La verdad que no nos conocimos ni nos juntamos en nuestros caminos, pero sí que un día el destino nos juntó de la manera más curiosa (era algo inevitable) y poco a poco te empecé a conocer. Yo no era del todo consciente pero al conocerte me di cuenta que desde que era pequeño he crecido, sabiendo que algo raro pasaba todos los 8 de julio, no sabía bien el que en un principio, hasta que poco a poco fui entendiendo las palabras como «los grises», lo que significaba la salida de los toros... y de repente me di cuenta que durante años y años de mi infancia sin darme cuenta me había estado acordando de ti, sin ni siquiera haberte conocido.

La nuestra es una relación de las más curiosas, fuiste profesor de historia sin ni siquiera tú saberlo y lo más importante sin yo saberlo. Y no cortos con esto no has aparecido en ninguno de los libros que me han enseñado mis profesores en la escuela (algún profesor sí pero mejor que los malos no se enteren). Nos has enseñado a ver los textos de miles de voces calladas y a escuchar los gritos de miles de líneas censuradas. Marcaste mi adolescencia y mis rabietas. Sobre porque pasan este tipo de cosas, porque cada 8 de julio es inevitable, soltar unas lagrimillas ya sea a la mañana o la tarde en el mismo sitio de siempre. Mirar a los colegas, sonreír y echar ese trago amargo pero dulce que te marca, que un año más vas a estar siendo ese profesor de historia que a todos y todas las iruindarras, nos has enseñado un poquito más sobre los Sanfermines. Nos has unido a todas las peñas y a las personas no miembros de una peña en un sentimiento común. La lucha el trabajo y el recuerdo de la memoria, pero siempre construyendo hacia un futuro y un modelo de sociedad donde no se toleren asesinatos de cuerpos de seguridad del estado.

Por esto mismo este 8 de Julio ya sea antes del vermut 13:00 o después de la corrida de toros, una vez más nos juntaremos para recordarte y volverte a dar nuestro beso de despedida…

Germán Rodríguez Gogoan Zaitugu! Herriak ez du barkatuko!