texto publicado» para incluir las alegaciones de esa asociación.