Esteban Guillen y Unai Samaniego
Miembros de Podemos Araba y exmiembros del Consejo ciudadano de Podemos en Vitoria-Gasteiz

Ahora en Común: Un espacio de confluencia para un proyecto de cambio

 El Pasado Sábado, 12 de septiembre celebramos en Madrid, la primera asamblea de Ahora en común. El objetivo fue debatir y consensuar cómo hacer viable una alternativa real de confluencia para el cambio social sin que se convierta en su contrario. Este nuevo proyecto aspira a reunir a las personas que quieran participar en su desarrollo.

A la ciudadanía alarmada y consciente ante la amenaza que suponen las políticas neoliberales para la calidad de vida y la dignidad de la mayoría social. También aquellas personas comprometidas desde diferentes colectivos sociales u organizaciones políticas o sindicales. Nadie debe dejar ni su experiencia, ni su procedencia en la puerta de Ahora en Común para poder participar. El único requisito de entrada es el compromiso con un proyecto de cambio real, esto es: integral, transformador, que incida positivamente en las condiciones de vida de la gente en términos de bienestar y protección. El marco actual heredado de la transición, se muestra agotado. Parámetros supuestamente inamovibles, que durante décadas los partidos del sistema han inoculado exitosamente en nuestras mentes con vocación de perpetuidad, se ven sobrepasadas hoy por el empuje de muchos ciudadanos, que nos cuestionamos la validez de lo que se da por hecho e intocable (monarquía, constitución blindada, ordenación territorial, etc). La defensa de una educación pública de calidad, sanidad, trabajo, vivienda, modelo energético, cultura…etc son hoy el eje del debate político, gracias al despertar de la ciudadanía, que organizada en movimientos populares, o simplemente al empuje de la indignación, centraron el debate en aquello que realmente importa a la mayoría social vapuleada por las políticas neoliberales al servicio del dinero. Así, las marchas de la dignidad y otras iniciativas movilizadoras se convirtieron en la conciencia colectiva de lo que somos, señalando las direcciones de acción política necesarias. Aquellas que defienden a ultranza lo más básico, lo que pertenece a todos. Se conformó además la necesidad de alcanzar capacidad de gobernanza de lo público tomando las instituciones por la fuerza de los votos. Es decir, pasar de la reivindicación indignada a la gestión efectiva de lo colectivo, desde perspectivas distintas, centradas en las necesidades de la gente, en vez de en las conveniencias partidista o las eternas servidumbres al dinero. Así se fue sembrando la semilla para la conformación de las candidaturas de unidad popular que han convulsionado el mapa político en la actualidad.

La construcción de un espacio de izquierda incluyente, vertebrado en una candidatura de unidad popular no es una opción, sino una necesidad.

El proyecto neoliberal, se ha valido de la fragmentación permanente de la izquierda, para construir de manera inexorable un modelo que se hace imposible de combatir desde la sectarización de las opciones organizadas de izquierda, con tantas similitudes programáticas como diferencias artificiosas, orientadas únicamente a la necesidad inmadura de distinguirse. El TTIP o la ley mordaza, son hoy un pequeño ejemplo de los ataques que reflejan la necesidad de reunir a todas las personas que queremos cambiar el statu quo en torno a una candidatura real de unidad popular, con un programa que coloque los problemas de la gente en el centro del mismo. Ahora en común propone desarrollarse desde lo local, sin correas de transmisión de nadie que no sea las personas que lo componen. Ahora en común se plantea como el inicio honesto de esa unidad tan necesaria, un espacio de encuentro y dialogo permanente con todos los agentes sociales, políticos y sindicales para promover un cambio. Debemos avanzar, hacia un nuevo modelo de estado, que apueste de verdad por los valores de la libertad, igualdad y solidaridad entre los ciudadanos de los pueblos que hoy lo componen. Que tenga como primera tarea la elaboración de una carta de derechos sociales garantizados, y flexibilice las leyes para permitir sin temor tomar el pulso a la ciudadanía sobre toda cuestión de interés público, resolviendo los conflictos histórico-identitarios que lastran hoy todo el debate político. Reconociendo sin ambages el derecho de autodeterminación sin convertir esta cuestión en el árbol que impide ver el bosque de las necesidades urgentes de la ciudadanía.

La asamblea de Madrid fue un paso mas hacia la confluencia, muchos de los asistentes somos miembros de Podemos que apostamos por las candidaturas de unidad popular en el conjunto del estado, más allá de las posiciones tactistas territoriales de la actual dirección estatal y vasca de Podemos. Renegamos del acatamiento a la sigla por la sigla, al dirigente, por su mera condición de tal. Un partido debe ser una herramienta al servicio de la sociedad y no de intereses personales o de facción. Así empezó Podemos, y así nos gustaría que continuara. Debemos huir de actitudes sectarias y de quienes enarbolan la bandera de lo nuevo catalogando a todo lo que no son ellos como “vieja política”.

Necesitamos construir un programa que de soluciones. Precisamos un proyecto solvente, más allá del slogan cacareado. El gran déficit de la Izquierda es y ha sido el saber qué se debe hacer sin saber ni ponerse de acuerdo en cómo hacerlo. El cambio no vendrá volatilizando todos los puentes de dialogo con el resto de organizaciones de izquierda, sino todo lo contrario, buscando el acuerdo, cohesionándonos en lo que nos une, que es mucho, en el actual diagnóstico socio-económico.

La especificidad política vasca, plantea también inevitablemente la comunicación con la izquierda abertzale. Sin compartir necesariamente su estrategia ni prioridades, nos reconocemos en muchos de sus objetivos, consideramos necesario encontrar también con ellos espacios de confluencia en aquellos aspectos en que interese sumar. Pretender invisibilizar a una opción política tan considerable no solo es un error táctico. Es también una dejación en el ámbito de la reconciliación, del curar heridas, del cerrar ciclos históricos. Es preciso normalizar los registros de actuación política. Terminar con la confrontación como tarjeta de visita y entrar en dinámicas de comunicación y acuerdo que permitan encontrarnos en lo que es común, la aspiración a alcanzar cotas razonables de felicidad y bienestar en términos de igualdad justicia y respeto al medio y a quienes lo habitan. Es hora de crear herramientas de cambio funcionales que puedan articularse desde las instituciones con gobiernos de unidad popular.

Ahora en común es un paso en la dirección correcta. La fragmentación de la izquierda, su falta de unidad y concreción, unidos a la propaganda mediática y los datos económicos manipulados, pueden dar lugar a una repetición del gobierno Rajoy con un PP consolidado en el espacio de gobierno. En los períodos convulsos la gente pide seguridad y protección. Resulta preciso desde la izquierda ofrecer eso mismo mediante opciones electorales serias, competentes, cohesionadas, con programas de cambio realistas y alcanzables. Suficientemente Creíbles, en definitiva, como para depositar la confianza electoral. Hay que captar el voto indignado, el retirado en la abstención, el asustado, el militante, el decepcionado, el insumiso. Hay que devolver la política a la gente. Hoy es más necesario que nunca, aquí y en toda Europa, construir una única alternativa organizativa y electoral a la izquierda de la socialdemocracia resignada, plegada al dominio de la banca y de los intereses económicos de minorías dominantes. No se trata de crear una alternativa más en el conglomerado laberíntico de la hasta ahora denominada “izquierda”. Se trata de cohesionar en un único proyecto, en un único espacio, todos los esfuerzos, personas, ideas, propuestas tendentes a promover un cambio social liberador que nos renueve a todos, comenzando por quienes lo promovemos. Dejando atrás las ortodoxias y egolatrías que nos dividen. Promoviendo la Unidad allá donde hasta ahora solo nos había gobernado la división y la pureza ideológica de cada facción para continuar estando solos  e inoperantes en lo esencial: Transformar esta sociedad para hacerla mejor. Vamos a intentar darle la vuelta a esto actuando de otra manera. Ahora en común es un paso en la dirección correcta.

 

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