Iñigo Pérez Picazo

Cortos en las nubes

Me parece fascinante el cortometraje. Me fascinan aquellas que reivindican el cortometraje. Es fascinante y maravilloso que cada vez sean más las que optan por éste formato, de manera profesional, sin complejos.

Me apunto, por el cine y por qué ocultar la obviedad, porque detrás hay grandes personas en las que confío plenamente, respeto y quiero. No hay fallo, los acompañaré y ayudaré siempre que me llamen.

Pero quiero dar mi opinión, simplemente para que quede ahí y así quizá ese ahí vaya tomando cuerpo y cierta forma. Quizá así con el tiempo las formas tomen el cuerpo necesario que parece necesitan para que tomen importancia.

Me parece fascinante el cortometraje. Me fascinan aquellas que reivindican el cortometraje. Es fascinante y maravilloso que cada vez sean más las que optan por éste formato, de manera profesional, sin complejos, sin dar cabida alguna a comparaciones, ya que la comparación en sí misma no es nada, nada más que poder. Poder pisar, someter, controlar y alimentar el ego de gentes que ya no son, gentes que hace mucho aceptaron su derrota, olvidaron el cine y se sustentan, a sabiendas de su engaño, en esa escala de valores, sistema métrico funcional que únicamente es el disfraz del que por necesidad... basta ya, sin líos ni entrelios, directo; no hay calidad en ese disfraz, tu arriba y yo abajo, no hay nada más. Repito no hay nada más.

Pero es cine, no ego, y de respeto de lo que escribo.
Dignidad, trabajadores.

Todo por la patria, TODO POR LA PATRIA. Ése es única y exclusivamente el argumento que tienen y que de sobra parece que les basta a muchas producciones.

Y es que es de lógica, de lógica capitalista, esclavista y por qué no decirlo de falsos moralistas. Malabaristas de postín, si no entendéis lo entenderéis, pues es de sinvergüenzas que la cantidad más relevante del presupuesto se invierta en una cámara con brillo, que suene gordo, que acelere, ser la envidia y es que mira, mira-mira, soy la envidia en 4K me defino cuándo miran.

Mira; baja la mirada, fija tu mirada abajo, ¿me ves..? Maldito ególatra de mierda, puede que hasta seas un genio; ya no hay excusas ni coartadas, la mirada para abajo. Ya basta de tu nube, de los brillos, de caritas sonrientes, corazones y pulgares que te gustan, que te gustan, que te gustan, que te gustan...
Es tu nube la que llora, ego.

Gran mordida para focos, que no falte material y que sea profesional. Quiero luz, preciosista, exquisita, a la altura de mi historia, de mi ingenio, mi locura. Todo calculado, bien atado, equipazo, que gustazo, que bonito, a mi gusto, qué currazo, que sonido, bien vestido, al detalle y con cariño, un orgullo, sois vosotros, sois vosotras, equipazo, equipazo.

Bajando de la nube. Las cosas están así:

-Si hay presupuesto para los mejores materiales me alegro y lo celebro, pero la prioridad son los sueldos.

-El hecho de que se te pase por la cabeza no remunerar dignamente el trabajo de tus trabajadores los relega, falta notablemente el respeto y recuerda ideas esclavistas.

-No puedes darte el privilegio de pretender un equipo técnico profesional si el gesto no es recíproco.

-Todos los departamentos y recursos humanos están trabajando por y para Tú historia. Tú te llevarás si tienes que llevarte los reconocimientos, premios y miradas por ello.

-Yo no puedo permitirme el llevar a casa solamente un agradecido aprendizaje; porque el bocata de buenas experiencias con guarnición de cinta y alguna vieja pinza, hace mucho ya que no sacia mi apetito.

Chicos hemos terminado por hoy.

Apago el walkie, aprovecho mis guantes y limpio el sudor de mi frente, me los quito y empiezo a tomar consciencia del cansancio, el peso, la carga.

... puede que hayan sido demasiados cigarrillos...

Me lío uno más, lo quemo... y junto al humo, nuevamente con una completa armonía entra esa sensación, adentro, me lleno de ella.

Fin de rodaje.

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