Patrik Unzurrunzaga Garate
Koroa Biluzikeko Kidea

Año dos de paradojas

Ahora volvemos a las mascarillas en la calle, otra vez sometidos a un estado policial, esta vez junto al Ejército español, con el silencio de quienes siempre han denunciado la represión, pero que en estos dos años parece que sufren de amnesia.

(En respuesta a Iñaki Egaña por el artículo "Año dos de la pandemia").

Lo que es paradójico es afirmar, como haces tu, que las elites y los que buscamos espacios autogestionados (a los que tú nos descalificas con la etiqueta «negacionistas») coincidimos.

¿Cómo puedes comparar que busquemos espacios autogestionados libres del control institucional, que mantiene una doctrina opresiva y represiva, con la privatización neoliberal? Lo que es paradójico de verdad es que sectores de izquierdas, y partidos políticos de izquierdas, sobre todo los abertzales, colaboren con estas medidas opresivas y represivas. El silencio atronador a la aplicación de la Ley Mordaza en los pasados estados de alarma, ilegales por cierto. La persecución policial fue diaria, daba igual si estabas en la calle a metro y medio, daba igual si portabas una exención, daba igual todo, solo importaba inocular el miedo a base de represión y buscando la división social. Apología para la inoculación de un medicamento experimental en adultos, pero más doloroso en adolescentes, niñas y niños. Silencio escalofriante a un mal llamado pasaporte sanitario, el propio José Luis Quintas Díez, viceconsejero de Salud declaró en Euskadi Irratia que el pase covid no es una medida sanitaria. Medida que por otra parte supone un apartheid, una discriminación y una presión para que los que ya han visto que el milagroso medicamento experimental no protege de nada, si acaso les deja en muchísimos casos efectos colaterales y muertes, y no van a seguir con las pautas de inoculación, que solo sirven para enriquecer a las grandes multinacionales farmacéuticas. Para presionar a jóvenes y adolescentes a las madres y padres a ponérsela a sus hijas e hijos. Un pasaporte que abre el camino a una época bestial de control social sin precedentes. Las elites neoliberales son las que están imponiendo estas medidas sanitario represivas. Esta es la verdadera paradoja y no la que tú afirmas; el silencio o colaboración por parte de sectores y partidos políticos de izquierda, sobre todo los abertzales. ¿Cómo le llamamos al escarnio de miles de negocios familiares, que están cerrando o se mantienen con la espada de Damocles acechándoles, mientras unas pocas grandes multinacionales se están beneficiando ganando cantidades desproporcionadas con la excusa de lo que han llamado pandemia? ¿Te parece a ti que todos estos negocios familiares, privados, autónomos, coinciden con el neoliberalismo en sus objetivos? Como historiador que eres, tendrías que saber que la historia termina por poner a cada uno en su sitio. Ahora volvemos a las mascarillas en la calle, otra vez sometidos a un estado policial, esta vez junto al Ejército español, con el silencio de quienes siempre han denunciado la represión, pero que en estos dos años parece que sufren de amnesia. Repasar la historia para despertar del paradójico letargo de algunas y algunos no vendría mal.

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