Gorka García Jaio y Aingeru Azpiolea
Berri-Otxoak

2014 en Ezkerraldea

Analizando lo acaecido a lo largo de este 2014 en una comarca como la Margen Izquierda, sólo podemos caracterizarlo cómo un año nuevamente perdido. Un año más donde se ha ido ahondando en las situaciones de desempleo y marginación social. Se podría decir que nuestra comarca vive una situación de crisis permanente desde el inicio de la reconversión industrial y el desmantelamiento total de la siderurgia. Es decir, desde finales de los 70 en Ezkerraldea ya se sabe lo que es vivir una situación de emergencia social.

De pasar a ser la principal comarca industrial de Euskal Herria y cuna del movimiento obrero vasco hemos pasado a ser una comarca de servicios y centros comerciales. Exponente claro de precariedad y sueldos de miseria, explotación y falta de derechos sociales y laborales.

Esta nueva crisis y este último año lo único que nos ha traído es un ahondamiento de la desigualdad social. Como lo evidencian fríos datos cómo que el 23% de la población activa está desempleada; y de las cuales el 68% no perciben ningún tipo de subsidio o prestación. Detrás de las cifras se encuentra el drama de miles de familias viviendo situaciones de auténticas penurias y sin poder cubrir sus necesidades más básicas. Según la ‘Encuesta de Pobreza y Desigualdades 2014’ elaborada por el Gobierno Vasco cerca del 40% de las familias padecen situaciones de pobreza o dificultades para llegar a fin de mes. A lo que unir que cada semana son desahuciadas 15 familias.

Frente a esta realidad solo vemos políticas de recortes sociales en las diferentes prestaciones sociales. En el mejor de los casos, políticas de empleo que son mero instrumento propagandístico de las instituciones que los impulsan. En el peor, la criminalización de la población más indefensa, como la realizada por el alcalde de Sestao con sus actitudes xenófobas. O la negativa a tomar medidas que pueden aliviar las situaciones más duras, como la del alcalde de Barakaldo, negándose a abrir durante las vacaciones escolares un comedor para los menores con problemas de nutrición. Frente a esta dejación institucional nos encontramos con que 19.000 familias subsisten gracias a la labor asistencial de la Cruz Roja o el Banco de Alimentos, que un año más ha visto llenados sus almacenes con la solidaridad de vecinos y vecinas de la comarca.

En definitiva, un año más perdido. Pero qué el 2015 sea igual sólo dependerá de las gentes que vivimos en esta comarca. Solo la lucha diaria en nuestros pueblos y barrios conseguirá dar la vuelta a esta situación de paro y precariedad social. La única manera de que el próximo año deje de ser un nuevo año que ahonde en las situaciones de exclusión social está en nuestras manos. Construyamos un muro social contra las actuales políticas de recortes e impulsemos entre todas la consolidación y ampliación de los derechos sociales y laborales que nos asisten.

Un primer ladrillo lo constituyó la manifestación comarcal del pasado viernes en la Plaza del Kasko de Sestao. Iniciativa apoyada por la totalidad del tejido asociativo de la Margen Izquierda, las asambleas de personas en paro, la asociación de comerciantes de Sestao y las principales empresas de la comarca.

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