José Manuel Castaños Munsuri «Txiki»
Militante de la izquierda abertzale y activista social

A Joxe Blanco Gómez

En la campaña de las elecciones locales de 1979, Herri Batasuna popularizó el eslogan «El mejor alcalde... el pueblo», reconociendo, explícitamente, la labor fundamental de los organismos populares en el devenir político de Euskal Herria. Reconocimiento que, aun con contradicciones y desencuentros, forma parte del acervo de la izquierda abertzale.

Aun siendo un pueblo pequeño, Euskal Herria presenta un músculo social relevante. El auzolan en múltiples escalas y formas. Una multitud de colectivos de los que hemos procedido una buena parte de la militancia de la izquierda abertzale y en los que seguimos militando. Un patrimonio del que, cualquier organización y/o militante de izquierdas debe enorgullecerse.

Haciéndose eco de esta trayectoria histórica, en el programa electoral para las actuales elecciones autonómicas de la CAV, EH Bildu se compromete a «Construir el poder de la ciudadanía». Y, en materia ecosocial, su «Agenda eco-social EH2040» recoge: «Vector 7: Expansión democrática de las energías renovables. Que toda infraestructura de energía renovable cumpla, entre otras, con el visto bueno de la ciudadanía».

Construir ese poder ciudadano y dar valor a la opinión del pueblo no es tarea fácil. Nunca lo ha sido, como tampoco lo es la liberación nacional y social de Euskal Herria. Pero, sin el empuje popular, es imposible.

Los grandes retos requieren de muchas manos. La compleja y necesaria transformación ecosocial que necesitamos es uno de ellos. Complejidad y diferentes opciones para afrontarla. En esta pluralidad deberemos encontrar los acuerdos necesarios para avanzar. Para ello, es imprescindible respetarlas. De hecho, como bien dices, convivimos con nuestros errores y contradicciones y nadie tiene la razón absoluta, aunque de tu escrito pueda inferirse que tú sí, al despreciar la de otras personas.

Por ello es tan necesario el debate. Para que, tú y yo, con planteamientos diferentes, podamos trasmitir nuestras opiniones y, finalmente, establecer una hoja de ruta para solventarlos, admitiendo que, en última instancia, será la ciudadanía quien tome la decisión, coincida o no con nuestros planteamientos. Esta es una de las cuestiones centrales de las alegaciones presentadas al Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables, en el que, además de negar cualquier atisbo de participación ciudadana, también se ningunea la autonomía municipal.

En este difícil proceso, recurrir a la descalificación y el insulto (no has sido el único que lo ha hecho desde el ámbito de EH Bildu), lejos de favorecer dicho debate, lo encona, es antidemocrático y contrario a cualquier concepto básico de participación ciudadana. Tan importante es el fondo de la cuestión como el proceso para afrontarlo.

Nota final: El rechazo a la implantación masiva de instalaciones eólicas y fotovoltaicas procede de miles de personas que han presentado alegaciones (entre las que me incluyo), de plataformas y colectivos diversos (de los que formo parte), de sindicatos, partidos políticos (EH Bildu, entre ellos), así como de diputaciones y de la mayoría de instituciones locales afectadas, parte de las cuales están gobernadas, así mismo, por EH Bildu. ¿Somos, todos, NIMBYs, necios y demás calificativos que nos dedicas en tu escrito?

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