Laura Berro, Manuel Millera y Armando Cuenca
Concejales de Aranzadi en el Ayuntamiento de Pamplona

Ahora sabemos que se puede. Queremos un cambio valiente

La ciudad que dejó Aranzadi al ser expulsada del Gobierno ya no será la misma, y, todo, porque nos atrevimos con políticas inéditas de desarrollo social, ecológico, igualitario y para las personas que más sufren la precariedad.

Sí, esto es lo que parece, un artículo electoralista. Rebobinemos. Algunos medios de comunicación y casi todos los partidos políticos, «aliados» y rivales, han empleado no pocos adjetivos contra Aranzadi durante esta legislatura, pero, ¿qué rayos hemos hecho para levantar tantas pasiones a derecha e izquierda? Durante los tres años que hemos estado en el gobierno cuatripartito hemos gestionado tres concejalías, o, más bien, hemos tenido que reformar o levantar desde la nada tres áreas nuevas. Casualmente, las dotadas con menor presupuesto: Participación, Igualdad y LGTBi, y Ecología-Movilidad. Casi con pico y pala. Empezando por reclamar un local municipal para poder desarrollarlas, buscando personal competente, planteando las primeras medidas valientes en décadas. Con aciertos, errores, y no pocas zancadillas de EH Bildu y Geroa Bai. Y, a pesar de todo, con logros concretos y tangibles que ya son patrimonio de Pamplona.

En Ecología pusimos en marcha una de las primeras comercializadoras de energía del Estado, remunicipalizamos el Museo de Medio Ambiente, introdujimos el vaso reciclable en las fiestas y creamos los primeros huertos urbanos. En Movilidad, el carril bici de Pío XII es ya una realidad, y la polémica ha dado paso a la satisfacción generalizada. Algo parecido a lo que ha sucedido con la amabilización. Participación, otra de las áreas completamente nuevas, arrancó Zentro, un nuevo espacio colaborativo, y Erabaki, la Plataforma de partición y votaciones. Otras de sus contribuciones han sido el Observatorio de la Democracia Participativa y la Escuela Municipal de Empoderamiento. Además de una nueva generación de espacios comunitarios como Antzara, Salesianas o Plazara!

En Igualdad y LGTBI descubrimos pronto cómo la vocación feminista del resto de fuerzas era más bien de boquilla, para la foto, porque la transversalidad de la perspectiva de género parecía no casar con su lógica partidista. Aun así, ahí están Harrotu, el servicio de diversidad sexual y de género, la Escuela de feminismos, la BiziEscuela para mujeres, o la Casa de las Mujeres. Todo ello, junto con la lucha incansable contra las agresiones y las violencias sexistas, nos han dado a todas y todos una vuelta de tuerca feminista. Y es que la ciudad que dejó Aranzadi al ser expulsada del Gobierno ya no será la misma, y, todo, porque nos atrevimos con políticas inéditas de desarrollo social, ecológico, igualitario y para las personas que más sufren la precariedad.

El intenso trabajo en estas tres nuevas concejalías no nos ha impedido luchar, dentro y fuera de la institución, a menudo tildadas de ovejas negras, contra la turistificación en el Casco Antiguo, el monstruo especulativo de Salesianos, el macrocentro comercial de la Meca, el desalojo violento de los gaztetxes, la avalancha de atropellos mortales, el ridículo Reglamento de protocolo, las tarjetas-jeta de aparcamiento o el sexismo en el propio Ayuntamiento.

En estos tres años, ¿hemos conseguido poco o mucho? Seréis las y los votantes quienes tengáis la última palabra. Pero, después de haber pasado por el Gobierno, tenemos la total certeza de que el Ayuntamiento puede hacer mucho más por la vida de las vecinas y vecinos de Pamplona. Es una cuestión de voluntad política. Quizás fuera descubrir esta realidad, nuestra determinación a la hora de exigir que se cumpliera el acuerdo programático, o la libertad que te da no vivir de la política para poder reclamar todo esto, lo que hizo que Joseba Asiron nos sacara del Gobierno sin avisar y de malas maneras. El cambio valiente no era compatible con el cambio tranquilo, o eso debieron pensar.

Aranzadi apostó por el cambio en 2015, e hizo posible el nuevo gobierno que estaba llamado a transformar una ciudad anclada en el conservadurismo de UPN. Ahora, en 2019, apostamos por el cambio valiente, porque, sin un mayor peso de Aranzadi en esta nueva etapa, el cambio se quedará en mera retórica progresista, para esconder la escasa voluntad de genuina transformación. O directamente nos darán un cambiazo con la inclusión del PSN en el Gobierno, como vienen barruntando desde hace tiempo EH Bildu e IE. Y es que el cambio será valiente y municipalista, o no será.

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